50 días Para Enamorarte✔️

⭐Capítulo 40⭐

"Un corazón roto no dura para siempre, pero el recuerdo de quien lo rompió se queda grabado aunque sea en una esquina de nuestra mente"

🌸🌼🌻-Belosnezkha-🌻🌼🌸

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Heidi

Me siento falta, no sabía que me iba a sentir tan mal cuando viera la reacción de mi hijo. ¿Dónde quedó ese Derek que desde niño sus emociones eran escasas? ¿Dónde quedó sus sentimientos neutros? Verlo desesperado, incluso ver como algunas lágrimas bajan de sus ojos hasta tocar la piel de sus mejillas mientras su mirada está pérdida, me hace ver lo que realmente siente por Lían.

Después de su arranque de desesperación, Marcos, el padre de Lían logró calmarlo. A los tres guardaespaldas se lo han llevando para hacerles una interrogación pero como ya sé los planes, éstos no saben nada, solamente saben que se llevaron a Lían.

Yo estoy aquí sentada, viendo como todos están tristes y desesperados a tal hora de la noche. Unos amigos de Derek y Lían llamados Herman, Blaz y Rosana han llegado pero Derek sigue ido. Estoy sintiendo como la culpa me come y siento la necesidad de hacer algo, y ahora más que sé que Lían está embarazada.

¿Por qué? ¿Por qué razón no me di cuenta que esto de todos modos le iba a ser daño a Derek..., Y a los demás? Estoy consiente de que no soy buena, he destrozado muchas cosas y sin importar que, pero ver a Derek, verlo de esa forma la cual no había visto antes ni siquiera la vez que mataron a su abuela en una situación similar, de alguna forma me hace sentir como alguien despiadado.

Lían había cambiado ciertas cosas de Derek, se le nota y mucho. Veo como éste comienza hablar con sus amigos los cuales se ven preocupados de la misma forma.

Sé porque aquella mujer le quiere hacer daño a Lían, es un poco absurdo, pero no la culpo, la pobre está desquiciada y un con alto grado de lo que llaman: "Mujer tóxica".

Lían

Un quejido sale de mi boca al despertar, mis palpados pesan, la parte derecha de mi cabeza me duele y mi boca tiene sabor a sangre. Estoy sentada y tengo mis manos atadas hacia atrás; miro el lugar donde estoy mientras jadeos de dolor siguen saliendo de mí.

Estoy en una habitación blanca, no hay más nada que esta silla, otra que está al frente de mí y yo. Me acuerdo de lo que pasó, todo fue muy rápido; Randy, Massimo y Henry no pudieron hacer nada ya que eran bastantes personas. ¿Dónde están ellos? ¿Qué le habrán hecho? Antes que me dejarán inconsciente vi como algunos encapuchados lo golpeaban.

Siento mis ojos llenarse de lágrimas, me duele mucho el pecho y estoy preocupada y aún más por el embarazo; tengo muchas ganas de vomitar.

¿Quién es la persona que me quiere hacer daño? Entonces, veo como un hombre rubio hambre la puerta y me mira y vuelve a cerrar la puerta; después de unos segundos esta es de nuevo abierta y me sorprendo al ver quien entra con una sonrisa.

— Hola, Lían — saluda ésta aún sonriente. Las lágrimas que tenía contenidas comienzan a salir de mis ojos.

— María.

Mi antigua mejor amiga está frente a mí, teñida de rubio y vestida de negro.

— Es bueno que me reconozcas, Lían. No sabes cuanto desee este momento — se acerca a mí y mueve un mechón de mi cabello hacia atrás. Mi sorpresa no deja que reaccione haciendo que ésta comience a reír —. Vamos, Lían, ni que estuvieras viendo al mismísimo diablo.