Carter
El cielo está despejado, pero aun así no se pueden ver las estrellas por culpa de las luces de la ciudad. Por las pocas veces que la he visitado se nota que no es un mal lugar para vivir. Hay muchos lugares interesantes donde perder el tiempo y bastante gente para conocer. En especial a una pequeña castaña que acabo de conocer.
Ángela Brown.
El tipo de chica que mis padres aprobarías. Como si eso me importara una mierda. Mis intenciones con ella no son tan nobles ni van más allá de un buen revolcón, o quizás dos.
Cuando la vi hablar con Sebastian de manera tan correcta y estirada con su ropa de diseñador hasta en la feria lo primero que pensé es que era una snob en todo el sentido de la palabra con delirios de niña buena, pero al ver cómo me desnudaba con la mirada sin disimular y mordía sus carnosos labios rosados de manera provocativa mi mente no tardo en imaginarla haciéndome un par de favores con esa tentadora boquita.
Podrá ser una presumida, pero con la mirada que me dio de niña buena no tiene un pelo y con lo atractiva que es podría ser la misma Maléfica y aun así me la cogería.
Por Dios, es tan hermosa que no puedo dejar de verla; a un de espaldas la vista que me da es increíble. Solo quiero que se dé la vuela para apreciar mejor sus profundos ojos verdes que me atraparon en cuanto los vi. La fila de la rueda de la fortuna es larga y tediosa, pero no me importa si puedo tentarla con mi presencia.
La he estado molestando todo el día para ver su verdadera cara, pero por más que intento no logro nada. Es frustrante. Porque con sus reacciones de robot educado no me engañan, no digo que sea mala actriz porque admito que tiene talento, pero digamos que entre mentirosos nos descubrimos. Se está reprimiendo eso es seguro, pero, ¿Por qué? Es por su estúpido novio del que tanto habla o abra una causa mayor.
Avanzo en la fila y pego mi cuerpo más al de ella. Ángela se tensa,<< la pongo nerviosa, bien.>> Me alegra saber que no le soy totalmente indiferente como ella simula.
Sube distraída al juego así que pongo mi pequeña travesura en marcha.
Su amiga, la pequeña morena está a punto de subir con Ángela a la góndola, pero la detengo. — Natalia, porque no subes tú con Ben— le digo cerca de su oído para que solo ella me escuche— te dije que te iba a ayudar— me separo de ella y le guiño un ojo. Natalia asiente y me deja pasar, subo a la pequeña cabina, pero Ángela no voltea sigue concentrada en sus pensamientos. Es preciosa y su aroma es dulce y tentador, bueno todo en ella lo es, su novio es un bastardo con suerte.
De repente voltea, noto la ferocidad de su mirada y su cara empieza a adquirir un color carmesí. — ¡¿Qué mierda crees que haces?!— exclama notablemente molesta. Aleluya, al fin una reacción de verdad, y no de robot.
Me recuerda a campanita de la versión animada de Peter Pan, toda pequeña y roja de enojo. Solo le falta lo rubia.
La cabina empieza a moverse para mi suerte.
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Entre besos y engaños.
Chick-LitÁngela Brown, ante los ojos de la gente siempre ha sido la chica perfecta, ahora en la universidad tiene todo lo que siempre ha deseado; vive con su mejor amiga, estudia en una de las universidades más prestigiosas del país, tiene un grupo de amigos...