Capítulo 22

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Ángela Brown

Las dos últimas semanas se fueron volando entre comprar todo lo necesario para las clases, mi nuevo trabajo con el decano y las chicas cambiándose al nuevo dormitorio.

<<Estoy lista para empezar otro semestre, empezar mi vida de nuevo. Este año será fantástico.>>

Eso pensé en cuanto Tamara y yo nos bajamos del auto y vivimos la imponente universidad ante nosotras. Ahora no estoy tan segura.

Por qué en cuanto entro al edificio café claro al oeste de la universidad, donde están las oficinas, los consejeros y el departamento de vehículos, veo la enorme fila que me espera.

La mayoría de los estudiantes que están formados son de nuevo ingreso o los que hacen este tipo de cosas el último momento. Los pasos eran simples:

1-      Sacarte tu identificación de estudiante o actualizarla.

2-       Verificar que tus clases sean las correctas.

3-      Si eres nuevo ir a la orientación del primer día y al tour.

4-      Sacarle la estampilla a tu auto para poder estacionarte en el campus.

Simples pasos que yo hice hace días. Me tome la foto para mi identificación unas 3 veces hasta que salió más o menos decente (nadie sale bien en esas fotos). Verifiqué mis clases en cuanto empecé a trabajar con el decano la semana pasada.  Como yo no soy nueva no fui a ninguna orientación, pero si llevé a Sebastian al primer tour disponible, hasta le dije dónde sacar el sticker para su auto. Pero de lo que no me preocupe para nada fue lo delo último, porque yo no tengo ningún vehículo, ni siquiera sé manejar.

Pero hace una hora recibí una llama de Tamara diciendo que al chofer le querían poner una multa por no tener el dichoso sticker, aunque solo iba a estar ahí un par de minutos en lo que ella recogía unas cosas en el salón de música y regresaba.

Tuve que pedirle permiso al decano para salir y arreglar el asunto. Eso no fue difícil, lo que si no pude fue negarme a la tarea especial de asesorar a una estudiante nueva, después de todo él es mi jefe. Ahora yo estoy en la maldita fila de departamento de vehículos comparando en mi celular el horario de las chicas con el mío para ver que en hora nadie tiene clases para poder declararla como hora de almuerzo oficial. Es lo mejor que puedo hacer mientras espero por sí que alzo la mirada me voy a encontrar con una excompañera de la preparatoria que no quiero saludar o más bien no es que no quiera sino que me va a preguntar sobre Marcus y mis vacaciones y no quiero pasar por eso.

Busco los papeles correspondientes mi bolsa porque ya solo me faltan 5 personas para pasar.

—Oye se te callo esto— dice una voz algo familiar atrás de mí.

Entre besos y engaños.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora