Capítulo 12 - Pamela Cárdenas

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Pamela Cárdenas

Toco el timbre de la casa y espero, como nadie me abre vuelvo a tocar unas cuantas veces más.

<< ¿Por qué se tardan tanto?>>

Estoy por volver a tocar o intentar abrir la puerta cuando Tamara la abre por mí.

— Te escuché la primera vez— me dice la peli negra.

— Lo dudo tuve que tocar 20 veces más— ella ignora mi comentario y se hace a un lado para dejarme pasar a su increíble casa— ¿Cómo está Ángela? Ya intentó suicidarse.

— Con eso no se juega— me reprende.

— Es broma, primero se los carga a los dos — ella rueda los ojos, pero no me dice nada. — ¿Entonces, cómo está?

— Está en su cuarto, no ha salido de su cama, solo pone las mismas canciones una y otra vez. Nunca la había visto así.

— Vete tranquila, yo la cuido en lo que llega Natalia y no te preocupes no va a ver muertes en mi guardia — bromeo y Tamara me vuelve a mirar mal.

— Mejor espero a Natalia.

— Ni hablar y que dejes esperando a Hércules— su sexy y musculoso Hércules.

— ¿De qué hablas? Voy a ir a tocar en el concierto de verano de la facultad de arte— me dice nerviosa.

— Ajá y ¿el rubio sexy no va a estar? — la cuestionó y ella se pone roja.

— Dijo qué tal vez iba a verme, si acababa temprano su práctica de fútbol, pero yo de todos modos tengo que llegar temprano para practicar.

— Bueno entonces vete, luego me cuentas como te fue.

Casi empujó a Tamara para que salga de la casa, entiendo que se preocupe por Ángela, pero sé que no va a estar así ni un mes cuando ya va a tener a cualquier pendejo tras ella. Hombres no le faltan y al fin podrá salir con todos los que quiera y poder pasar un buen rato sin que el aburrido de Marcus le arruine las cosas.

Subo a ver cómo está nuestra pequeña cupido en depresión.

Entro al cuarto sin tocar y efectivamente está como Bella en Luna nueva con la canción de possibility de Lykke como himno siento tan dramática cómo es posible.

—Traje helado de 3 diferentes sabores y espero que comas tus penas.

—No tengo hambre— dice con un hilo de voz.

—Traje menta con chocolate— comento y ella eleva la mirada, sé que lo dulce es su debilidad.

—Tu entrenador te va a regañar por comer esto— me dice abriendo la nieve y agarrando una cantidad masiva con la cuchara.

Entre besos y engaños. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora