"El reencuentro entre ambos tenía que suceder, pero... ¿Tenía que ser en ese lugar? El comisario y el agente tiene que verse de nuevo, y era inevitable terminar así..."
-Vas a acercarte a él porque no tienes otra opción, solo es Volkov, de seguro no te guarda rencor... - Exclamó el agente, quitándose la máscara negra, observó su reflejo en el espejo retrovisor con la tenue luz de su auto iluminado el interior.
-Solo salúdalo y ya está, deséale un buen servicio ahora que regresó, vas a hacer que parezca una coincidencia verlo aquí... - Se pasó una mano por la cresta despeinada y suspiró, colocando ambas manos sobre el volante.
Horacio no esperaba ver a Volkov tan pronto, pero cuando fue informado de su regreso no pudo seguir huyendo, tarde o temprano tendría que afrontar un reencuentro con aquel hombre.
La noche era fría, así que la chaqueta azul del FBI le permitía entrar en calor, se permitió por unos minutos más observar la puerta de aquel establecimiento y al comisario recargado contra ella, ni siquiera fue consciente de cuándo los recuerdos de la primera vez que estuvo ahí invadieron su mente.
Esa pequeña tienda había sido el lugar donde todo había comenzado, donde lo sintió cerca por primera vez, ese día su perfume se metió para siempre en su sistema, y donde sintió su corazón latir junto al suyo.
Suspirado el de cresta tomó el valor necesario, y bajo de su vehículo, dispuesto a aceptar lo que viniera.
Viktor tenía mucho trabajo pendiente, tenía pocos días que acababa de regresar de sus largas y merecidas vacaciones, volvería al servicio hasta el día siguiente pero su móvil no dejaba de notificar avisos y mensajes.
Esa noche se permitió tomar un trago antes de volver al trabajo, pero lamentando el hecho de que no le quedaban más botellas de vodka, llegó a aquella tienda, no supo por qué, de todas las que había, precisamente fue a esa.
Antes de entrar se recargó al lado de la puerta, su móvil no dejaba de sonar y un dolor de cabeza lo comenzaba a atormentar, sacó el teléfono solo para apagarlo pero al guardarlo de nuevo en el bolsillo de su gabardina negra, lo observó.
Horacio bajaba de un vehículo a unos metros de él, aquel caballero que a pesar de el paso de los años no había cambiado en lo absoluto, vestía jeans y la chaqueta del uniforme, su cresta despeinada saltaba a la vista y era de un color claro.
Volkov se quedó sin hablaba, no esperaba verlo, al menos no esa noche, lo observó fijamente y apretó la mano derecha en un puño.
-¡Volkov! Qué alegría verte hombre, me encanta saber que... - El moreno no terminó de hablar, el puño del comisario impactó directamente con su rostro.
-Eso es por el disparo a mi pierna... - Exclamó, Horacio sinceramente esperaba aquello, dio un paso atrás y sonrió, mientras que se pasó una mano por la piel magullada de su rostro.
-Bueno, supongo que lo merezco... - Otro golpe impactó el lado contrario de su rostro, su mejilla derecha también recibió el mismo trato de manos del ruso.
-Eso es por déjarme solo y no confiar en mi. - Volkov se acercó hacia él, la calle estaba desierta y observó cómo Horacio asentía y limpiaba con su mano un pequeño hilo de sangre que caía de sus labios.
-Volkov yo... - Y de nuevo el de cresta no terminó de hablar, el ruso lo tomó de la chaqueta con ambas manos y lo acercó hacia su rostro, tomándolo por sorpresa.
El moreno esperaba cualquier recibimiento de parte de Viktor, desde los golpes hasta que fingiera no conocerlo, pero la opción de que lo besara nunca pasó por su mente.
