Au's Volkacio (+18) 💜

"Everything is grey..."

El día comenzaba temprano, la cuidad de los Santos nunca descansaba, y ellos se encargaban de su seguridad.

El comisario Viktor Volkov se encontraba en el vestidor, se preparaba para el largo día que tendería por delante.

Se cambió la camisa, se decidió por la azul, estaba perdido en sus pensamientos, nunca notó al hombre que lo observaba fijamente.

Desde la puerta, Horacio había encontrado un lugar donde podía obsérvalo sin ser descubierto, sacó su pequeña cámara instantánea, y capturó ese momento.

Después de un par de fotos silenciosas, se escabulló del lugar, no quería ser descubierto.

Pasó rápidamente por él área de recepción, y alguno oficiales lo observaron, siempre veían al inspector Horacio con aquella cámara, pero él se excusaba diciendo que era fanático a la naturaleza.

Salió del lugar y entró a su patrulla, aquel con la placa de "Héroe", dejó la cámara en el asiento trasero y tomó las fotos en sus manos, espero unos segundos a que se aclararan y las observó.

Viktor sin camisa, luego con una azul sin abotonar, y luego con ella a la perfección.

Abrió la guantera y sacó su colección un momento, las iba a observar cuando la voz de dicho hombre resonó a su lado.

-Privet Horacio ¿No se encuentra en radio? El superintendente nos está llamado desde hace unos minutos. - Exclamó el comisario, prestando atención a las pequeñas imágenes, aunque no alcanzó a distinguir ninguna.

Horacio rápidamente las dejó sobre el asiento del copiloto y las cubrió con una mochila que siempre cargaba con él, rezando porque no las hubiera visto.

-Si claro, enseguida voy. - Fue lo único que respondió, antes de bajar y cerrar su patrulla con seguro.

Caminaron juntos a la reunión, Horacio no podía dejar de estar nervioso por el hombre a su lado, su perfume, su simple presencia, lo volvía loco.

Entraron al lugar y no salieron de ahí por varias horas, el superintendente sí que estaba dispuesto a molestar ese día.

Horacio llegó a su casa de madrugada, solo llevaba su mochila al hombro, entró en silencio y fue directo a su habitación.

Después de un baño, se colocó solo su pantalón de pijama y se dejó caer sobre la gran cama, tomó la mochila, que descansaba sobre una mesita de noche y sacó las fotos.

Las observó una a una, su pequeña colección había crecido con el tiempo, amaba a ese hombre, lo adoraba, y si no podía tenerlo, las fotos eran su mayor consuelo.

Una del ruso riendo, otra con el traje de geo, una en un código 3, una en una reunión donde lo capturó de perfil, una mientras se ejercitaba en el gimnasio, y así había más y más.

Observó las más recientes, Viktor sin camisa, despreocupado y tranquilo.

Horacio recordó su aroma, sus abrazos, la manera en que lo veía,su voz, y un calor poco a poco fue subiendo por su cuerpo.

Con su mano izquierda sostuvo la foto y con la derecha fue tocándose poco a poco, primero el pecho, después el estómago y así fue bajando lentamente hasta que llegó al lugar que reclamaba su atención.

Se quitó el pantalón de pijama con un solo movimiento, y comenzó a tocarse, primero lento y de una manera delicada.

Su miembro duro y rígido reclamaba atención, y solo él se la podía dar, fue aumentando la velocidad de sus movimientos, su respiración era rápida.