"Después del FoS quedó una promesa pendiente, días después aún no se cumple, hasta que después de una nueva edición, sus caminos se cruzan otra vez."
Los días pasaban, uno tras otro, el comisario Volkov regresó a sus actividades diarias y todo a su regreso parecía normal.
Sin embargo él no era el mismo, no se sentía igual, día a día aquel hombre seguía en sus pensamientos, su olor parecía seguir sobre su piel, y por sobre todo, la promesa hecha seguía pendiente.
Viktor se enteró de la nueva edición de aquel evento por un volante que llegó a sus manos, y la idea de presentarse de nuevo fue demasiado tentadora, quizás podría ir de nuevo como seguridad, o hasta presentarse como un participante, aunque aquella tonta idea fue desechada rápidamente.
Y ahí estaba ahora, a las puertas de aquel edifico, sentado tras el volante de su bonito deportivo negro, llevando una gorra que intentaba de alguna manera ocultar su identidad, esperando al hombre que no podía salir de sus pensamientos.
Horacio estaba algo decepcionado, pero no iba a permitir que un hombre que no sabía lo que quería arruinara sus días, menos el mismo hombre que ya lo había dañado en el pasado.
Si bien le había hecho una promesa, no era la primera vez que Volkov le mentía, así que dejaría aquello que había ocurrido entre ambos como un sueño, un bonito encuentro que quizás no debió suceder.
Se despidió de su hermano a las puertas de aquel lugar, se había acostumbrado a las desapariciones frecuentes del rubio, sabía que siempre se encontraba bien, un corto abrazo y algunas palabras de adiós, y cada quien partió por caminos diferentes.
Se retiró en silencio, la idea de ir a buscar al comisario rondo sus pensamientos, una sonrisa se instaló en rostro cuando recordó aquel momento en el camerino.
-Joder, eres un idiota... - Susurró, mientras sacaba las llaves de su auto, las cuales se le cayeron al suelo al escuchar aquella conocida voz a su espalda.
-¿Alguien a quien conozco? - Preguntó el hombre a su lado, que levantó las llaves del suelo y se recargó contra la puerta del pequeño vehículo de Pérez, cruzándose de brazos y observándolo a los ojos muy fijamente.
-Depende... ¿Conoces muchos idiotas? - Respondió el de cresta, tomando las llaves de su mano y guardándolas de nuevo en su chaqueta.
Viktor sonrió, esa pequeña sonrisa que solo aparecía en presencia de Horacio, se quitó la gorra y se pasó una mano por el cabello grisáceo despeinado.
-Unos cuantos... - Susurró, sin dejar de verlo fijamente a los ojos, el viento sopló y el perfume del moreno inundó de nuevo sus sentidos.
-¿Qué haces aquí? - Cuestionó, dando un paso al frente, ni siquiera lo pensó, quería estar cerca de él.
-Solo pase a verte, quería ver si todo estaba bien, si tú... - El mayor no terminó de hablar, Horacio dio otro paso al frente y lo interrumpió.
-¿Saber si aún deseaba una próxima vez? Aquí la pregunta es... ¿Tú la deseas? - Dió otro paso, levantando una mano la pasó por la solapa la chaqueta negra del ruso.
Él contuvo la respiración y Horacio se acercó aún más, estuvo tan cerca que pudo besarlo de haberlo deseado, en ese momento sintió el toque de Viktor en su mano.
-¿Vienes conmigo? - Susurró sobre su rostro, no espero una respuesta cuando ya iban camino a su auto, ninguno de los dos supo cómo fue que llegaron al departamento del ruso, ni como lograron cruzar la puerta manteniéndose alejados.
Nada más entrar, Viktor tomó las mejillas del moreno, cubiertas por una barba incipiente entre sus manos, y lo miró.
Horacio tenía los labios ligeramente abiertos, se moría de ganas de besarlo, pero de nuevo él no llevaba el control, y lo sabía.
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Au's Volkacio (+18) 💜
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