Al despertar a la mañana siguiente, Horacio no esperaba verlo, él nunca se quedaba más allá de la madrugada, pero ahora fue diferente.
Lo primero que observó al abrir los ojos fue el rostro tranquilo del ruso que dormía a su lado, estaba relajado, como casi nunca lo había observado.
Le apoyó una mano en la mejilla, la creciente barba en su rostro le raspó la palma de la mano, pero de una manera agradable.
¿De verdad eso era solo sexo? Pensó, mientras seguía acariciando el rostro del hombre frente a él, quien poco a poco fue despertando, hasta que abrió los ojos por completo.
Él también se sorprendió de seguir ahí, pero no se movió, observó los ojos bicolores del moreno, mientras se acercaba a depositar un beso en su nariz.
-Buenos días. - Susurró, cuando sintió como Horacio escondía la cara en su cuello, y respiraba su aroma.
-Hola. - Respondió tímido, nunca habían estado en una situación así, despertar y sentir al otro al lado.
Eso era algo que Horacio amaba, las caricias y los abrazos que venían después del sexo, pero al comenzar esa serie de encuentros con el comisario, supo que él nunca le ofrecería eso, hasta ahora.
El ruso lo tomó entre sus brazos, y depositó un corto beso en sus labios, antes de dejarlo ir y comenzar a vestirse.
-¿Quieres que te lleve al trabajo? Yo aún tengo que pasar a mi departamento a darme una ducha y cambiarme, pero si esperas un poco podríamos... - El ruso no terminó de hablar, la voz de Horacio lo interrumpió.
-Quiero que estemos juntos, salir contigo, despertar y verte todos los días, eso quiero... - Exclamó, mientras se sentaba en la cama, no pensó demasiado las cosas, solo dijo lo que su corazón sentía.
Viktor se quedó quieto unos segundos, para después terminar de vestirse y tomar asiento al lado de Horacio.
-Sabes que yo no puedo ofrecerte eso... no sé si estoy listo, pensé que así estábamos bien ¿Para que cambiar? - Volkov era sincero, aunque también se negaba a admitir lo que su corazón poco a poco había comenzado a sentir.
-Olvídalo, no dije nada... ve tú solo, yo iré más tarde al trabajo, nos vemos luego Viktor. - Respondió Horacio, dándose la vuelta y cerrando los ojos, fingiendo dormir de nuevo.
-Está bien, nos vemos después... - El ruso se acercó, depositó un beso en la coronilla del moreno, y se retiró en silencio de aquella habitación.
El agente del fbi se quedó todo el día en la cama, pensando en su decisión, a pesar de todo lo quería, y deseaba quedarse con él, pero era cada vez más difícil si el comisario se negaba a admitir sus sentimientos.
Horacio volvió al trabajo esa noche, no iba a perder el tiempo, tenían el mejor sexo, eso era cierto, pero si se negaba a darle todo lo demás que conllevaba una relación, quizás lo mejor era terminar con esos encuentros de una vez por todas.
Durante una semana no hubo contacto entre ellos, ninguno buscó al otro, y quizás era lo mejor, el tiempo alejados sirvió para que los sentimientos se aclararan.
El ruso se encontraba en su oficina, estaba absorto en sus pensamientos, después de pensarlo durante varios días había llegado a una conclusión, su miedo no lo iba a detener, el despertar junto a Horacio había sido el inicio de todo.
Lo extrañaba, lo deseaba, Horacio valía el riesgo de que le rompieran el corazón, notificó a la LSPD que se iba a tomar algunos días libres y apagó el radio, subiendo a su auto partió de comisaría rumbo al departamento del menor, donde estaba seguro de este se encontraba.
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Au's Volkacio (+18) 💜
Roman d'amourOne shots Volkacio +18 © TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.