17. One and only

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-Ahora regreso, voy a la farmacia y luego a la universidad a recoger algunas cosas. Si llama Koshi, le dices que regreso en una aproximadamente.

-Ok, cuídate hijo- la madre corrió a la puerta- Cierto te acuerdas del chico que te comenté, papá quieres que tengas una cita a ciegas con él, es el hijo de uno de sus amigos.

-¿cita a ciegas? Que raro, papá odia la idea de que tenga novio-respondió Chikara mientras se ponía los zapatos.

-Es verdad... pero creo que ya se ha dado cuenta que no eres un niño y quiere asegurarse que conozcas a la persona correcta. La cita es la próxima semana.

Ennoshita sonrió irónico- ¡Qué pena! para ese tiempo ya estaré en Tokyo. Dile a daddy que me hubiese encantado, pero no podré- le sonrió con los hombros levantados- ni modo, es una lástima, qué se le va hacer.

Su madre sonrió malvadamente- jajaja, que bueno que quieras porque el chico de la cita vive en Tokyo. No te preocupes le diré a tu padre lo encantado que estás.

El futuro capitán de Karasuno se mordió los labios por dentro, sonrió forzadamente y teatralmente le dijo- Gracias madre, tan atenta y considerada como siempre. Ahora si me disculpas, tengo que comprar supresores y un par de condones no creo que en la primera cita, ¡ya quieras nietos!

-¡¿Qué dijiste jovencito?!- no pudo terminar el regaño porque su hijo se fue corriendo- Este chico, no se llevó un paraguas.

/¡¿Qué carajos se cree mi viejo?! Tengo 19 años ¿Acaso cree que no puedo elegir con quién salir?  Yo dije al fin fuera del alcance de mis padres, pero no. Maldición.
No importa, inhala, exhala Ennoshita Chikara, inhala, exhala/

Llegó a la farmacia, pidió los supresores de siempre, pero oh sorpresa no habían. Tuvo que comprar otros de menor intensidad. 

/Genial, no venden los putos supresores que siempre uso, espero que estos me sirvan para salir de paso. Seguro que en Tokyo habrá/

Siguió su camino hasta la universidad, no había nadie era una plaza desierta. Fue al cuarto de cambio de volley, había olvidado sus zapatillas y unos shorts de cambio que le iba a servir en su viaje. No tenía la llave, pero el encargado la iba a dejar debajo de la alfombra como siempre. Para su mala suerte no estaba la llave.

/Lo que me faltaba, ahora no puedo entrar ¿Quién fue el imbécil que cerró el gimnasio la última vez? ¿No tiene cerebro o qué? ¿Ahora como entro?/

Empezó a dar saltitos para ver si alguna ventana quedó abierta, felizmente había una rendija medio abierta. Con mucho cuidado y esfuerzo trató de meter su mano, empinándose encima de un balde que encontró por ahí, ya casi lo lograba.

/Un poco más, solo un... casi lo logro/

-¡Hey!- Pero un grito lo desconcentró

Avanzó demasiado hacia adelante, el balde resbaló, ya se veía en el suelo; sin embargo, ese alguien lo sostuvo.

/Quién mierda es este idiota que se le ocurre hablar ahora, morirá, simplemente lo mataré y luego enterraré su cuerpo en mi jardín/

Pasaron segundos para que se diera cuenta de quien era /esa voz/ Apenas levantó el rostro, sus miradas se cruzaron. Un leve sonrojo tiñó de color las mejillas del omega- Tanaka...

¿Puedo quedarme contigo? [Haikyuu omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora