48. Tú sí sabes quererme

410 44 123
                                    

[Hace más de 2 años]

- ¿Estás seguro de irte sin hablar con él? - Matsukawa veía el reloj, faltaba poco para el embarque

-- apenas sonrió, por un momento dio una mirada panorámica al aeropuerto como buscandolo, pero no lo halló. Volvió a ver a su par de amigos - No se preocupen, entre nosotros han pasado más de 20 años- se paró del asiento y tomó su maleta- estaremos bien. Cuidense, me apena no poder quedarme para la boda de ustedes.

-A nosotros también, apenas tengas un número de América, nos llamas- comentó Takahiro junto a su prometido.

-Sí, aunque no sé si sirva de mucho porque estaré en diferentes lugares, creo que sabrán de mí más por los correos o postales que envíe que por una llamada telefónica- respondió el fotógrafo

Esa pareja fue la última en ver a Iwaizumi antes de partir a Latinoamérica. Hajime no perdió la comunicación con Japón. A las semanas de su partida se enteró que su amigo de la infancia eligió ir a Argentina. Por un momento tuvo la tentación de viajar hacia allá, ese país no estaba dentro del itinerario de viaje, así que no podía darse el lujo de pagar un pasaje Lima-Buenos Aires.

Lo pensó mejor y decidió concentrarse en el proyecto que tenía en manos. También quería un tiempo para él, para pensar las cosas, para acostumbrarse a estar sin él, no es que pensara que sus sentimientos cambiaran, pero era el momento ideal para dejar de lado esa dependencia que habían generado el uno por el otro. Eso no quitó que perdiera el lazo con la familia de Oikawa, sus padres se conocían desde antes que nacieran.

Tooru por su parte aún con la confusión mental y el enojo con la selección japonesa decidió dedicarse de lleno al club argentino. Nuevamente, las cosas no eran fáciles, requería de mucho esfuerzo, pero como siempre cuando algo se le metía en la cabeza, nadie lo podía detener. Las pocas veces en que el ritmo de entrenamiento no eran tan demandantes, se hundía en el mundo de pensamientos llenos de Hajime

/¿Dónde estas? ¿Con quién estas? ¿Piensas en mi? ¿Te habrás enamorado de alguien?/

No abrió el correo, cosa que tampoco hacía con frecuencia, pero igual tuvo miedo de encontrar algo que lo desestabilice, no quería volver a pasar lo que vivió en Japón, aunque no quisiera admitirlo el egoísmo todavía seguía metido en él. Si bien pensó buscarlo en Perú tampoco sabía a ciencia cierta en qué lugar estaba o si ya estaba en otro país. Al final, también para el omega era un tiempo de desacostumbrarse a estar sin él: era un espacio necesario para ambos. A veces el tiempo arregla y desarregla cosas, mejor de lo que nosotros podríamos hacer.

A finales del siguiente año, Oikawa adelantó unos días su llegada a Japón y fue inmediatamente aquel departamento del que había huido. Sabía que por esas fechas, se debió acabar ese proyecto fotográfico, así que tuvo la esperanza de encontrarlo ahí, pero no fue así. El alfa no regresó. El jugador del club argentino dejó libre el departamento, sacó las cosas de ellos dos, no eran muchas así que pudo empacarlas. Dejó las llaves, pero se llevó los llaveros. Sintió una pesadumbre en su pecho al dejar ese lugar, no quería resignarse a pensar que todo acabo.

Revisó su mail y no tenía ningún mensaje. Por un momento, el desánimo y la desilusión se apoderaron de su estado de ánimo. No estuvo ahí ni un día y tomó el primer tren bala hacia Miyagi, tal vez allá con sus padres o los padres de ese hombre, podría encontrar alguna noticia de él. La familia lo recibió muy bien, orgullosos de lo logrado por su hijo y más cuando pidió la ciudadanía argentina y estaba a punto de ingresar a la selección albiceleste.

Después del almuerzo de bienvenida, estaban los dos solos en la cocina: su madre guardando el postre que quedó y él limpiando los platos.

-Madre ¿y... cómo está la familia Iwaizumi?- preguntó disimuladamente mientras guardaba los cubiertos

¿Puedo quedarme contigo? [Haikyuu omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora