¿Puedo quedarme contigo? [Haikyuu omegaverse]

57. ¿Quién eres?

[Después de 17 años]

¡Go, go Kageyama.Go!- Se escuchaban los gritos de lejos. En el estrado estaban los estudiantes de secundaria que fueron a animar a los egresados. Los dos alfas alentados que estaban en la cancha eran los nuevos talentos de 1er año reclutados en sus primeros entrenamientos -¡go, go Bokuto go! - La Universidad de Tokyo los fichó desde que estaban en secundaria, no solo por la trayectoria de sus padres, también por la actitudes innatas que demostraban para el volley.

Ese día se iniciaron la prácticas, pero éstas iban a ser particularmente distintas al de años anteriores. Ya había pasado el calentamiento y unos breves sets de prácticas con los senpais de la universidad. Era el break y esperaban a los nuevos contrincantes y reclutados.

-¿Oiste los rumores?- le dijo Hayate Bokuto mientras bebía de su botella. Alfa apunto de cumplir los 18 años y único hijo de Kotaro y Akashee. Heredó la belleza externa de su padre omega, rasgos finos y masculinos, el cabello negro y corto, y el talento físico para el volley de su padre alfa y también la ingenuidad, pero sin llegar a ser infantil. Era de carácter sosegado, excepto cuando se ponía nervioso, ahí se convertía en un niño grande. Tenía el puesto de estrella del equipo por sus perfectos rectos, sus cortantes diagonales y sus violentos remates - Dicen que ahora las prácticas serán mixtas.

-Mmm... pero siempre han sido así, ¿no? Desde la época de nuestros padres, ya admitían omegas en los clubs- Akiro Kageyama respondió mientras se secaba el sudor del rostro. Hijo mayor de Tobio y Shoyo. Otro alfa de 17 años que ocupaba el puesto de setter, heredó el talento de sus padres. Tenía un carácter tranquilo, pero encendido cuando se trataba de cosas que lo apasionaban, en especial por el volley. Era un perfecto equilibrio entre el trabajo de un reloj suizo de su padre alfa y la amabilidad y la pasión de su padre omega, aunque de vez en cuando toda la corona heredada por sus padres hacía que actuara un... poco "rey" en lo quería. Físicamente se parecía muchísimo a Tobio, era como verlo de joven, pero poseía la sonrisa cautivadora y los ojos marrones claros, casi pardos de Shoyo -Ahora lo que queda es ver quiénes más han sido convocados.

-No, me refiero a que compartiremos la cancha con el equipo femenino, creo que la idea del entrenador es hacerlo mixto o no sé qué exactamente quiere...- Los dos se conocían desde hace mucho debido al compañerismo de Kotaro y Hinata. Ahora ellos vivían una etapa distinta a la de sus padres, la ideología del Estado cambió con el tiempo y se buscaba una mayor equidad entre hombres y mujeres, omegas, alfas y betas.

En ese momento vieron entrar al gimnasio a varios reclutados, algunas mujeres, otros hombres, betas, alfas y omegas. Rostros nuevos, distintos aromas. Los que llegaban se les quedaban mirando a ese par, imponían con su presencia, a pesar que no les gustaba destacar. El entrenador no estaba en ese momento, el gimnasio quedó a disposición de los senpais y los nuevos. Los mayores decidieron repartirlos en seis equipos para probar a los nuevos reclutados. No se conocían entre ellos, el punto era saber de lo que el otro era capaz desde las habilidades técnicas. Jugaron unas cuantos sets, ahora al equipo de esos dos alfas les tocaba enfrentarse a un equipo mixto, igual que el de ellos, era el último set del día.

-Así que tú... ¿eres el Rey de la cancha?- dijo calmada la omega

Akiro sabía que se dirigía a él, varios lo habían llamado así por su padre. Y a él no le gustaba que lo comparen, tenían historias y personalidades distintas, aunque no pudo negarse enamorarse del puesto de colocador -No, me gus-

-Déjame adivinar no te gusta que te digan Rey -lo interrumpió esa muchacha - a mí tampoco me gusta que me cataloguen con apodos que no me he ganado. Ser Rey de la cancha es un título muy grande.