¿Puedo quedarme contigo? [Haikyuu omegaverse]

33. flores de lavanda

Al final del siguiente fin de semana, Shoyo y los del equipo de Nekoma fueron a despedir al aeropuerto a Kenma. Por esas coincidencias de la vida, ese mismo día también se fue Atsumu a Estados Unidos, al ver a Hinata, se despidió de él y le prometió que la próxima vez irían a ver ese partido e irían a su cuarto a ver lo que le prometió "Shoyo-kun, volveré y alguno de estos días colocaré para ti... y verás que te haré sentir muy bien", dándole un beso en la mano, se embarcó para América. [palabras proféticas señores]

/Menos mal que no vino Kageyama/ Hinata no creía que el rubio fuera un "zorro que quería comérselo" (en palabras de Kageyama), solo una persona amigable que seguramente siente atracción por él.

En fin, el tiempo fue transcurriendo y ya estaban a una semana de empezar otro semestre, pero antes que eso sucediese, todos se encontraron en Miyagi para la boda de Suga y Daichi, esta sí era una reunión fraternal pequeña y sencilla entre amigos y familiares, en uno de los jardines de la casa de Asashi. Gracias a su familia pudo heredar una casa con un jardín de 5 hectáreas, suficientes para tener un agradable ágape. Todos iban llegando, excepto dos... Ennoshita y Tanaka, los dos eran los kohais queridos de Daichi y Suga y no verlos ese día iba ser difícil.

Justo cuando iba a empezar la ceremonia, Ennoshita con su madre llegaron, a pesar de lo ocurrido semanas atrás, no iban a faltar, las madres de ambos omegas eran muy amigas desde la juventud.

-¿Estás listo?- le dijo al oído su padre a Suga.

Koshi estaba radiante y más cuando vio a su mejor amigo llegar- ahora sí estoy listo- caminó del brazo de su padre hacia el altar. Todos los presentes conocían la relación de los novios y verlos dar ese paso era maravilloso, como ser parte de la vida de ellos.

Chikara tenía los ojos hinchados y llorosos, no solo por la boda de su segunda madre, también porque aún no se podía reponer de la ruptura con Tanaka. Su madre tuvo que sacarlo de los dormitorios de la universidad para poder asistir a la boda "Muy aparte de lo que te pase, es la boda de Koshi-kun, creo que eres lo suficientemente grande como para dejar de lado tus sentimientos personales" fue lo que le dijo su madre y eso era verdad, el peligris no tenía nada que ver con sus problemas, así que con las pocas fuerzas que le quedaban se arregló para el matrimonio.

El ver a Daichi sostener la mano a Suga, el ver como intercambiaron juramentos de amor, como se entregaron esos anillos y como sellaban su alianza con un beso, hizo que el corazón de muchos muriera de alegría y otros simplemente... de arrepentimiento.

Las lágrimas corrían por las mejillas de Chikara sin parar
recordando las palabras de Ryu
jurándole amor,
besándole,
pidiéndole que se casen apenas puedan,
imaginó que no eran Suga y Daichi...
sino que eran ellos dos...

Por más que se limpiara las lágrimas, su rostro seguía mojado y sus párpados hinchados. Su madre veía de reojo el sufrimiento de su hijo, sabía que ese semblante no era por los novios recién casados, trató de disimular, pero a ella también le dolía verlo así.

¡Que vivan los novios! ¡Que vivan los novios!
Los invitados los felicitaban, les echaban flores de lavanda, aplaudían
Los esposos estaban más que felices, todas las dificultades que habían pasado eran una grano de arena a comparación con lo que estaban viviendo.
Valió la pena los tropiezos, la paciencia, el crecer juntos, el atreverse a apostar por la relación
sencillamente, su amor se fundió en el crisol del amor maduro.