¿Puedo quedarme contigo? [Haikyuu omegaverse]

46. Noche de bodas

La ceremonia de matrimonio inició hace más de un par de horas. Se hizo bajo dos formas: el rito religioso y el civil. La familia rusa de Lev son cristianos ortodoxos, así que para ellos es fundamental una unión bajo la bendición divina.

Primero, fueron al templo donde se realizó el rito. Parecía una de esas películas medievales en donde los reyes se casaban: todos los invitados observando, ellos vestidos elegantemente, el sacerdote bendiciendo a la pareja tres veces y dándoles una vela. Recitando una oración especial y animándoles a intercambiar sus anillos, llegando al momento más importante, la boda en sí. (esta es la parte más importante de la ceremonia y recibe su nombre de la palabra vyenok, que significa corona)

Yaku y Lev se pararon sobre una tela rectangular e hicieron sus votos. El sacerdote colocó coronas de oro en la cabeza de los novios y les ofreció una copa de vino tinto del que toman tres sorbos cada uno (las coronas eran reliquias de la familia Haiba). Finalmente, el sacerdote llevó a la pareja alrededor del altar dando vueltas tres veces, que simboliza su vida futura juntos (el número tres en la religión cristiana, expresa una totalidad, en relación con las tres dimensiones del tiempo: pasado, presente y futuro. En la Biblia, decir tres equivale a decir "la totalidad" o "siempre").

Por último, la pareja de recién casados se quitaron las coronas y se dieron el beso que simboliza el inicio de vida como casados. Una boda de ensueño, a los dos les quedaban muy bien todo ese aire europeo oriental y sacro del matrimonio, Lev parecía uno de esos jóvenes príncipes recién elevados a la dignidad de rey y Yaku se sentía como el afortunado que le tocó casarse con el señor feudal; a pesar de la pompa y la elegancia, eso no quitaba lo que eran, ni cómo se conocieron, ni cómo se enamoraron, ni cómo llegaron a estar donde están.

Eligieron el hotel Park Hyatt Tokyo para el registro civil y la recepción, un lugar lo suficientemente grande como para albergar a todos los invitados: clientes, accionistas, trabajadores y modelos de la agencia, sin contar con la prensa nacional e internacional. Familiares y amigos de Rusia y Japón de parte de la familia Haiba y los amigos y familiares cercanos de Yaku. Obviamente, fueron Yamaguchi acompañado de Kei y la pareja de casados Tanaka, Shoyo no pudo ir porque llegaba al fin de sus entrenamientos; sin embargo, Kuroo y Kenma sí llegaron a ir, como buenos amigos del líbero.

Después del alboroto y las felicitaciones de todos, los novios dejaron a los invitados para dejar la muchedumbre y recluirse en esa noche tan esperada. Yaku lo tomó de la mano y lo encaminó al cuarto de bodas que él mismo se encargó de arreglar, quería que esa noche fuera especial, porque aunque no lo crean no volvieron a tener sexo después que el omega se mudó a Rusia, ni llegaron a formar el lazo.

La familia Haiba es conservadora así que no permitía que el futuro prometido se quedara en la casa por las noches, ni ninguna cosa parecida. Morisuke le pareció raro debido a su habitual rutina sexual, pero también lo vio como una ventaja para concentrarse en sus entrenamientos, purificar sus intenciones con el menor y guardar ese momento especial; además para el alfa el sexo no era su principal preocupación, se sentía feliz solo con estar con su novio, sin mencionar que estaba muy ocupado con el negocio familiar y el fin de la carrera. Pero bueno, el momento y el lugar indicado llegaron [y después de la mística llega la mastica]

🎼hasta el fin del capítulo una y otra vez🎻

El líbero abrió la puerta e hizo pasar primero a su esposo. El modelo entró viendo el lugar, tenía todo un estilo imperial, el tapizado antiguo de color vino, a medialuz con varias velas encendidas alrededor. Cerró los ojos y aspiró el aroma del lugar, no sabía cómo su novio lo había hecho, pero toda la habitación olía a él, ese olor a flores silvestres que amaba.

El mayor veía desde atrás el cuerpo alto, formado y esbelto de su esposo,
esa espalda ancha que se movía al ritmo de la respiración que moría por tocar;
esas piernas largas y firmes por el deporte en las que quería deslizar las suyas,
esas manos grandes y suaves que lo único que quería es que acariciaran su cuerpo
y ese cabello gris corto en donde quería enredar sus dedos.
Todo él despertaba los deseos más sórdidos y retorcidos.
Era un alma oscura que quería manchar esa alma pura.
Se mordió el labio inferior sonriendo del simple gusto de contemplarlo
y lo comió con la mirada de arriba a abajo.
Definitivamente, las intenciones que tenía no eran nada pías.