21.No quiero oír más I

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La cafetería se mantenía repleta durante todo el día. Eran las primeras semanas de clases y como siempre los estudiantes iban a ese oasis de descanso, además que disfrutaban de los pequeños actos culturales que se presentaban en la florería contigua. Negocio redondo porque ahí también eran los lugares de citas a ciegas de los universitarios.

Los nuevos trabajadores ya se sentían adaptados, conocían lo básico: precios, delivery, reserva del lugar, etc. Por un lado, en la cafetería trabajaban: Kenma, Ennoshita y Noya (estos dos últimos tuvieron la suerte que los anteriores trabajadores hayan encontrado practicas profesionales, lo que creó vacantes para ellos) ; y en la florería Hinata, Yamaguchi y Yaku. Normalmente, el café cerraba a las 10pm mientras que el lugar de venta de flores solo hasta las 8pm, a excepción que hubiera algún evento importante: exposición fotográfica, presentación de algún libro, alguna banda indie o cosa parecida.

Ya eran las 7:40pm y Shoyo era el encargado de cerrar la tienda. Había quedado con Tobio que después del trabajo irían a comprar unas nuevas zapatillas. Las cosas entre ellos, después del primer celo tomó otro rumbo, bajó la tensión sexual y creció el romanticismo de la primeras citas: las mariposas de tomarse las manos, besarse, abrazarse. Conversaban de todo y de nada, sin perder la competitividad por el volley. La atracción física que ya existía entre ellos se afianzó más con la atracción de personalidades: distintas y a la vez fascinados el uno por el otro, pero faltaba una cosa más que uno le pida al otro formalizar la relación (porque sí, ninguno daba el brazo a torcer).

-¿Quieres que vayamos juntos a los dormitorios?- le preguntó Tadashi

-No, voy a esperar a Kageyama, vendrá a recogerme

El más alto empezó a bromearle- Uuu... parece que las cosas entre ustedes van a pedir de boca.

El pequeño se sonrojó- No es para tanto- no sabía donde meterse.

Yaku miraba al par de chiquillos y suspiró

/el primer amor.../

Sonrió, caminó unos pasos más y cruzó a la tienda del costado. Ahí encontró el setter de Nekoma con un mandil y una coleta sujetada, estaba revisando las entradas y salidas de la caja.

-¡Que envidia, Kenma, de la gente enamorada, yo también quiero algo así!- dijo Morisuke recostando su cabeza sobre la barra.

El otro lo miró y se burló de él- si sigues tirado como una vaca y con esa cara, no creo que alguien se fije en ti- Cerró la caja y se alistaba para el cambio de turno.

-¿Ya te vas‽ Pensé que tu turno era hasta las 10 pm

-Sí, ahora llega Ennoshita-san a reemplazarme, quería ir a comprar unos vídeos de partidos de volley- respondió el setter

-Aa? Tú partidos de volley? Querrás decir videojuegos... porque tú haciendo eso... a menos que...- el líbero lo conocía y sabía de sus sentimientos por el #10 de Karasuno- No me digas que...

Kenma se soltaba el mandil y la coleta, sopló resignado- No sigas Yaku, ya hablamos de esto.

-Sí ya hablamos de esto, pero también recuerdo que te dije que te alentaría si es que esto tiene una respuesta positiva, pero creo que no es así- Dijo el pequeño mientras lo miraba con cierto enojo por la actitud de cerrazón de su amigo.

-Tampoco tengo una respuesta negativa. Él ya sabe lo que siento, no soy instigador, solo quiero pasar tiempo con él -se paró firme y le dijo-¿Ahora no puedo hacer eso, acaso? Solo es hasta que piense en la posibilidad de nosotros.

¿Puedo quedarme contigo? [Haikyuu omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora