2. Ganas & Roces

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🎼Entiendo que no puedo suplicarle una vez más
Pero nada se detiene, sólo vivo para ti
Dame sólo un beso que me alcance hasta morir
Como un vicio que me duele, quiero mirarte a los ojos🎻

Al día siguiente, el equipo de Karasuno madrugó para ir al último día del entrenamiento en Tokyo. Esta vez, también estaría Nekoma, el equipo de Kenma [otro setter más, que Dios ayude a Hinata]

-¡Kenma!- saltó alegre al verlo y corrió a saludarlo.

-Shoyo, llegaron- el aura que transmitía Kozume era distinto cuando estaba con el #10 de Karasuno. Parecían dos apacibles ángeles que sonreían cómodamente, solo faltaba nubes y cantos celestiales. Y no solo es lo que pensaba esta autora, también Kageyama, Kuroo y Oikawa que los miraban de lejos desde diferentes puntos del gimnasio.

/¿Habrá que llamar a la policía por un posible intento de acoso?/ pensaba Yachi, que al parecer es la única que se percataba de las miradas de esos tres. Entonces empezó a escribir en su cuaderno de apuntes: "Querida madre, creo que Hinata- y no sé si también Kozume-san-necesitan protección policial en caso de ser acosados". /Tengo que sacar unas fotos del momento para los próximos afiches personales que debo diseñar/

-Que bueno que hayan llegado al entrenamiento. Te ves muy bien.

-¡Sí, estoy encendido! Preparado para derrotarte- dijo emocionado del bloqueador de Karasuno

-Vas a necesitar mucho esfuerzo para ello-sonrió el setter de Nekoma

De repente, un balón interrumpió el buen amiente entre ellos- ¡Cuidado!- se escuchó a lo lejos. A lo que Kenma rápidamente atrajo hacia sí al pequeño, tomándolo de la cintura y pegándolo a su pecho. Hinata solo se dejó llevar, pero sin querer cayó con todo su peso encima de su salvador. Solo basto esa torpe coordinación de piernas para que un imperceptible beso se diera, apenas un roce de labios, corto, pero beso al fin.

El setter abrió los ojos de sorpresa y Shoyo los cerró del susto. Se paró lo más rápido que pudo, el otro hizo lo mismo como acto reflejo. Breves instantes de incomodidad. El chico de pelo naranja no podía mirarlo de frente.

-Hinata, ven que empezaremos el calentamiento-lo llamó Daichi a lo lejos.

-¡Sí...voy! Nos vemos después-dijo nerviosamente sin mirarlo a la cara, sonriendo de manera insegura. No sabía si debía disculparse, sacar el tema o hacer como si nada hubiese ocurrido, simplemente corrió hacia su equipo.

-Disculpa, no me di cuenta hice que te cayeras junto con el otro chico- se disculpó el jugador que había lanzado el balón.

-No, tranquilo; al contrario, gracias-dijo Kenma tocándose los labios y sonriendo tiernamente. Con lo ocurrido se percató de las orejas rojas del #10 de Karasuno al irse y de su forma tan tímida y tierna de actuar. Le gustó que fuera así

-¿gracias? /que raro/pensó el jugador.

/***/

Luego del día de entrenamiento, lo único que quería Hinata era no recordar lo sucedido con el setter de Nekoma; pensaba que era mejor irse de frente y dormir en el bus lo antes posible. No quería encontrarse con él, ni mucho menos con el gran Rey, pero el llamado de la naturaleza a veces es más fuerte.

Vio su reloj y todavía quedaban unos minutos para que el bus partiera, así que se fue cantando y dando brinquitos hacia el baño. De repente, paró en seco y se acordó que los peores encuentros con sus contrincantes los tuvo a puertas del baño. Se puso en posición de karate y miró como un ninja hacia todos los lado /cuidado...cuidado../ hasta que su espalda chocó con un "muro".

¿Puedo quedarme contigo? [Haikyuu omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora