47. No confundas las cosas

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Shoyo dejó su última entrega y continuó manejando su bicicleta por las calles nocturnas de Río. A pesar que no necesitaba trabajar porque lo tenía todo con Kenma y Kuroo, nunca quiso depender de eso. Solo aceptó el auspicio, por lo demás quería hacerse responsable de sus propios gastos con ese trabajo a medio tiempo.

Sus piernas pedaleaban lentamente, veía a la gente caminar en parejas, en familias, con sus mascotas. Eran las 10pm y todavía la gente seguía jugando en la blanca arena. Frenó y se quedó mirando a un grupo de adolescentes que tenían un partido de volley. Eso le trajo cierta nostalgia de su primer año en la Universidad de Miyagi, a pesar que no mostraba su rostro triste a esos dos con quiénes vivía, no podía negar que los recuerdos de Japón y de las personas de allá venían a su mente, en especial en esos momentos que no estaba jugando.

-¿Esto está pasando de verdad?- dijo el omega de cabellos marrones sonriendo de la sorpresa

El otro se volteó al escuchar esa voz conocida, se tensó de la sorpresa y gritó sin darse cuenta- ¡El gran Rey!

Dejó de lado su bicicleta y se le acercó nervioso, no podía creerlo -¡¿Qué haces acá Oikawa-san?!- preguntó emocionado Hinata moviendo las manos. Casi tres años que no se veían. Después del rechazo, se volvieron a ver una que otra vez en el gimnasio nacional, cuando el menor quería ver a la selección jugar. El mayor le hacía bromas y se reía de él, en ese tiempo su relación volvió a la misma: competir, reírse, compartir. Oikawa nunca se despidió de nadie al irse a Argentina, a Hinata le pareció raro su salida y desaparición. Pero otra vez, el tiempo y las circunstancia los volvieron a juntar. 

-Hey, esa es mi línea- dijo el mayor.

-¡Vine por invitación del club ASAS de São Paulo! Además de aprovechar a practicar volley de playa!

-Mira tú, siempre lleno de sorpresas, a veces das miedo chibi-chan - le respondió burlón- Es verdad... que escuché que ibas a entrar a la selección japonesa, pero antes decidiste venir para acá.

-¿Pero no me ha dicho qué hace acá?- dijo curioso el menor

-Ahora juego en la liga argentina, en el club CA San Juan de Argentina. Y... acabo de empezar mis vacaciones, estoy haciendo una escala en Río sólo por hoy- dijo tranquilamente el hombre de cabellos marrones.

-¡Ohhhh!- abrió los ojos -¡Siempre pensé que iría a la liga italiana!

-Sí... bueno, la liga italiana puede ir conmigo, pero tengo un cariño especial por un jugador de volley argentino que siempre fue mi referente- quería continuar contándole la historia, pero no pudo por la llegada de otros dos.

- Oigan... ¿quieren jugar un partido?- los dos omegas voltearon al escuchar la invitación. Al parecer eran dos betas que querían poner a prueba sus habilidades- Los que ganen invitan una ronda de cervezas. Los dos japoneses aceptaron el reto.

Definitivamente, no era lo mismo jugar en arena que en salón, eso lo pudo confirmar Tooru después de tantas caídas. El hombre de cabellos naranjas por un momento se sintió superior, de primera mano, sabe lo que bueno que era el setter y verlo así le causaba gracia. Poco a poco se fueron acoplando más y más como dúo, pero no fue suficiente para ganar. Perdieron ese set, pero el siguiente sí lograron ganarlo gracias al performance del menor, el año de entrenamiento mostraba ya sus resultados. Finalmente ganaron el tercer set.

Los otros dos por cumplir su promesa, les preguntaron que querían beber. Oikawa comentó en tono humilde: "considerando que soy un jugador profesional, lo dejaré pasar". Al escuchar el tono de duda de uno de ellos, como diciendo: "¿En verdad eres un jugador profesional?". El omega gritó: "¡De sala me refiero!". Los betas se fueron y dejaron a ese par.

¿Puedo quedarme contigo? [Haikyuu omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora