54. ¿Puedo quedarme contigo? I

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[un par de días antes]

El omega estaba tarareando una canción mientras abría un sobre. Podía escuchar las voces indistinas de los familiares en el primer piso, su madre lo llamaba, respondió en reflejo -¡Ya voy!- metió la postal, en ella estaban él y su ahora esposo en medio de las Cataratas de Iguazú. Escribió la dirección que consiguió gracias a su hermana y cerró el sobre. Ya estaba apunto de bajar cuando escuchó un ruido de su ventana volteó y vio que alguien quería entrar a su habitación - ¡Aaaa!- como solo tenia la lámpara encendida, no pudo distinguir al intruso. Se movió rápido y trató de impedir el paso forcejeando en la apertura de la ventana.

-jajaja, ¿Qué te pasa? Soy yo- le dijo Iwaizumi terminando de entrar a la habitación - Acaso no reconoces a tu esposo

-¡Iwa-chan! ¡Me asustaste! - dijo renegando entre dientes. Respiró tratando de tranquilizarse. Lo miró extrañado - ¿Por qué  entraste así? Pudiste entrar por la puerta.

El alfa se acercó a él -y...¿ eso que tiene de divertido?- lo tomó de la cintura pegándolo a su cuerpo

-ah?- Oikawa se puso nervioso. Hajime encontró la manera perfecta de volverlo idiota, esos ataques de sinceridad o de romanticismo lo sacaban de su eje. No se acostumbraba, antes podía reaccionar con una broma que lo hiciera enojar o un sarcasmo, pero hasta ahora no encontró la forma de sobreponerse a esa forma de actuar. El alfa comenzó a olerlo y a besar sus mejillas bajando hasta su cuello. Tooru se sentía en problemas -Espe...espera, nuestros padres están abajo

-ujum- continuó besando su cuello en el lugar donde dejó la marca

-No digas "ajá" - trató de soltarse del agarre- les va a parecer raro que no estés abajo y que yo no aparezca.

El fotógrafo no respondió y comenzó a intentar desabrocharle la camisa -no te preocupes solo le dices que estuviste con tu esposo.

-jaja, no, ni si quiera saben que estamos casados - detuvo el avance de Iwaizumi- solo le dije a mi madre porque era imposible ocultarle cosas- la pareja había aprovechado la última semana que les quedaba de vacaciones para ir con sus familias y darles las buenas nuevas. Habían llegado hace dos días y por obvias razones durmieron separados cada uno en su cama de solteros, pero parece que la distancia y una rara necesidad de estar más con Tooru hacían sentir al alfa urgido, tal vez, sea solo porque su celo estaba a la puerta de la esquina.

-Va...vamos abajo ¿sí?- le dijo nervioso el setter - tenemos que darles las noticias- trataba de reprimirse.

En ese momento escuchó golpes en la puerta y el intento de su madre por entrar a la habitación. La mujer al verse detenida le dijo -¿Tooru? ¿Qué pasa? Te escuché gritar ¿por qué no me dejas entrar? - insistió más girando la perilla con fuerza

-Madre...no es nada- sentía las manos de su esposo acariciar su espalda por debajo de su camisa- yo...no puedo dejarte pasar porque...- el aliento caliente golpear su oído- por...porque me estoy cambiando- trató de completar una frase coherente.

-Y ¿eso qué? conozco cada centímetro de tu cuerpo, yo te traje a este mundo- le dijo su madre desde el otro lado de la puerta volviendo a insistir con entrar -todos te están esperando, hasta Hajime-kun se aburrió de esperarte y creo que se fue a su casa, sus padres te quieren ver

El fotógrafo le dijo burlón al oído -En eso tiene razón, me aburrí de esperar- y volvió a abrazarlo para continuar su trabajo de desvestirlo.

¿Puedo quedarme contigo? [Haikyuu omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora