~Brownies~

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Max.

Tenemos menos de un día para que toda esta locura salga como lo planeamos.

- ¿Mamá los brownies están listos? - le pregunto sabiendo que debo partir para el rancho de la familia de Joel, esto solo lo hago porque quiero saber quien es el bastardo que está destruyendo mi pueblo, aunque no nací aquí, crecí aquí, aquí están mis padres, mi familia, el amor de vida y s,i este es mi pueblo y lo defenderé a todo costa.

-Si cariño están listo- responde mi madre, Analís Blackwood es una mujer fuerte con un corazón excepcional, pero ahora mismo la persona más valiente que conozco esta nerviosa, en realidad la entiendo somos sus hijos, mi madre se acerca a mí y me ve con esa mirada maternal que tanto amo de ella -Mi niño por favor discúlpenme nunca quise mentirles, solo no sabía cómo decirles todo- me dice mientras yo la abrazo, mi madre biológica tal vez tenia sus motivos u razones para no venir con Dylan y conmigo, pero aun así tuve la dicha de conocer a esta grandiosa mujer, me costo a lo primero confiar en ella y en mi padre, pero con el tiempo eso se volvieron, mis padres -Te amo y no tienes porque disculparte, Dylan y yo no tenemos con que agradecerte todo lo que has hecho por nosotros, mamá- le digo, le doy un beso en su frente y ella llora un poco en mi hombro.

Me duele verla así, Dylan no le ha hablado aun, mi hermano es muy rencoroso, pero es bueno-Se le pasara solo dale tiempo- le digo para que se calme. Ella se limpia el rastro de lágrimas, -Cuídalo y cuídate, Max- termina por decir -Lo hare mamá- le digo a los ojos, y con eso tomo la caja de brownies para salir al lugar donde será la fiesta.

El día por lo menos esta soleado, así se nos hará más fácil el decorar y llevar todo, recuerdo que tengo que llevar a los Evans y a mi hermano.

Subo a mi auto y pongo mi mochila y los brownies de mamá en el asiento que esta a mi lado toco el claxon lo más fuerte que puedo, y al parecer los chicos me estaban esperando.

Mi cuñado es el primero en salir y traer dos bolsas repletas de globo, abro la cajuela con el control remoto para que pueda entrarlo, Dylan es el segundo el salir con el bizcocho, por último, sale una no coja Sherril con más decoraciones, bien creía que ya estaban todo, pero una cuarta persona sale de la casa de mis vecinos, traer consigo más comida, y se acerca con Sherril a mi auto.

-Hola Max- me dice con su carita de niño bueno -Hola- le devuelvo el saludo. Marcos le abre una de las puertas traseras para que puedan entras, Dylan es el ultimo en entrar ya que se quedó cerrando la cajuela y entrando las decoraciones que traía Sherril. -Me gusta estar con ustedes chicos, gracias Max por dejar que viniera con ustedes- ¿que yo deje qué? Este niño esta loco o le dejaron caer demasiado cuando era bebe, solo lo veo con una sonrisa a labios cerrado y cuando veo que su mirada va dirigida a mi bonita mi semblante cambia totalmente.

20 minutos de viaje, soportando las miradas y la presencia de Tyler, es no sea una mala persona, o al menos parece bueno, pero no puedo soportar el hecho que sea novio de Sherril, aun recuerdo como ella le dijo que si ese día en mi ultima estadía como maestro de ellos.

Estaciono el auto y todos bajan, menos la única figura femenina que nos acompaña, me le quedo viendo, justo como ella lo hace conmigo, nuestro torneo de miradas neutras tiene más de 2 minutos ya, pero de pronto como si nada pasara ella sale del auto.

Yo hago lo mismo y cierro mi auto, pero antes cojo los brownies que preparó mi madre, lo extraño es que ella los decoro con unas bolitas que parecen dulcecitos y gomitas – Mmm eso huele delicioso- dice mi hermano queriendo tomar uno de las cajas, pero yo le doy en la mano para que la quite y no intente toma nada -No, es para la fiesta glotón- le digo y entro a la cabaña del rancho.

Pongo las cajas encima de una mesa, pero mis oídos escuchan unas risitas, busco de donde provienen y al ver quienes son las personas que ya están decorando muy felices, me dirijo a la cocina en busca de una cerveza, es el rancho de la familia de Joel siempre deben tener bebidas, al abrir el refrigerador verifico que estoy en lo correcto. Toma una y la destapo con el borde de la meseta, -Bien si voy a pasar el día en este infierno, por lo menos lo hare medio ebrio- pienso.

Pongo la cerveza en la mesa, y me quito el poloche quedando así solo en una camiseta blanca, todo estamos trabajando, si seguimos en este ritmo acabaremos pronto, cada 10 minutos vuelvo al refri por otra cerveza, cuatro, cinco, ya perdí la cuenta de cuento he tomado, para poder concentrarme en lo que hago y olvidarme en lo feliz que esta ella junto a él – Se que tienes buena capacidad para tomar, pero sabes bien que efectos y cuan potentes nos causa eso- expresa mi hermano.

A lo que Dylan se refiere es que desde hace algunos años nos dimos cuenta de que los sentimientos, los efectos del alcohol y muchas cosas más las podemos sentir al cuádruple de lo que los humanos las sienten comúnmente, por eso no le gusta que tome, porque sabe bien que eso nos pone muy sinceros, vulnerables entre más cosas, por eso mismo el embriagar a Amanda para sacarle información es el mejor plan. Solo espero que no sospeche nada -Déjame en paz- le digo pasando de él y tomando otro trago de mi cerveza, estoy harto, no lo soporto, quiero golpearlo tan duro que no se pueda levantar y lo quiero hacer porque ella lo prefiere a él ante que a mí.

Espero que los demás integrantes de este equipo estén haciendo sus encargos, necesitamos que esto salga bien, si no quien sabe que podrá pasar o seguir pasando en Phoenix, necesitamos respuestas y las necesitamos ya.

-¿Hay más?- me pregunta Marcos -si- le respondo si verlo, sigo clavando estos incesantes clavos en la pared para poder colgar el retrato del cumpleañero, porque claro como Marcos no podía exagerar más en el tamaño de la fotografía, ahora tendré que clavar más de media docena de clavos para que aguanten la foto.

Veo que regresa, pero esta vez trae una cerveza- ¿no deberías estar, no se besándote con mi hermano o ayudando a decorar? En vez de estar aquí – le pregunto observando que mis palabras le han valido nada, ya que, toma una silla y se sienta- Sabes siempre pensé que eras tan valiente como te gusta presumir, lo digo por tu actitud de me importa una mierda el mundo, siempre creí que eras fuerte Max y que no dejabas ir las cosas tan fáciles, pero creo que me equivoque- me comenta este escuincle, me sorprende lo que dice, porque eso solo quiere decir que el sabe lo que esta pasando con su hermana.

Bajo de la escalera para tomar mi cerveza – Tal vez tengas razón y ya lo perdí- le respondo, Marcos se levanta de la silla y toma otro trago de su cerveza antes de dejarla junto a la mía – No, no es cierto, no has perdido nada, pero tu orgullo y estupidez harán que si lo hagas, demuestra que no estoy equivocado contigo y hazlo rápido antes de que me arrepienta- me expresa. Marcos se va dejándome solo con lo que estaba haciendo, veo a Sherril y su amigo llevan una escalera, van contentos y tranquilos, cuando dejo de verlos, mi mirada va directamente al liquido refrescante que he estado bebiendo. Tiro la lata de cerveza a algún lugar, después de terminarla de un solo trago, vuelvo a subir la escalera para continuar con esto.

5 horas después.

Todo está listo, todo está en su lugar, por fin terminamos de decorar, valió la pena soportar todas las carcajadas, claro también he de darle crédito a mi fiel amiga, - gracias por ayudarme aguantar este día- le digo a mi cerveza, antes de volver a tomarla.

-Ya nos vamos Max, debemos bañarnos para volver- dice Sherril apareciendo, esta llena de brillo y papeles pegados a su piel -Toma, dile a Dylan que conduzca, yo me duchare aquí- le digo mientras saco mi llave de los pantalones- entonces no vendrás con nosotros- me dice- exactamente- le digo mientras doy otro trago a mi cerveza.

Le paso la llave y salgo de ese lugar, antes de que se vayan debo buscar mi mochila, todo mi ropa está ahí y ya que me quedare aquí debo salir al rescate de mi doncella, perdón mi mochila.

Al sacarla, me dirijo de nuevo a la puerta, me sorprende a mí mismo que a estas altura no esté borracho, he tomado mucho, pero lo único que me siento en mí,  es que ahora soy más miserable de lo usual -No hagas una estupidez – dice mi hermano antes de arrancar, entro a la cabaña de nuevo ignorándolo, escucho el motor de auto y con eso me queda claro que ya han partido.

Phoenix [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora