~Tal vez no todo sea tan malo~

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Max.

Después que todos se han ido de la fiesta que ha organizado mi madre, decido ayudarla a recoger las cosas y sacar las bolsas de basuras.

-tengo ayudarla para que se le olvide el hecho de que esta mañana no fui a la ceremonia de bienvenida y tampoco baje a la fiesta, Dios debe estar furiosa, ojalá después de ayudarla su regaño no sea tan malo- digo, aunque conociendo a mi madre sus castigos siempre son planificado y si a esta hora aún no me ha dicho nada, es por que aún esta organizando su castigo para mí, ella es la persona que más miedo me da, porque no expresa su enojo, anda como si nada, pero un abrir y cerrar de ojos, en el momento menos esperado te está regañando y no de la buena manera señores.

Cuando pongo las bolsas de basura en los contenedores, me dirijo a mi cruel destino que tarde o temprano se que vendrá por mí y es algo inevitable, sin embargo, hay algo que me detiene o mejor dicho una persona.

En este momento se está desenredando su hermosa melena negra, tan oscura como la noche abrazadora y tan larga como la fluidez del rio más extenso, trae puesto un vestido blanco que la hace ver como un ángel caído del mismo cielo, pero ella es todo, menos un ángel.

-Ehy idiota que haces espiándome, estupido pervertido- bueno la vista fue buena mientras duro, ahora lo que hace acto de presencia es su carácter de bestia que suele ser visto pocas veces, al parecer soy un afortunado al presenciarlo, aunque no sería la primera vez.

-si no quieres que te vean cierra la ventana querida vecina, no es mi problema que tengas la ventana abierta donde cualquiera te pueda ver hasta las bragas, desde este punto- le digo.

-Buen punto Blackwood, pero también existe algo llamado educación, pero al parecer tu careces de esta- me dice.

Ok para este punto ya me estoy riendo por lo que ha dicho.

-Educación? Ja, vamos Sherril tu no puedes hablar de eso, eres la persona menos apta para pronunciar tal palabra- le digo. Desde aquí puedo observar que sus mejilla se están tornando de un rosa, siempre pasa cuando se está comenzando a molestar.

-Mira tarzán, quien te crees tu para decirme eso, explícame cuando yo te he faltado el respeto sin tu merecerlo, vamos explícamelo, Max- me dice.

No puedo creer que en verdad se esté haciendo la desentendida, ella perfectamente sabe que si lo hizo, una vez, pero solo basto una solo vez para que todo cambiara entre nosotros.

-Wao Sherril, mal educada y mentirosa, no hay otra faceta tuya, que le ocultes a los demás, menos a mi preciosa- le digo, sabiendo que eso la molestara mucho, pero al fin y al cabo es la verdad, siempre supe que las personas tenían facetas ocultas, yo mismo la tengo, pero no soy como los seres humanos, ellos las utilizan para lastimar o mentir, creía que ella era la excepción y vaya que equivocado estaba.

-Te odio Max- me dice.

-El sentimientos es reciproco Sherril- y con eso me dirijo a la entrada de mi casa.

Lo que más me molesta de ella es que aun niegue o diga que no sabe que fue lo que me hizo, ja, como si le creyera, -tengo que terminar de olvidarme de ti Sherril Evans, debo hacerlo- y con eso entro a casa.

Max Alexander Blackwood Elden, ven aquí en este preciso momento jovencito-al parecer mi destino llego más rápido de lo que me esperaba-

-Hola mami- le digo con una carita de perrito.

-Que mami, ni que mami, número uno no fuiste a la ceremonia- Hola Dios soy yo, si estas hay ayúdame por favor- digo mirando al cielo.

-Pero mamá, te mandé a decir con Dylan que tuve que- pero antes de terminar Analís Blackwood me interrumpe.

-Silencio Max, numero dos no bajaste a la fiesta y numero tres que demonios les paso a tus zapatos- me dice sacando mis zapatos que aún están manchado por el vomito de Sherril, pero la pregunta es ¿Cómo encontró mis zapatos?

Miro para todos lado, para ver si consigo ayuda de mi padre o hermanos, sin embargo, estos están escondidos o eso creen ellos, porque puedo ver el cabello de Nora saliendo de la silla de nuestro padre- soy hombre muerto- pienso.

-Mami sabes que te amo mucho y eres la mujer más hermosa de esta planeta- le digo con esperanza que se ablande su castigo.

-También te amo hijo y si lo sé, soy hermosa, pero eso no te indulte de tus actos, recuerdas que tienes que hacer tus pasantías en un laboratorio- ay no, ya sea por donde viene esto y no me está gustando.

-Si mamá- le digo.

- Se supone que la harías en el laboratorio del centro medico donde trabajare, pero he decidido que harás tus pasantías en la escuela secundaria Phoenix Hight- esto tiene que ser una broma.

-mamá no por favor sabes que odio enseñar, por eso escogí ingeniería biomédica, para trabajar solo, por favor no me hagas esto, te lo suplico, prefiero trabajar con papá aquí que ir a esa estupida secundaria- le digo.

-y precisamente por eso, ese será tu castigo, tendrás que convivir con adolescentes y tendrás que enseñarles química y todo lo relacionado con ella, y claro como no bajaste a la fiesta no te diste cuenta de que la directora Sánchez estaba aquí y ella misma fue la que me dijo que faltaba un maestro de química, así que si quieres tu título ya sabes que hacer- me dice mi madre.

-Por cierto, Dylan sé que estás ahí y tengo para decirte que esa es escuela a la que iras desde el lunes en adelante.

Mi hermano no dura ni medio minuto para salir de su escondite.

-Mamá, porque dime yo, no hice nada, fue Max- dice mi querido hermano

Si las miradas mataran Dylan estuviera a 10 metros bajo tierra.

-Eso te pasa por no darme el mensaje de tu hermano- dice mamá

-Papáaa- gripa Dylan

- lo siento campeones, saben como es ella- dice nuestro padre, dándome una palmada de consuelo, pero y ¿de donde salió papá?, de verdad que esta casa es de locos.

-Vamos pequeña ya es hora de dormir- dice mamá cogiendo a Nora cargada en sus brazos.

Genial mi vida es increíble, me he matado estudiando para obtener buenas calificaciones y poder graduarme de ingeniería biomédica, lo más emocionante de esta carrera es cuando vas a empezar tus pasantías, pero claro a mi me tuvo que tocar una vecina loca que arruino mis zapatos a consecuencia de esto debo hacer mis preciosas pasantías en una secundaria llena de adolescentes insoportables, si cuando estudie ahí no me gustaba ir ahora menos- Dios tendré que darle clase a mi hermano, a Dylan, a Dylan por Dios, a Dylan vuelvo a repetir lo que me lleva a pensar, Sherril.

-Ja, tal vez no todo sea tan malo, gracias karma y gracias Dios- solo puedo decir y con eso me voy a mi habitación sonriendo.

Phoenix [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora