~Simio con esteroides~

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Sherril.

-Hola desconocida-me dicen.

Rápidamente volteé para observar quien fue que pronuncio esas palabras a mis espalada, una sonrisa inmediatamente se forma en mi rostro al ver a mi mejor amigo de la infancia detrás de mío.

-Hola extraño- le digo.

- ¿Te puedo dar un abrazo? – me dice Dylan y yo me pongo muy contenta.

- Ven aquí Dy- le digo y nos abrazamos.

-Hola señora Evans y hola Marcos- dice mi amigo, dándole la mano a mi madre y hermano, este último duda un poco en si corresponderle o no el saludo, pero termina dándola la mano también.

- Un gusto verte de nuevo querido- dice mi madre.

-Igualmente- dice Dylan.

-Señora Evans se que será atrevido de mi parte pedirle esto, pero usted cree que será posible que Sherril se vaya conmigo en mi auto para la fiesta, al fin y al cabo es en mi casa- dice Dylan.

Hasta a mi me sorprende la pregunta de Dylan, observo rápidamente a mi madre para ver su reacción.

-Por supuesto que si cariño, claro que ella puede ir contigo, ademas imagino que deben tener mucho de que hablar- dice mi madre.

En este momento estoy muy emocionada por la respuesta de mi madre.

-Tú también puedes venir Marcos- le dice Dylan.

-Gracias, pero mejor iré con mi madre- dice mi hermano y con eso último se va.

-Bueno pues no vamos- me dice Dylan.

-claro- le digo muy feliz.

Al salir me debato entre si preguntarle o no sobre Max, pero si mi amigo sigue siendo igual de burlón que antes, mejor me ahorro la pregunta, no vaya a ser que comience con sus juegos pesados.

-Marcos ¿qué hacemos por la calle donde vivo? – le pregunto un tanto confundida.

-Adivina quien es tu nuevo vecino- me dice sonriendo.

- ¡Enserio! Dylan que bien, no saben lo feliz que eso me hace- le digo y este sonríe.

Pero ahora que lo pienso mejor, esto no suena tan bien, si Dylan es mi nuevo vecino, eso significa que Max también lo es y eso solo significa una sola cosa ¨Problemas¨

Cuando Dylan se estaciona veo, que ellos viven en la casa que queda detrás de la mía y que solo divide las dos casa una cerca, recuerdo que hace un año ahi vivian una pareja jovén, pero un día desaparecieron y paso el tiempo y terminaron vendiendo la casa.

Al entrar a la casa que ahora es de los Blackwood, lo primero que veo es a una hermosa niña sentada en las escalera comiendo chocolate.

-Ehy Nora, ven aqui te quiero presentar a alguien- le dice Dy.

Veo que la niña, siente un poco de vergüenza en venir, así que yo soy quien se acerca a ella.

-Hola Bonita, soy Sherril- le digo con una sonrisa.

-Hola Sherril- me dice algo tímida.

- ¿Eres la novia de mi hermano? – me dice.

Eso hace que Dylan se ahogo con el chicle que estaba masticando y yo comience a reír.

-Nora, ella no es mi novia, es, fue y siempre será mi mejor amiga- dice Dy, lo que hace que me sonroje y le dé un abrazo.

-Sherril, hermosa que guste verte aquí, ¿cómo estás? – dice la mamá de Dylan, apareciendo, ademas viene con una bandeja llena de aperitivos.

-Bien y ¿usted señora Blackwood? – le digo.

-Dios cuantas veces te tengo que decir que me llames Analís- me dice ella muy sonriente.

-Esta bien, Analís- le digo con una sonrisa.

-Ehy Sherril ¿me harías un pequeño favor? – dice la señora B.

-Claro, dígame – le respondo.

-Me podrías buscar más platos desechables para poner afuera, están en mi habitación – me dice.

- Por supuesto – le digo.

Con eso la señora B, se va y Nora le dice a Dylan que valla jugar a las muñeca con ella.

-Ven, vamos serás mi noble caballero- le dice la pequeña.

-Claro que sí, mi valiente guerrera- le dice mi amigo y se van.

Cuando voy por mitad de las escaleras, me doy cuenta de que no sé dónde queda la habitación de los Blackwood, -Dios a veces me paso de bruta en verdad, deberia darme una bofetada mental- pienso para mí misma.

Al entrar a la primera habitación, de inmediato deduzco que es la habitación de la pequeña Nora, así que como mismo entre, así mismo salí, rapido.

Al querer usar la lógica me dirijo a la habitación queda enfrente del cuarto de la pequeña Nora, digo, lo más lógico es que la habitación de los padres quede al lado de la habitación del más pequeño de la familia, pero como Sherril Evans es la persona con más mala suerte en este mundo y hasta mi propia lógica me falla o decide abandonarme.

-Porque esta casa es tan grande- digo cuando entro a la siguiente habitación.

-A ti no te enseñaron a tocar ¿verdad? – oigo que me dicen.

Santo padre amado, ¿qué es esto? ¿Porqué a mí? A caso, fui tan cruel en mi vida pasada para merecer todo esto.

Poco a poco voy subiendo la mirada y cada vez más me estoy arrepintiendo -Lo siento Max, de veras no sabía que esta es tu habitación, solo estoy buscando la habitación de tus padre que me pidieron que buscara algo- es la respuesta más rápida que puede formular mi cerebro ahora mismo.

-Número uno no vuelvas a entrar a mi habitación, numero dos me importa un pepino que estés buscando o lo que sea que quieres y número tres aprende a tocar las puertas que vez cerradas- me dice el muy Cabrón de Max.

-Max lo siento si vale, sé que no fue nada lindo que mi cena anterior quisiera saludarte, pero tampoco es para que te comportes como un animal- le digo.

Realmente se que debe de estar muy enojado porque le vomite encima, pero tampoco es para que se comporte de esta forma conmigo.

Veo que se esta acercando cada vez más a mi y comiendo a sentirme algo incomoda porque al parecer a este chico se le ha olvidado que está en toalla y totalmente desnudo de la cintura para arriba, santo cielo acaso la pubertad tiene preferencias con algunas personas, porque tengo que aceptar que a Max Blackwood le ha beneficiado mucho -Vamos Sherril piensa en el biblia- me digo a mí misma.

-Créeme que puedo ser un animal y hacerte gruñir en muchos ámbitos Sherril, pero en el ámbito que te diré esto ahora mismo no es muy agradable, largo de mi habitación en este maldito instante escuincla- es lo que me dice.

Bien este chico puede estar más bueno que William Levy, hasta puede parecer hermano de mi adorado novio Damon, pero sin duda alguna los años que han pasado han convertido a Max Blackwood, en un grandísimo imbécil.

-Mira estúpido simio con esteroide, a mí no me vas a venir hablar así, te pedí disculpa por lo de esta mañana, pero ahora mismo deseo que te vayas al mismo inferno y te quemes en el, no eres nadie para venir a hablarme asi, que te quede claro eso- le digo, ahorrándome las ganas de darle una buena bofetada.

Lo más extraño de todo es que este simio mutante no me responde, solo se me queda viendo por unos segundo con una sonrisa muy cinica.

¿Acaso dije algo gracioso?

- vi skal brenne begge dyrebare i helvete- es lo último que me dice este simio antes de cerrar su puerta en mi rostro.

- ¿Qué demonios dijo?, este tipo está realmente loco – digo, y con eso voy bajando la escaleras.

Max Blackwood significa peligro y yo quiero mantener el peligro lejos de mí, en conclusión Max Blackwood debe estar lejos de mi vida, si o si.

Phoenix [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora