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Ser narcisista no es bueno.

Siempre que me topaba con personas que resultaban ser genuinamente malas a mi persona resultaban tener esta característica, ser narcisistas, y pensar que yo podía despertar sentimientos o pensamientos extraños en el profesor me hacía sentir que estaba siéndolo ... ¿Qué se supone que debo pensar al respecto? Quería ser realista pero a la vez la realidad me hacía sentir incomoda con su forma de golpearme, tan suave y a la vez con tanto filo entre sus verdades.

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- Vamos Shei.- James estaba cerca de la puerta y sin apartar demasiado la vista de mí se despidió de Scar diciéndole que me acompañaría.

-¿Por qué te vas?

- Debo ir a casa.

- ¿No quieres ir a comer algo? Yo invito.- su expresión era embelesada mientras le daba la espalda a James, seguía tomando mis manos y sin dejarme levantarme de mi lugar.

¿Cómo puede mencionar esas cosas de verdad? ¿Cómo puede esperar que yo lo tome en serio?

- No gracias, James me está esperando para acompañarme a algo importante.

- Dijiste que irías a casa...- su semblante de pronto cambió, la seriedad llegó para robar la felicidad que anteriormente expresaba.

Mientras trataba de esquivar su penetrante mirada me di cuenta de mi error, claro que no lo iba a pasar por alto, aunque, no sé siquiera por qué intento darle una explicación.

- Sí... Pero tengo algo importante que ir a hacer, después iré a casa.

Su mirada reflejaba tantas cosas negativas que dejé de distinguir si era enojo o algo peor, realmente rogaba por que algún ser extraño de otra dimensión viniera a sacarme para no tener que vivir este tipo de situaciones nuevamente.

- Vamos o llegaremos tarde, y tu odias llegar tarde.

James se aproximó y tomó mi mochila colgándola en su abdomen, el profesor con una mirada vacía se separó un poco mientras yo sacaba mis manos y trataba de salir.

- Hasta luego, profesor.

No hubo respuesta, y eso solo alteró aun más mis ya afectados nervios por el café de la mañana.

~~~

- Espérame aquí.

Al salir de la escuela nos dirigimos al parque, me senté en una banca frente a un lindo jardín y traté de serenarme, no presté atención a lo que hacía James, solo cerré mis ojos y dejé que el oxigeno entrara libremente a mi sistema.

- Disculpa señorita, ¿Me podrías decir la hora?

- Sí claro, son las 3:47.

- Eres muy amable, hoy en día ya ni la hora quieren dar algunos jóvenes, que tengas un lindo día.

- Gracias, igualmente.

Una señora de mediana edad que parecía llevar prisa me había sorprendido, pidió la hora y me dio un cumplido, que amable persona. Mientras la veía alejarse un poco, un escalofrío recorrió mi columna, y esa extraña sensación... ¿Por qué...?

- Aquí está el favorito de la amable señorita.

- Jaja, así que estabas espiándome.

- No es espiar si yo llego con helados y hay alguien hablando con mi chica.

- Gracias.

- Después de esto te llevo a casa, no quiero que mi suegra se enoje conmigo por no llevarte a tiempo jajaja.

A pesar de los malos momentos que paso no puedo evitar pensar en como siento hacía mi mejor amigo, quisiera que no me dijera más ese tipo de cosas, aunque mentiría si dijera que deseo no volver a escuchar sus lindos apodos, sus chistes o juegos, pues la calidez que me hace sentir en el pecho es tal que temo que me haga quemarme hasta las cenizas.

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~ Lamento la demora y las faltas de ortografía. Gracias por leer!✿♡

La Perdición En Mí MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora