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Me encontraba sentada frente a la caja que me había dado, mi tarea se encontraba en todas partes de la mesa frente a mí cama, me sentía...mal, no podía notar rastro de tranquilidad dentro de mí, aunque no sentía que había algo por lo cual preocuparme dentro de esa caja.
La abrí y como dijo, había dulces, unos que se veían caros y finos, me pregunto si en las otras cajas el contenido era el mismo...

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- Supongo que si continuamos con este tipo de plan se delatará a si mismo y podremos reportarlo.
- ¿Crees que si resulte?
- Claro, no pueden dejar que algo así escale a mayores.
- Bueno, aunque aveces me parece demasiado problema el hecho de prestarle atención.
- No te preocupes, yo te apoyaré en todo momento.
- Gracias.

Hablaba con James sobre lo que había planeado, me contaba cómo planeaba que el profesor fuera sancionado, y mientras trataba de prestar total atención a sus palabras una parte de mi mente solo recordaba como me sentía respeto a el, a nuestro único vínculo de amistad.

- Y...¿Me veo guapo entregando rosas? - su tono de voz divertido y exagerado quitaba un invisible peso de mis hombros.
- En realidad te imaginaba más como el tipo malo que nunca en su vida le daría flores a nadie.
- ¿¡Tan mal me veo!? No puede ser posible, ¡Si yo soy todo un amor!
- No, eres un todo un malote, jajaja.
- ¡Que cruel! Tan cruel que creo...creo que yo... morí - un dramático suspiro salía de su boca mientras continuamos riendo y hablando.

Hablaba de todo y nada cuando hablaba con el, podía tener ese tipo de conversación tan relajada y a la vez seria con el, tal vez era esa parte de nuestra existencia como amigos la que me hacía querer un poco más, era esa magia momentánea que sentía junto a él la que todos buscan tener por siempre, tal vez, y solo tal vez, sea esa la razón de que me guste la relación que tenemos y fantasee con una más allá de esto.

Me recosté sobre su hombro y el me abrasó, sabía que podía contar con él, y aunque eso significaba ya bastante yo quería de cierta forma llegar a saber si realmente haría tanto por mí, me he topado con tantas personas que alegan lo mismo de ser buenas personas hacia mi y solo desearme lo mejor, y resultaban ser personas que se burlarían de mi.

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- ¡¡En verdad te quiero mucho, eres mi mejor amiga!!
- ¡Tu también eres mi mejor amiga!
- Siempre estaremos juntas, y de grandes mis hijos te llamarán tía y los tuyos también me llamarán tía, ¿Lo prometes?
- ¡Lo prometo!

//Meses después

- ... ¡Ya sé! Es una chica muy arrogante, no entiendo que tanto le ven los chicos si es tan fea.
- Además de eso es muy rara, aveces da miedo.
- Vamos chicas, Shei no debe ser tan mala persona.
- ¡Es tan insoportable! Yo Llegué a ser su supuesta amiga por un tiempo pero comenzó a ser demasiado arrogante y presumida que no la soporto. Deberías conocerla para ver el tipo de monstruo que es...
- Wow, si es así, entonces mejor no le hablaré, no sea que me quite al novio, mejor no.

Cuando la clase de deportes terminaba un grupo específico de chicas se metía a los baños para arreglar sus cabelleras y sudor, comenzaron a hablar sin darse cuenta que en un cubículo se encontraba la chica a la que destrozaban con aquellas palabras.

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La Perdición En Mí MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora