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- ¿Qué es?

- Es un tipo de pastel de chocolate que no es dulce, sé que las cosas muy dulces no te gustan, tiene nueces y almendras, supuse que eso te gustaría, toma.


Me extendió la cajita con una mano, cuando la tomé su otra mano tomó la mía, quedando así atrapada aunque sin fuerza por parte de el.


- Eres realmente pálida, ¿Ya te lo habían dicho?

- Am sí, suelen decírmelo. 

- Eres realmente perfecta, las proporciones de tu cara combinan bien con esa linda naricita adorable tuya, es pequeña pero te queda perfecta.


Cuando dijo eso separó una mano y tocó suavemente mi nariz, intenté  alejarme aunque su otra mano comenzó a poner fuerza.


- Serías una perfecta reina de la época victoriana, serías la reina más hermosa de aquella época.

- Mire la hora, debo irme o me pondrán un reporte, gracias por el regalo.


Intenté zafarme de su agarre que cada vez ponía más fuerza, sentí mi pulso acelerarse y escuché mis propios latidos, la sensación de sudor frío invadió mi cuerpo y me sentí débil; hasta que comenzó a ceder.


- ¿Tan rápido? ¿No te lo quieres comer aquí? Yo puedo justificar que llegues tarde, si quieres hago que dejen salir temprano hoy y vamos a comer algo.


Lo que menos quería era seguir con él.


- Me tengo que ir, de todas formas gracias, hasta luego.


Salí lo más rápido que pude de ahí sin darle tiempo de responder, me dirigí a las gradas y fui con mi amiga, quien me miraba raro, le conté sobre lo que pasó y me abrazó para tranquilizarme y me dijo que todo estaba bien, quería llorar pero no quería preocupar a nadie, traté de tranquilizarme para que mi día escolar terminara medianamente bien.


~~~


Al llegar a casa me tiré en el sillón, encendí el televisor y revisé los mensajes de mamá, quien llegaría en unos minutos, dejé la caja que me dio el profesor en el refrigerador y esperé a mamá para comer juntas y platicar sobre nuestro día, como solíamos hacer.


~~


- Oye hija, ¿Qué es esta cajita que hay en el refri? ¿La trajiste tú?

- Ah, si, me lo regaló Scar.

- Oh ya veo, parece un postre, solo no lo vayas a olvidar aquí por semanas, me iré a bañar y luego a dormir, estoy muerta.

- Claro mami, descansa.


No quería preocupar a mi mamá, por lo que le mentí sobre aquello...


En verdad no quería ocultárselo, quería decirle sobre mis inquietudes y lo incómoda que me ponen ciertas situaciones y lo asustada que llego a sentir.

Pero no podía hacerle eso, no debía ser tan egoísta.

Abrí la caja, era un pequeño pastel de chocolate, estaba decorado con pequeños dulces con forma de corazones y estrellas, tenía almendras y fresas encima y parecía tener nueces entre la masa, se veía realmente bien...

...el único detalle era quien me lo había dado.

La Perdición En Mí MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora