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-Ven, si tienes prisa asómate y te los daré.

-Son muchos, no los puedo aceptar...

-Yo te ayudaré, y créeme, ya los leí tantas veces que te puedo recitar la poesía dentro de ellos de memoria.

-De igual forma no puedo aceptarlos, seguramente fueron muy costosos y debe tenerles cariño, no se los puede solo regalar a una extraña.

-¿Extraña? Pero si yo te aprecio mucho y creo que quedarían en buenas manos si es contigo.

Si algo me pasa es completamente mi culpa, yo estoy permitiendo que esto pase.

Ya no quiero estar en esta situación.

-Mi mamá no me lo va a permitir y me hará regresárselos después, en todo caso solo podría aceptar uno.

-Bueno, si es así, puedes llevarte uno cada semana, tu mamá no se daría cuenta y así tienes bastante para leer, acércate, te recomiendo estos tres pero escoge el que más te llame la atención.

Mientras la desesperación crecía en mi estómago me acercaba para tratar de encontrar una excusa para irme. Estando a su lado (con la puerta de su auto abierta), me mostró los que según el podrían gustarme más y acortaba la distancia entre nosotros, pude ver a un lado que había una cuerda y una manta, y de pronto sentí mucha presión en los oídos y mi corazón comenzó a latir lento, hasta que sonó mi celular.

Solté lo que tenía en las manos para contestar inmediatamente...

- ¿Hola?

-Shei llevo media hora buscándote, estoy por los estacionamientos, ¿en donde estás?

- En el estacionamiento, creo que ya te vi...

-No te veo...olvídalo, voy para allá.

Las alertas se relajaron y con ellas mis nervios, Scar había atendido a mi llamado, sé que lo hizo rápido y que yo había sentido que había transcurrido una eternidad por la situación...me sentía fuera de peligro con ella aquí.

-Shei...ah... -Scar estaba jadeando, al parecer había corrido por gran parte de la escuela para llegar a mí, trató de recuperar el aliento mientras el profesor emanaba enojo -La profesora de química te está buscando.

-Creo que me llevaré este, se ve bastante interesante...

-Sí...te conozco y sé que te va a gustar...te lo doy con todo mi aprecio.

-Gracias, debo irme, hasta luego.


Había tomado un libro al azar de los tres que había puesto en el asiento trasero de su auto, su voz sonaba apagada y con decepción...como ya tantas veces había escuchado.


~~~


Después de la cena mi cabeza se llenó del pensamiento de lo que sucedió hoy, Scar me había dicho que no volviera a hacer eso, que probablemente me quería secuestrar o algo por el estilo, ya que llevaba cuerdas y una manta. Claro que tampoco era tan estúpida, sé que fue tremendamente peligroso, y probablemente de no ser por ella estaría inconsciente en algún lugar desconocido para mí.

Me sentí como si todo pasara en cámara lenta, como si estuviera bajo el agua pero sin ahogarme, ¿esto era real? ¿de verdad me está pasando algo como esto a mí? ¿a mí? ¿por qué a mí? Sabía que no era fea y que llegaba a ser incluso llamativa para algunas personas, pero no era tan bella como para provocar una reacción como la del profesor, mi actitud no era la de una persona que buscara ese tipo de atención, yo siendo introvertida y sin tener experiencia en el área, era gracias a mi forma de ser que solo había llegado a tener un novio que resultó en una relación fallida, ¿por qué alguien querría algo conmigo? Y peor aún, ¿por qué alguien llegaría a desarrollar tal obsesión por mí? Incluso si eso sonaba narcisista, ya no lo podía ver de otra forma.

Ya estando en mi cama, con algunas lágrimas por las mejillas, quise distraer mi mente, no tenía sueño, el temor de encontrarme en una situación similar en mis pesadillas me había hecho desistir de dormir por un rato, por lo que simplemente me coloqué audífonos y me perdí en mis bandas favoritas con las canciones que me hacían sentir en la luna, al menos por ese momento espero poder estar en la luna, donde ni la vida ni la muerte puedan perturbarme, donde hay quietud y paz.



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La Perdición En Mí MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora