La Perdición En Mí Mirada

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- Ayer te mandé mensajes y no respondiste, ¿Sucedió algo? ¿Estás bien?

- Ah, sí, es solo que me quedé sin batería y tenía cosas que hacer.

- Me quedé preocupado pensando que algo te había pasado.

- No, solo no me conecté por eso, cosas que hacer.

- Es eso, o ¿solo no querías hablar conmigo?

Su mirada había cambiado, ahora parecía más sereno aunque no se veía feliz por mis amigos que estaban a mi lado. Intentó tomar mi mano, actué como si me fuera a caer y James me ayudó, el profesor se levantó de su silla y trató de acercarse a mí.

- No, nada de eso...creo que es hora de irnos, se nos hará tarde para la siguiente clase.

- Tienes razón, vamos Shei, hasta luego profesor.

- Aún hay tiempo, y si llegan tarde yo puedo decirle al profesor que me estaban ayudando.

- No se preocupe, además tenemos que ponernos de a cuerdo para un proyecto que vamos a presentar, hasta luego.

- Bueno, adiós.

Con la mochila en la espalda y camino a la siguiente clase, tomé a Scar del brazo y recargué mi cabeza en su hombro, me sentía cansada de pensar que realmente estaba pasando algo extraño y casi ilegal con ese profesor, aunque claramente no era mi culpa ni lo provocaba.

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Camino a casa, el clima comenzó a ponerse frío, parecía que llovería, por lo que apresuré el paso para entrar, una vez estando en la sala comenzó a llover, una tranquila y hermosa lluvia. Me detuve frente a la ventana y la abrí un poco para apreciarla mejor, realmente me calmaba. Mis pensamientos volaban hasta que mi celular me distrajo, una llamada entrante de mi madre, contesté inmediatamente.

- Hola mamá, ¿Cómo estás?

- Hola mi niña, bien bien, ¿Tú cómo estás? ¿Llegaste bien a casa? ¿Te mojaste?

- No, llegué justo antes de que comenzara a llover, estoy bien.

- Eso me alegra, espero no tardar en llegar, por lo pronto come algo y has lo que tengas que hacer, cuando calientes la comida ten cuidado, si sucede algo me llamas inmediatamente, te veré en un rato.

- Claro mami, ten cuidado.

- Sí mi niña, nos vemos.

Mi mamá siempre se preocupaba por mí, tanto que a veces no me gustaba decirle si me sentía mal o algo me dolía porque era seguro que no dormiría por cuidarme en la noche, que se desviviría por saber que ya estoy bien; tenía sus momentos y malos días pero siempre se preocupaba por mi bienestar, por esa misma razón siempre traté de demostrarle que yo podía cuidarme sola en muchas cosas para que ella no cargara con otra preocupación, puedo decir que tengo una muy linda relación con mi mamá, y eso me hace llevar una vida tranquila en su mayoría.

Prendí la televisión para no sentirme sola y no aburrirme mientras preparaba lo que iba a comer, me sentaría frente al televisor cuando la comida estuviera caliente y la bebida servida; el canal en el que estaba puesta estaba dando noticias locales, al parecer hubo un accidente no muy lejos de casa, y una persona salió gravemente herida.

A los minutos mi celular comenzó a sonar, por alguna razón creía que sería mi mamá nuevamente, así que respondí casi al instante.

- ¿¡En donde estás!? 

- ¿Hola?

- Sheila, ¿En donde vives? ¿Estás bien? ¡Contesta!

- ¿Profesor? ¿Por qué quiere saber donde vivo?

- ¡Solo dime si estás bien!

- Am, sí, estoy bien, ¿Por qué lo dice?

- No es nada, solo... 

- ¿Sucede algo?

- Vi que hubo un accidente y me preocupé, pensé que podrías vivir cerca de ahí y pues... Eso, me preocupé.

- Ah, bueno, estoy bien, gracias por preocuparse pero estoy bien.

- Bueno, eso me tranquiliza, si necesitas algo no dudes en avisarme, te dejo porque voy manejando, cuídate.

- Con cuidado, hasta luego.

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