La Perdición En Mí Mirada

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Hablar por redes sociales con el profesor se había hecho un hábito de tanto que lo hacía, no quería parecer grosera así que simplemente le respondía, aveces mandaba mensajes en la madrugada, muy pocas veces estaba despierta a esas horas, me hablaba sobre sus problemas y cosas mundanas, me preguntaba sobre mi día o cosas de mi vida, siempre traté de no revelar tanto, un consejo de mi madre pues siempre fue temerosa de lo que las redes sociales podían espiar o la información que podían obtener.
Mi madre había cuestionado profundamente sobre las rosas con las que había llegado a casa, le dije que eran de Scar, que la castigarían si las llevaba a casa y me pidió que yo me las llevará, dudó mucho pero al final me creyó, más tarde le avisé a Scar de lo que había dicho en su nombre y me dijo que no había problema.
James no me había mandado mensajes ni nada por el estilo después de eso, y el sentimiento de que me gustaba seguía ahí, en algunas ocasiones había recibido confesiones de amor y propuestas de noviazgo, lo que me hacía pensar que no era tan fea a ojos de algunos chicos, solo una vez acepté una de las propuestas, pero había sido una relación algo tóxica, el me exigía siempre vernos, me asfixiaba con su actitud de querer ser siempre el que ocupará mi tiempo, terminé por enojarme y cortar, pero no lo tomó de buena manera, había comenzado a comunicarse con algunos conocidos cercanos para preguntarles sobre mí, lo que hacía, con quienes hablaba, mis horario, cuando lo confronté y le hice ver lo mal que estaba decidió ir a por ayuda profesional, yo le pedí que nunca más me volviera a contactar, sino llamaría a la policía. Tal vez sea por esa fallida relación con alguien que no conocía del todo que pienso que el haberme enamorado de mi mejor amigo era lo más normal del mundo, además de ser lo más cliché, porque es alguien a quien he podido conocer por algún tiempo, me inspira confianza y sin dejar de fuera el hecho de que es atractivo.
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La mañana había transcurrido sin incomodidad entre James y yo, era un día lluvioso, lo que me hacía ir de muy buen humor, y no dejé que mis sentimientos encontrados lo estropearan, James ya no había hecho más mención sobre el tema del plan con las flores, lo cual me hizo pensar que había Sido solo eso, un plan, y que todo tipo de posible relación no sería posible.

- Y...¿El innombrable se ha reportado hoy?

La naturalidad con la que Scar trataba los temas serios era hasta reconfortante, era como hablar del tema sin tocarlo, o hacerlo de la manera más sensible posible.

- Nop, ni un rastro de vida, jajaja.
- ¿Has pensado en bloquearlo de redes sociales? Puedes decirle que cambiaste de número y bloquearlo también.
- Creo que sería algo un poco sospechoso, además, podría conseguir la manera de burlar esas estrategias.
- Buen punto, en fin, ¿No quieres un muffin? Enserio muero por uno de chocolate.
- Pues antes no quería pero ahora sí, vamos por unos.

Me sorprende como es contagiosa la energía de esta chica, lo fácil que es estar cómoda con ella.

- Hola.

Aturdida.
Esa era la palabra con la que creí que podía describir el sentimiento al escuchar la voz tan temida.

- Oh, ¿Que tal profesor? - contestó con tranquilidad Scar mientras tomaba mi mano con suavidad.
- Se supone que estén en clase señoritas.
- Tenemos hora libre y quisimos comprar unos muffins.
- Sí, y después iremos a hacer algunas tareas pendientes.
- Ya veo, las iba a invitar a mi salón ya que estamos viendo películas, pero si no pueden otro día será.
- Claro profesor, hasta luego.

Aturdida.
Confusa.
Mareada.
Triste.
Enojada.
No sabía cómo me sentía exactamente, quería gritar pero a la vez no quería hacer nada.
El profesor había ido a comprar algunas golosinas, antes de irse se había ofrecido a pagar lo que habíamos pedido, a lo cual nos negamos y pagamos para después irnos de ahí.
La adrenalina corría por mis venas, no sabía exactamente qué lo ocasionaba, pero preferí no pensar, preferí dejar que las cosas fluyeran como debían fluir.

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C o m m e n t .
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