CAPÍTULO 22

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La mano del alfa acariciaba el fino cabello fino del omega. Su cuerpo encastraba perfectamente con el contrario.

Wang Yibo abrió sus ojos con pesadez, observando como Xiao Zhan aún dormía desnudo, envuelto entre sus brazos.

La blanca piel del mayor estaba adornada por marcas de diferentes tamaños y tonalidades que lo llenaban de orgullo. Él había sido el creador.

El único encargado de plasmar sobre aquél vírgen lienzo su reciente obra maestra. Privilegiado.

Hundió la nariz en el cuello de omega, exactamente donde estaba situada su glándula de olor. Olfateó descaradamente el aroma dulce del jazmín combinado con la escencia natural que el cuerpo de Xiao Zhan desprendió al hacer el amor. Sudor a gloria.

Sus grandes manos recorrían el cuerpo del mayor con suaves caricias, tratando de memorizar cada parte. Grabar las hermosas curvas del omega, la suavidad de su cabello y de su piel. Su destinado.

Sonrió al escuchar el ronroneo de Xiao Zhan debido al tacto de sus manos. Su cuerpo reaccionaba retorciéndose, su piel se estremecía entre quejidos y suaves suspiros. Adorable.

El Omega despertó de repente. Lentamente abrió sus oscuros y adormilados ojos, sorprendido por encontrarse con la mirada del alfa sobre él.

 Lentamente abrió sus oscuros y adormilados ojos, sorprendido por encontrarse con la mirada del alfa sobre él

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- ¿Yibo?-.

- Mn, buenos días -.

Xiao Zhan se sonrojó ligeramente al notar que ambos estaban completamente desnudos. Escondió su rostro contra la almohada y trató de cubrir su cuerpo con la sábana pero ésta fué sujetada por el alfa.

- No hay nada de tí que no haya visto ...-.

Afirmó delineando con sus dedos la columna vertebral del pelinegro que ahora se encontraba boca abajo. Inmediatamente su cuerpo se curvó, deleitando aún más la vista del alfa.

-¡T-tú! ¡D-desvergonzado!-.

El omega se acurrucó aún más contra el colchón tratando de escapar inútilmente de los toques del alfa. El  fuerte aroma del sándalo lo rodeaba haciendo que automáticamente todo su ser se relajara. Malditas feromonas.

- Te gustó ... - le susurró al oído- ... tanto como a mí ...-. Afirmó Wang Yibo burlándose de la vergonzosa actitud de Xiao Zhan.

- ¡Cállate! -. Exclamó arrojando la almohada contra la cara del alfa que, con sus rápidos reflejos, la esquivó subiéndose sobre él.

- ¡Quítate pervertido! -. Trató de liberarse pero la posición de su cuerpo y la fuerza del alfa actuaban en su contra.

- Te amo Zhan-ge ... mucho ...-. Le confesó depositando un suave beso junto al oído.

Porque aún te amo [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora