Wang Yibo y Liu Haikuan son dos hermanos alfas exitosos.
Xiao Zhan y sus hermanos omegas, parecen no correr con la misma suerte por diversos motivos.
En pleno siglo XXI, existen relaciones que pueden manchar tu imagen, finalizar tu carrera y hasta d...
Xiao Zhan había olvidado por completo su poca tolerancia alcohólica. Nada mejor que ahogar sus penas con un poco de vino aunque hace unas horas atrás había ingerido de forma errónea algunos centímetros cúbicos de vinagre a causa de un mal ángulo. Tal vez víctima de sus constante inseguridad, falta de valentía o poco amor propio.
Pero, para el ahora omega, la única persona culpable era el estúpido alfa. Al final de cuentas Wang Yibo fué el que prometió bajarle hasta la estrella más brillante del firmamento y ahora estaba con esa mujer extranjera.
- ¡Imbécil! ... - bebió un sorbo más del líquido agridulce el cual quemaba su garganta - ... ¡Salud por tí! ... - otro sorbo - ... ¡por tu nueva vida! ... - vacío hasta la última gota de la fina copa humedeciendo sus labios - ... ¡porque terminaste siendo igual o peor que todos los malditos alfas! ... - sonrió mirando su reflejo borroso en el cristal vacío entre sus dedo - ¡u-una maaás pppor favor! -. Le ordenó al bartender arrastrado sus palabras.
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El jóven lo miró apenado negando con su cabeza levemente. Su trabajo lo enfrentaba continuamente a diferentes clientes en estado de ebriedad. Pero era la primera vez que veía a un hombre tan hermoso sufrir de manera tan profunda que le causo pena.
- S-señor ... - dudó - creo que fué suficiente por esta noche ... ¿desea que le pida un taxi o le permita realizar una llamada para que álguien venga a recogerlo? -.
- Me escapé de mis hermanos ... - río sonrojado con un tinte de travesura -... ¿Y todo para qué? ... - la sonrisa se fué desvaneciendo de su rostro - ... para correr al encuentro de su dueño como un perrito que se extravió de su hogar y al final del día recuerda como regresar ... - apuntó con la copa hacía el jóven de forma amenazante- ... ¿quieres saber con qué se encontró el ingenuo perrito callejero? ...-.
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- ¿Con qué señor? ...-. Esa pregunta más bien era una invitación para que el pelinegro continuara con su triste relato.
El Jóven solo se limitó a apreciar los hermosos rasgos de Xiao Zhan apoyándose en su antebrazo sobre la barra de tragos del lujoso bar dónde se había escabullido luego de correr desorientado sin rumbo fijo.