CAPÍTULO 34

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-¿¡Zhan!?-. El doctor Hu respondía rápidamente la llamada telefónica del omega.

-Tian-gege... -susurró observando a Yibo dormír de manera profunda luego de lanzar un gruñido al sentir como el cuerpo del omega se alejaba desprendiéndose del posesivo agarre sobre su cintura-. Te necesito... -suspirando-. ¿Puedes venir por mí?-.

-Estoy cerca...-.

-Gracias-. Al finalizar la llamada caminó tambaleante en dirección a la salida del hogar.

Anteriormente tomó prestada la ropa del alfa, la cuál descansaba en el suelo luego de habérsela quitado a tirones horas antes.

Rebuscó entre los objetos destrozados su propio pantalón para tomar la tarjeta de invitación del cumpleaños de Fan Xing.

Todo su cuerpo dolía, aún así se las ingenió para caminar sujetándose de los lujosos muebles qué habían sobrevivido a la furia de Wang Yibo.

Tomó un par de analgésicos junto a un vaso lleno de agua y se dirigió nuevamente a la habitación del alfa. Colocó todo ordenadamente sobre el mueble de madera rogando ser lo primero qué encontrase el menor al despertar.

Besó al alfa por última vez en los labios antes de marcharse e impregnándolo con sus feromonas para qué no notaste su ausencia antes de abandonar la habitación.

Notó en la mano de Wang Yibo la cadena que hace poco él mismo llevaba consigo. Acarició inconscientemente su cuello mientras trataba de recordar en qué momento el menor se la había retirado.

La tomó con cuidado y dejándola junto a la invitación, se alejó rápidamente hacia la salida.

Hu Yi Tian lo esperaba impaciente recostado sobre su propia camioneta negra mientras observaba el estado deplorable en el qué quedó el auto del menor luego de destrozarlo con el bat de béisbol. El vídeo se había vuelto viral.

Xiao Zhan alcanzó a dar unos pasos hacía él cuando de repente su vista se nubló y su cuerpo se desplomó inconsciente sobre el frío suelo qué aún se encontraba húmedo por la reciente tormenta.

-¡Zhan!-. Exclamó el alfa sorprendido y preocupado por el estado del omega.

Hu Yi Tian se encargó de cargarlo y recostarlo en el asiento de su vehículo y condujo rápidamente hasta el hogar de Xiao Zhan.

Una vez allí lo llevó a su cuarto, encargándose de limpiar y curar el herido cuerpo del omega.

Observó  con detalles las marcas sobre sus muñecas, las mordeduras y moretones repartidos en cada parte de su blanquecina piel.

Apretó su puño tratando de contener la furia que le causaba ver el estado deplorable del omega.

Sus ojos se volvieron cristalinos al notar que Xiao Zhan había sido reclamado, mordido, marcado y enlazado de manera forzosa a Wang Yibo.

La mordida profunda en su cuello no era temporal. Más bien, para que dure un par de semanas o incluso, hasta un mes manteniendo alejados a otros alfas del omega.

El olor natural de Xiao Zhan había cambiado. Su escencia ahora develaba pertenecer a Wang Yibo. Desde ahora debería permanecer junto a su alfa destinado para no sufrir ansiedad, estrés o depresión a causa de su alejamiento aún en contra de su voluntad.

Y eso para el doctor Hu era inaceptable. Él más que nadie sabía todos los problemas mentales, psicológicos y físicos que Xiao Zhan atravesó durante esos cinco años alejado de Wang Yibo.

Lo que tardó en asimilar y controlar a su parte omega. Aceptarse en un mundo dónde los de su especie eran mal vistos, sumándole su baja autoestima y falta de amor propio.

Porque aún te amo [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora