CAPÍTULO 12

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Xiao Zhan abrió sus ojos de par en par, no podía haber caído en un truco tan simple planeado por el niño Alfa. Un pequeño desvergonzado y ebrio. No sabe en qué momento terminó recostado en la cama con Wang Yibo sobre él.

¿Por qué la maldita salsa de tomate, envés de resultarle asquerosa y repugnante, se veía increíblemente sexy escurriendose por el rostro del castaño?

Podía imaginarse lamiendo cada gota que se deslizaba por debajo del mentón, pasando por esa hermosa manzana de Adán dónde quedaría linda la marca de sus dientes. El líquido formaba una especie de río rojizo volcánico, perdiéndose por debajo de la camisa hasta quién sabe dónde. Jodido infierno. Podría adentrarse y nadar directamente al Inframundo sin ningún tipo de remordimiento.

- ¿Quieres comerme Zhan-ge? - sonrió de lado - soy todo tuyo -. Afirmó el Alfa tomando el borde de su camisa para arrancarla de un tirón, haciendo volar los pequeños botones por toda la habitación.

- ¡Oh! ¡Mierda! ¡Nooo, cúbrete desvergonzado!-. Exclamó Xiao Zhan con el rostro sonrojado y desviando la mirada hacía cualquier lado que no sea el pecho o abdomen bien definido del menor.

- Si no quieres ver - tomó sus manos - puedes tocar -. Pasó las manos temblorosas y sudadas de Xiao Zhan por todo su vientre haciéndolo estremecer debido al sorpresivo contacto.

- ¡D-detente por favor! T-tú e-estás e-ebrio - suplicó tartamudeando-.

- ¡No lo estoy!,- se acercó más a su rostro y le susurró peligrosamente al oído-, no del todo y si quieres podemos continuar lo que dejamos pendiente-. Afirmó pasando la lengua por el contorno de la oreja. Delineando un camino hasta el lóbulo para terminar mordiendo y succionado aquél trozo de carne.

- Ohhhh ... mierda ...  Ahhh ... nooo ... ¡no vuelvas a hacerlo! ...-. Gimió Xiao Zhan maldiciendo a Wang Yibo y a su cuerpo que se arqueaba involuntariamente al sentir una ola de placer por ese simple estímulo.

- ¿Ah?. Está bien no volveré a hacer ésto ...-. Sonrió ladino al repetir la acción anterior y volviéndole a robar un dulce gemido al Beta para luego cambiar su recorrido hacia el sur donde se encontraban aquellos dos montículos diminutos que sobresalían, marcados bajo la clara prenda de dormir superior y que solo invitaban al Alfa a realizar travesuras con ellos.

- ¡N-no T-te atrevas! ... Mngh ... ¡No! ....-.

Poco le importó a Wang Yibo la súplica de Xiao Zhan y,  en una fracción de segundo, sus manos se deslizaron debajo de la fina tela para tocar, frotar y pellizcar esos pezones enrojecidos. Primero uno, luego el otro y finalmente los dos al mismo tiempo.

La dulce tortura placentera aumentó cuando las expertas manos fueron suplantadas por la húmeda lengua del Alfa, quién se había ingeniado para deshacerse de ese molesto trozo de tela que impedía la hermosa vista del blanco y esbelto torso del mayor.

- Yi-Yibooo ... mmm ... no es momento para juegos ... ahhh ... -.

El contacto de la juguetona lengua era exquisito. Los labios y dientes  succionando y mordiendo con devoción, con medida justa de presión y fricción, obtenía como resultado a un Xiao Zhan sumiso, abatido y entregado al placer que Wang Yibo le brindaba con simples toques y caricias.

- Yi-Yibooo ... ahhhh ... ¡estás ensuciando todo! ... -.

- Mmm ... ¿realmente importa eso ahora? ...-.

La respuesta era un no rotundo. Las manos de Xiao Zhan se aferraban con fuerza a las sábanas tratando de contener su deseo el mayor tiempo posible. Disfrutaba el toque  frío de aquella salsa sobre su pecho, que el menor se encargó de esparcir gracias a sus hábiles movimientos.

Porque aún te amo [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora