CAPÍTULO 39

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-¿Sabes la tortura qué fué pasar toda una jodida semana sin tenerte?-. Murmuró el alfa impaciente apresando los labios del omega.

-Sí, lo sé... -. Afirmó sonriendo de forma pícara enredando sus piernas en la cintura del alfa.

-Entonces sabes que eres el mejor desayuno que puedo llegar a tener en toda mi puta vida-. Susurró sobre los labios del omega sosteniendo y amasando sus firmes glúteos.

Luego de hacer que Xiao Zhan abandonara la idea de preparar el desayuno a base de unos necesitados besos, Wang Yibo lo llevó a su habitación donde lo arrojó sobre la cama apresando el frágil cuerpo del omega con el suyo.

-Mgh... Mmm... Ajá-. Murmuró Xiao Zhan tratando de desprender a Wang Yibo de sus prendas.

Una vez que ambos estaban totalmente desnudos el alfa se enderezó levemente sosteniendo su peso corporal con su antebrazo y pronunció.

-Sigo estando muy enojado contigo Xiao Zhan. -lo miró fijamente con sus ojos cargados de deseo-. Te daré la oportunidad de elegir -besó la curvatura de su cuello mientras le susurraba al oído-. ¿Quieres que te lo haga duro o con cuidado?-.

-Como sea... -abrió sus piernas invitándolo a acomodarse entre ellas-. Pero házlo ya-.

Xiao Zhan envolvió el cuello de Wang Yibo atrayendo sus labios hacia él. Sus bocas comenzaron una danza de besos húmedos y hambrientos.

Las manos del alfa acaricaban la angosta espalda del omega hasta llegar al par de glúteos, separando y amoldando la masa de carne turgente a su gusto y antojo.

Sus cuerpos emanaron deliberadamente feromonas esparciéndolas por toda la habitación. El  fuerte sándalo se fusionó con el dulce aroma del jazmín aumentando su estado de excitación.

Sus animales internos brincaban de alegría al volver a sentir la presencia, el calor y el perfume natural del otro.

Mientras sus lenguas se enredaban en una lucha constante, la entrada del omega se humedecía más y más al sentir como sus cuerpos se frotaban en su parte baja.  Sus erecciones se encontraban ya firmes y duras, al tal punto que dolían ansiando la pronta liberación.

-ahhh... Yi-boo...-. Xiao Zhan gimió extasiado ladeando su rostro cuando el alfa comenzó a masturbarlo mientas su ardiente boca apresó sorpresivamente uno de su duros pezones.

-Por esta vez seré suave...-. sentenció iniciando un camino de besos hasta llegar al miembro del omega e introducirlo rápidamente en su boca.

-Mmm...-. El cuerpo de Xiao Zhan de arqueaba tembloroso e inesperadamente derramó sin aviso su escencia en la cavidad del alfa.

-Eres un pequeño tramposo... -afirmó levantando las caderas del omega y volteando su cuerpo boca abajo-. ¿Tan ansioso estabas? -palmeó uno de esos glúteos-. Ahora no me pidas suavidad...-.

-¡Ah! ¡Mierda! -. Exclamó sorprendido cuando la punta del pene de Wang Yibo rozó su entrada para luego abrirse paso en su interior.

Ambos jadearon al mismo tiempo que sus animales cuando el alfa comenzó a moverse con rudeza. El vaivén de sus cuerpos unidos se mantuvo en un ritmo constante mientras Wang Yibo marcaba la espalda de Xiao Zhan con besos, mordidas y succiones que luego dejarían rojizos moretones.

La cama crujía cada vez que el miembro del alfa entraba y salía sin piedad del pequeño orificio.

-¡Más! Justo ahí... por favor... ¡Ahhh!...-. Xiao Zhan sentía que desbordaba de placer cuando Wang Yibo lograba tocar ese punto dulce en su interior llenándolo por completo.

Porque aún te amo [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora