CAPÍTULO 15

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Wang Yibo abrió los ojos lentamente tratando de adaptarse a la claridad que un nuevo día le brindaba, pero todo al alcance de su vista era oscuridad.

¿Aún era de noche?. Parecía que luego del encuentro con Xiao Zhan había logrado descansar una eternidad.

Una suave voz interrumpió sus pensamientos.

- Prometiste que serías mi alfa ... -.

- ¿Zhan? ... -.

Wang Yibo sentía sobre sus piernas un suave peso, tardó un par de segundos en darse cuenta que estaba sobre una base firme y no en su suave y mullida cama.

- No veo nada ... ¿Puedes prender la luz? ...-.

- Ya no eres un niño ... ¿Por qué no me buscas? ... eres un alfa que no cumple con su palabra ...-.

Su cabeza comenzó a doler, un zumbido atravesó sus oídos, y un aroma dulce, que pensó haber olvidado, invadió sus fosas nasales.

-¿O-omega? ... -.

Podía sentir a su animal interior saltando y moviendo su cuerpo de un lado a otro como si de un pequeño cachorro se tratara.

-¡ALFA! ... -.

La voz de aquél jóven muy cerca de su oído lo hizo estremecer.


-¡¡¡Zhan-ge!!!-. Exclamó sobresaltado.


El castaño temblaba, de su frente escurrían pequeñas gotas de sudor y sus manos cubrían su vista del Sol que se colaba por las blancas y finas cortinas.

Joder, ¿fué un maldito sueño?. Ese aroma era tan cálido y familiar pero, al tratar de reconocerlo, causaba en su pecho una  punzada. Remordimiento. El solo pensar que estaba haciendo algo indebido, contra su propia razón y la voluntad de Xiao Zhan.

Xiao Zhan. Recordó que había pasado la noche entera con él. Que estuvieron juntos hasta caer rendidos por el cansancio de sus cuerpos. Miró ambos lados de su cama para encontrarla vacía. ¿Dónde está? Beta ... mi beta.

Se levantó y corrió hacia el baño pero estaba vacío.
¿Se dió cuenta de lo que hice con mi escencia? ¡Mierda!, debe odiarme.

El alfa se alarmó y corrió hacia la habitación del pelinegro encontrándose de igual manera. Se pasó las manos por su cabello de forma nerviosa. Quizás esté preparando el desayuno o limpiando el desastre de anoche. Aunque él no es ningún sirviente ni empleado de limpieza, le gusta estar ocupado cuando no hay trabajo extra.

La fría brisa de las primeras horas de la mañana hacían que los vellos de su piel se erizaran. La sensación de abandono porque Xiao Zhan se había marchado.

Volvió sobre sus pasos y miró alarmado la hora en el reloj de pared. Debía apurarse en llegar a las prácticas antes de la carrera. Hoy era el día de la gran competición.

Luego de ducharse y meditar las mil maneras de enfrentar al mayor, si es que éste el daba la oportunidad de explicarle detalladamente su desvergonzado comportamiento, se cambió observando sobre el pequeño mueble situado al lado de la cama un par de objetos que antes pasó por alto.

¡Buenos días dormilón! ¡Feliz cumpleaños!
Debo encontrarme con Zhou Cheng , tenía varías llamadas sin contestar de él y eso me preocupa, sabes que no se ha sentido muy bien.
Luego me presentaré con los patrocinadores de la carrera.

Porque aún te amo [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora