Porque aún te amo [YiZhan]

CAPÍTULO 28

Xiao Zhan en estos momentos hubiese preferido a un viejo para nada sabroso que tener frente a él al doctor Hu Yi Tian.

A cualquier desconocido que aceptara su sincero agradecimiento o, en el peor de los casos, una cantidad generosa de dinero que ahora se podía dar el atrevimiento de pagar.

Pero no.  Parece que su destino era sufrir diferentes pruebas o calamidades. ¿Por qué siempre tenía que atravesar situaciones inesperadas?.

El alfa que lo miraba fijamente esperando la reacción de Xiao Zhan no era un alfa cualquiera. Hu Yi Tian significó mucho para el omega en su adolescencia, en plena etapa de madurez.

Un alfa dominante se caracterizaba naturalmente como una persona apuesta, fuerte y admirable. En resumen, podían poner el mundo a sus pies con sólo existir y llegaban a ser  la envidia de cualquier especie.

Pero Hu Yi Tian era una hombre totalmente diferente a los que Xiao Zhan había conocido. No encajaba en esa clasificación natural que la sociedad lo catalogaba.

El doctor era atento, humilde, generoso y entregado a su vocación. El omega recordaba el empeño del alfa en buscar nuevos tratamientos. Días y noches estudiando y analizando cualquier posibilidad que le brindara a sus pacientes una pronta recuperación sin sufrir complicaciones y dolencias.

Semanas fuera del país buscando inversores, avances científicos o farmacológicos. También asistía a diferentes congresos médicos al rededor del mundo con tal de adquirir nuevos conocimientos que reforzaran sus estudios.

Gracias a su gran esfuerzo y dedicación se ganó el respeto de eminencias en el campo de la salud. Era reconocido por su gran inteligencia y , a pesar de su corta edad, se convirtió en el único médico farmacológico de la prestigiosa X-Corporations.

Era la joya preciosa del patriarca Xiao. La mina de oro en la que invirtió el viejo alfa codicioso y sin escrúpulos, a quién no le importó sacrificar a su propio nieto con fines egoístas y deshonrosos.

Cuando Hu Yi Tian conoció al paciente XZ-051091 la visión que tenía de su vida y de su carrera médica cambió radicalmente.

Aquél débil beta era un adolescente delgado, de piel pálida, cabellos oscuros y mirada distante. Todo su ser gritaba, pidiendo comprensión y empatía por su situación. Cuando Hu Yi Tian estudió su caso a fondo se enteró del plan  retorcido y malévolo que el viejo Xiao tenía con este paciente.

El alfa enfureció cuando se enteró que el paciente era un Xiao. Realmente era su propio nieto.

Querer convertirlo a fuerza de experimentos en un alfa, atentaba contra su vida e iba en contra de la ética médica y moral de Hu Yi Tian.

Aunque sus acciones afectarían la asociación de los Hu con X-Corporations no iba a faltar a sus principios. Entonces prefirió actuar sigilosamente buscando aliados que lo respalden el día que quisiera revelarse contra el viejo Xiao.

Tardó mucho tiempo en conseguirlos, pero a pesar que todo parecía marchar a favor del alfa, el patriarca tenía un as bajo la manga, y ese era su nieto Xiao Zhan.

Xiao Qing sabía perfectamente que el punto débil de Hu Yi Tian era su nieto, el beta defectuoso. La salud e integridad de Xiao Zhan era lo único que le importaba al alfa y, con tal de conservarlas para mantenerlo a salvo, hacía la vista gorda a las prácticas ilegales que realizaba X-Corporations. Aunque eso lo convertía en cómplice, jamás participó en ellas. En cambio fué recolectando evidencias que un día servirían para desenmascarar a Xiao Qing.

Xiao Zhan, exento de todo lo que ocurría al rededor de él, se fué acostumbrado a la presencia del alfa. Al trato cálido y reconfortante de Hu Yi Tian.