Dormido.
Xiao Zhan había caído en los brazos de Morfeo luego de liberar su escencia en la gran mano del Alfa que trabajaba su erección de manera religiosa.
Quizás por los acontecimientos que venían ocurriendo en las últimas horas, llevándolo a un agotamiento físico como psicólogico. Por el sueño interrumpido o por el mejor orgasmo que había sentido en su vida sin la necesidad de ser penetrado.
Un par de besos húmedos y hambrientos. Mordidas y chupetones repartidos estratégicamente en su piel. Caricias en partes erógenas acompañadas de melodiosos sonidos obsenos y lascivos desencadenaron el climax.
Alfa y beta. Jefe y empleado. Wang Yibo y Xiao Zhan habían hecho el amor. Eso le confirmó el pelinegro cuando en la cumbre máxima de placer murmuró muy cerca de sus labios entre jadeos.
- Te amo -. Para luego cerrar sus ojos.
Y Wang Yibo no podía sentirse más feliz. Sus sentimientos eran igualmente correspondidos. Sonrió liberándose entre esos dos montículos de carne que buscaban ansiosamente ser penetrados hasta el final. Varias veces la punta de su miembro rozó la entrada caliente de Xiao Zhan. Apretó sus dientes a tal punto que podías escuchar el rechinar de aquellas piezas evitando desvirgarlo.
Estaría mintiendo si dijese que no quería hundir todo su miembro en el interior de Xiao Zhan. Pero joder, no era un animal. Su Alfa adormecido no tomaría el control, no ahora cuando todo marchaba sobre ruedas.
Beta, mío.
El Alfa notó que la temperatura del agua había descendido considerablemente. Se enderezó tomando el cuerpo de Xiao Zhan entre sus brazos. Admirando con orgullo cada marca que había dejado sobre su piel.
Reclámalo, ahora.
Negándose a escuchar las palabras que resonaban en su interior, cubrió al mayor con una toalla para luego secarlo y recostarlo sobre su cama. Hace mucho tiempo que había perdido la conexión instintiva y primitiva de su animal.
Parecía que, cuánto más días convivía con Xiao Zhan, menos podía evadir a esa pequeña vocecita que le dictaba que hacer. Ambos comenzaban a sincronizar de maravilla.
Observó por última vez la exquisita desnudez del pelinegro, mientras depositaba un casto beso sobre sus labios y lo cubría con una fina manta. Xiao Zhan sonrió gruñendo de manera inconsciente como si su cuerpo aún permaneciera en alerta a los estímulos externos de su entorno.
- ¿Reclamarlo? -. Murmuró acariciando los finos cabellos húmedos de Xiao Zhan antes de pararse y dirigirse hacia la esquina de su habitación.
Se colocó un boxer negro y apoyándose contra la pared observaba un gran recuadro fotográfico en la pared contraria. Luego volvió su vista hacia el mayor que descansaba plácidamente.
Suspirando recostó su cabeza contra la pared pensando si hacerlo sería lo correcto. No dudaba ni un segundo de lo que sentía por Xiao Zhan. Pero el confuso recuerdo lo atormentaba a la hora de tomar la decisión definitiva.
Xiao Zhan era un Beta. No era algo que a Wang Yibo le importara. El amor que sentía hacía el pelinegro sobrepasaba cualquier standard o jerarquía impuesta por la sociedad.
¿Por qué el destino o la naturaleza impedía la unión entre alfas y betas? ¿Por qué no podían ser marcados o existir un lazo como si fuesen omegas?
Todo el avance tecnológico y científico en pleno siglo XXI no había facilitado esa cuestión. Era mejor seguir respetando las costumbres arcaicas en donde los alfas eran la punta de la pirámide.
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Porque aún te amo [YiZhan]
FanficWang Yibo y Liu Haikuan son dos hermanos alfas exitosos. Xiao Zhan y sus hermanos omegas, parecen no correr con la misma suerte por diversos motivos. En pleno siglo XXI, existen relaciones que pueden manchar tu imagen, finalizar tu carrera y hasta d...