Cap 21

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Después de que la "Bambi se fuera, Can, se sube al ascensor para quedar con Aderen en el restaurante italiano, para después ir al concierto. Ella, antes de que el ascensor bajase a la planta baja, entra en el ascensor, evitando que saliera. El ascensor, de tanto tocar los botones y miéntras que sube y baja, se ponen ha discutir y haciendo que se estropee. Sanem, acordándose de las pelis, cree que también lo puede hacer, pero al final, se da cuenta de que no era tan fácil. Al final del todo, iban a besarse, pero de pronto, el se echó atrás. Ahora mismo, siguen en el ascensor.

-- Sanem.
-- Dime.
-- No confío, en ti.
-- Por qué? Si has dicho.
-- Ya lo sé. Sé lo que te he dicho, y te juro, que cada palabra, es verdad. Me importas mucho, y...también te quiero pedir perdón...por no haberte escuchado. Podemos empezar, de cero.
-- Pero??
-- Pero...cómo amigos. Es que...n, no puedo confiar en ti. Al menos como pareja, no soy capaz de abrir mí corazón. No...otra vez.
-- Es difícil? No, entiendo.
-- Pero me gustaría tenerte, cómo amiga. Podemos, ser amigos?
-- Estos días, sin hablarte. Sin escuchar, tú voz. Han sido para mí, como una toda una eternidad. Y qué pudiera...hablarte, cómo ahora, se había convertido en una especie de sueño.
-- En un, ascensor?
-- No. Sino siendo, sincera. Con, o sin ascensor. Da igual. Entonces...no seremos, pareja. Pero...tú amistad, es muy importante, para mí.
-- Quedamos, cómo amigos.
-- Amigos. Qué, pasa?-- preguntó ella, al moverse el ascensor.
-- Ya se mueve.
-- Nos van a sacar?
-- Digo, yo.
-- Señor Can. Se habían quedado encerrados? -- interrumpió, el responsable del mantenimiento.
-- Pues sí. Habíamos estado trabajando, hasta tarde, y creíamos que ya no quedaba nadie más.
-- Había salido, y no les había oído.
-- Vale.
-- He visto, la luz de alarma, hace un momento.
-- Genial. Muchas gracias.
-- Lo siento, señor Can.
-- No pasa nada. Mañana, llama a los de mantenimiento, del ascensor.
-- Claro, lo siento, muchísimo.
-- No pasa, nada. Al principio, he pasado, un poquito de miedo...
-- Sí.
-- Pero luego, te acostumbras. Si hubiéramos podido, abrir la trampilla, habríamos salido, sin problemas, y...
-- Exacto. Esto es lo tienen, los ascensores viejos.
--.Señor Can. Van, ha salir?
-- Sii. Para mí, que te gustaba estar, ahí dentro. -- dijo él.
-- Me mal trago. Sobre todo, si tienes claustrofobia. -- dijo ella. -- Oohh, uuff.
-- se quejó, al entrar en la agencia.
-- Qué pasa?
-- Son las 2, de la madrugada. Ayham, no me coge, el teléfono. Que voy, a hacer?
-- Ya la despertaras, cuando llames a la puerta.
-- Qué va. Tiene el sueño, muy profundo. Da igual, que llame.
-- Si quieres...puedo llevarte...a casa. No tienes, llaves?
-- Sí...pero les dije a mis padres, que me quedaba con Ayham. Pero a estas horas, pensarán cualquier cosa.
-- Y...que, se te ocurre?
-- Pues, mira. No lo sé. Yo no he roto, el ascensor. Ya funcionaba. Nos hemos puesto, a apretar botones, y nos hemos quedado encerrados.
-- Pues...tú sabrás.
-- Será posible? Será posible? Y encima, se ríe de mí. Aamm. Llévame, a un hotel.
-- Qué te lleve, a un hotel?
-- Oh...no. En ese, sentido. Hay un hotel...aquí cerca. Mañana...me levanto, y vengo...directamente. Va, bien?
-- Mejor, te quedas en mí casa.
-- Tú casa? No, oohh, aahh. No...lo veo, muy claro.
-- No se baja, así. -- dijo él, al ver que le decía que bajase los cristales del coche con un gesto -- tampoco.
-- No...puedo ir, a tú casa.
-- Y porqué, no?
-- No quisiera...molestarte. No...da igual, me apaño, yo sola.
-- Eehh. Sanem, sube anda. No hagas, bobadas. Sabes, que hora es? Sube, vamos.
-- Seguro, que sí? Si, insistes. Qué fuerte-- se dijo ella-- Aahh-- dijo ella, al entrar en la casa de él.
-- Mmmm-- dijo él.
-- Aahh-- dijo ella, al sentarse, en el sofá.
-- Oohh-- dijo él, también.
-- Oohh. Qué cansancio, verdad? -- preguntó ella.
-- Yo tengo hambre. Y tú? -- preguntó él.
-- Sí...también.
-- Mm.
-- Pero es muy tarde, para comer.
-- Pero, que dices? Esas cosas, son anticuadas. Ahora, si se come...y a esta, no. Yo paso...
-- Tienes razón.
-- Mm.
-- Vamos ha saquear, el frigorífico.
-- No, no vayas...a la cocina. Mejor, nos pedimos algo.
-- Quieres pedir, comida?
-- Sí...por no, cocinar. Mm?
-- Pedimos, una pizza?
-- Segura? No crees, que la pizza, es un poco pesada, para comer a estas horas?
-- Vale.
-- Mm.
-- Pasta, con salsa.
-- Eso...eso es, lo mismo, que comer pizza, no? Después, dormiremos mal, y nos costará digerir la comida. Yo tengo el estómago...a prueba de bomba. Pero tú...?
-- Vamos que tú, serias capaz de comer hasta piedras. Ah...ha.
-- Y sí...tomamos, una sopa? Creo que a estas horas, nos sentaría, mucho mejor.
-- Una sopa?
-- Sí.
-- Cuando llegue...ya estará fría.
-- Aahh.
-- Pasta.
-- Aahh. Primero sopa, y...pasta.
-- Pero...
-- Antes de discutir, vamos a ver, si hay algo abierto. A ver, que encontramos, a estas horas. A ver...cerrado, cerrando, y  éste también, está cerrado-- dijo él, mirando el móvil--ya te decía yo, que no merecía la pena, discutir. Sólo nos queda, un sitio.
-- Mm.
-- El de ahí...está abierto. Tienen algunas cosas, que están muy ricas. Pide, anda. Llama.
-- Vale.
-- Querías pizzas, pero éstos sándwiches, son bastantes parecidos-- dijo él, cuando le llevaron el pedido -- fíjate en la cantidad de cosas, que lleva.
-- Estoy, llenisima-- dijo ella, con la boca llena.
-- Mm.
-- Sí.
-- Pero...has hecho muy bien, preparad te.
-- He pensado que el te, nos sentará bien.
-- Claro que sí. Quieres más, dime?
-- Lo vas a hacer, tú? 
-- Sii, y tú, lo traes.
-- Yo quería...tomarme otro vaso de te, pero...ya tengo mucho sueño. Es mejor, que no tome más.
-- Ya!..sí tienes sueño, no tomes más. Claro. Pues...a la cama. Venga.
-- Aahh. Somos amigos, vale? -- dijo ella, riendo.
-- Sí...claro. somos amigos.
-- Síii. Amigos, jajaja.
-- Ah...no quería decir...
-- Claro...lo he entendido.
-- Qué?
-- Puedo dormir en el sofá, no...necesito cama. Aamm. Me acostare...aquí. Mira...pero si tengo, una almohada. Perfecto, me acostare...aquí. Ya está! Fenomenal.
-- Sanem, que haces aquí? Siempre que estás nerviosa, haces cosas raras. Ven, tengo habitación de invitados, y algo de ropa, para dormir y también sábanas, y almohadas...no duermas aquí, que vas a estar incómoda. Levanta. Venga, vamos. Pero cómo vas ha dormir, en el sofá? Venga, vamos.
-- Bueno...ya que, insistes?
-- Claro que insisto. Venga te acompaño, a tú habitación-- le dijo, cogiendole la mano. Coge tus cosas, y vente por aquí.
-- Aahh. Sí, mis cosas. Trato, a la vista.
-- Vamos. Ya recojo, yo. Nos veremos, mañana. No te preocupes.
-- Aahh. A ver si tiene aquí sus camisetas, para prestar a sus ligues-- dijo ella, abriendole el armario. -- porque seguro, que les dejan camisetas. Alguna, me quedará bien.
-- Seria mejor, que no me criticases, en voz alta-- dijo él por detras-- porque...a ver...
-- Lo... siento.
-- Tengo, oídos.
-- Sólo hay, una camiseta. Se las das, a todas las chicas, que vienen?
-- Por qué, te montas todas esas películas? Es qué...te juro, que no te entiendo. De verdad. Bueno, como caballero, que...soy, te doy una camiseta, y un pantalón. Y mí sudadera. Mi favorita, por si tienes frío. Y además...un cepillo.
-- Muchas gracias.
-- Y si no te gusta...esta almohada, hay más, en éste armario.
-- No...ya está bien.
-- Y tienes, toallas limpias. Y ya no se me ocurre, nada más. Te vale, así?
-- No...necesito, nada más.
-- Vale.
-- Sí.
-- Buenas noches.
-- Hasta mañana.
-- Qué duermas, bien.
-- Igualmente.
-- Descansa.
Ella, cogió la camiseta, y recordó el momento en que se quedaron atrapados en el ascensor.
"Tú...tranquila. No pasa nada. Olvidalo, es agua pasada-- recordó él también.
También recordó el momento en que ella quería salir del ascensor, por la trampilla.
"No. Da la vuelta.
"Ya estás, subida. Estarás, contenta.
"Cállate. Qué te calles, de una vez.
"Sanem, qué dices? Estás hablando sola, otra vez? Te has vuelto, loca?
-- Oouuff. Ooohh. -- dijo ella, poniéndose de lado.
"Duermete, y no pienses, bobadas-- le dijo, la voz.
-- Tú, no te metas.
" No sueñes, con tus estupideces. Llevas puesta, su camiseta. Pero, duermete. Levantate temprano, y vete.
-- Qué te calles, ya.
"Sólo velo, por ti.
-- Aahh. Me estás liando. No me puedo dormir, por tú culpa. Ah! Tú eres la razón, de que no me duerma. Otro día, aahaa. Voy ha mandarle, un mensaje a mí hermana. Ya sí, que no. Mejor, se lo mando, a Ayham. Oh,oh, la batería. Y no me he traído, el cargador. A lo mejor Can, tiene uno. Se lo pedire. Qué, remedio. Me da mucho corte, ir a su habitación. Qué mala suerte, de verdad. Oouuff. -- todo eso, se lo dijo para ella. -- Can, Can? Can -- tosio-- Can? Can. Aahh, -- dijo, cuando lo vio, saliendo del baño -- jo, qué susto.
-- Te he asustado? -- preguntó él--diría que esto se parece, a un deyabi. No crees?
-- Humm.
-- Qué, quieres?
-- Mira...no me he traído el cargador, para el móvil, y quería saber, si tú tienes uno.
-- Aamm, sí.
-- Aha...
-- Lo tengo, en la mesita. Cogelo.
-- Es porque, lo complicas, todo. -- se dijo.
-- Es...el de arriba. Ese-- dijo él.
-- Aahh.
-- Algo más?
-- No. Buenas noches.
-- Qué duermas, muy bien.
-- Ah....ah....
"Buenas miradas. Serás, descarada? -- dijo la voz.
-- No le he mirado.
"Qué no, le has mirado? Pues no, dice.
-- Pues no. Y deja, de confundirme. Para ya. Eh... jejeje, jejeje. Por fin, por Dios. Voy ha enchufar, el teléfono. Y...dónde está, el enchufe? Oh,oh. No pienso preguntarle, donde hay uno. Jajajaja.

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