3a parte

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-- Pero ten más cuidado,  Linen-- dijo Mezquive, en la peluquería de Menahad.
-- Menahad, estoy pensando en teñirme el pelo de negro-- dijo Leyla.-- yo creo que de morena, estaría muy guapa. Ponlo, de negro.
-- Ayrs...se quejó, Menahad.
-- aunque el rojo, también me gusta muchísimo.
-- Quieres teñirte, de rojo? -- preguntó Mezquive.
-- O mitad, negro. O mitad, rojo y hacerme las puntas más claras y así estoy muy original. Parecería que tengo el pelo en llamas.
-- Bueno... levantate...arriba-- dijo Menahad -- va, levantate.
--Puede cortarle el pelo, de esos que se llevan muy modernos.-- dijo Mezquive.
-- O quizás lo que debería hacer es, cortarme el pelo de esos que es muy modernos de esos que se llevan ahora. Mire, eso es lo que vamos a hacer. Me cortas el pelo bien, tipo melenita y luego, me lo ti es de negro. Qué te parece?
-- Pues me parece, que no.
-- No??
-- Porque estás deprimida, cariño.
-- Yo, deprimida?
-- Pues claro, que las deprimidas, se cortan el pelo, de miran al espejo, y luego, se arrepienten,  y luego pago yo, los platos rotos-- dijo Menahad.--por todo eso Leyla, sintiéndolo, mucho, no te corto el pelo.
-- Cómo puedes decirme esto, Menahad. -- dijo Leyla-- Yo no estoy deprimida. Estoy estupendamente. Tengo trabajo y tengo dinero. Ahora por culpa de esas historias, no pueda venir a la peluquería, cuando a mí me venga en ganas? Sabes que?
-- Hija--intento tranquilizarla, Mezquive.
-- Me voy, cosas, y adiós.
-- Pero, hija. Cariño.
-- No, si resulta que la culpa ha sido mía-- dijo Menahad.
-- No grites a mí hija -- dijo, Mezquive.
-- Encima. No he hecho nada, y mira como se ha puesto.
--Que os pasa, Menahad?-- preguntó Ayham, que acaba de llegar con Musafer.
--Dejame, en paz--respondió esta.
--Quería pedirte hora, para que fuera manjera a Musa y a mi.
-A Musa?--preguntó Menahad.
--Los hombres de hoy, también se cuidan saben? Es por eso, que he decidido cuidarme. Porque los hombres se cuidan tanto, como las mujeres y eso no tiene nada de malo, por eso voy ha cuidarme y a liberarme del estrés que tanto sufro a diario y voy a ser, muy popular.
--Jajaja--rió Mezquive--donde está tu madre? Casi, no la veo.
--Es que la rehuimos. Pero no será, por mucho tiempo, no se preocupe. Despacho vendremos ha pedirle su bendición. Así que debería estar preparada porque un día vendemos con una bomba. Mientras tanto, Ayham y yo...
--Musa y yo-- corto, Ayham--eehh, tendremos para hacernos la manicura Musa y yo.
--Hasta luego.
--Hasta luego.
--Arribederchi--dijo Musafer.--dales recuerdos, a Sanem.
--Claro, se los daré de tu parte--dijo Mezquive.
--Como nos hemos quedado, mientras nos hablaba--dijo Menahad-- fíjate.
--Aahh.
--Y lo juntitos, que van. Creo que pasan de Sanem, miralos.
--Calla, ya.--dijo Mezquive--No me hables, del tema.

Mientras tanto en Ajba, Sanem pasea por la playa y al final, decide darse un baño en el mar. Lo que ella, no sabía, era que el, fuera tras ella.
--Señor Can, pero que...
--No he podido, resistirme--dijo el.
--Pero...
--Ssshh--le hizo el, tapándose la boca.
Los se quedaron mirandose dentro del agua, mientras ella estaba radiante de felicidad.
--Esto, debe ser un sueño--dijo.
--Si, es un sueño--dijo el.
Pero era eso, un sueño que ella había tenido.
--No. Que haces Sanem, que haces? Concentrate--se dijo y volvió a pasear por la playa.

--Estoy muy contenta. Jamás pensé, que estaríamos juntos--dijo Arsum.--tu y yo aquí. Los dos, solos.
--Pedimos algo? Que te apetece?--preguntó el.
Mm. Es que no puedo comer. Come tú.
--Pues no voy ha comer, sólo--dijo el.--me pediré, un whisky.--Perdone.
--Dígame?
--Traeme un whisky, y un café sólo, por favor.
--De acuerdo.
"Este zumo, lleva plátano, perejil y manzana, así que...--recordó el, mientras hablaba con Arsum y también oliendo las violetas con ella y la casi caída de Sanem por el precipicio de la Cala.
Mientras, en el bar restaurante, Sanem está comiendo sardinas en el bar restaurante sin percatarse que el está entrando.
--Señor Can? Pensaba que cenaba con la señorita Arsum--le dijo, ella.
--Ha sido, breve. Puedo, sentarme?--preguntó el.
--Claro.
--Qué comes? Parece, pescado? -- preguntó el.
--Sardinas.
--Es la temporada.
--Pero aquí, no te traen cubiertos. Te las tienes que comer, con las manos.
--Perdona, una ración de sardinas--dijo dibujando una radiante sonrisa.
--Ahora mismo.
Pero esta vez, aquello no era un sueño. Los dos, en aquel chiringuito de la playa felices comían sus sardinas.
--Aamm. Supongo, que será duro fotografiar mu que fotografiar, mujeres, inmigrantes, niños...
--Bueno...al final, te acostumbras. De echo, me resulta más difícil, vivir en esta embolia. En cambio aquí la gente de preocupa del betox, del botox. Me incomoda. Me cuesta, entenderlo.
--A mi me gustaría vivir, en las islas Galápagos.
--Las Galápagos?
--Sí.
--Vaya. Que, atrevida. Y porqué, allí?
--Porque...lo he soñado. Quiero vivir allí, y escribir, mis novelas.
--Pues hazlo. Escribe tus novelas, y después las ves. Sabes que las Galápagos, crían los albatros?
--Lo sé--dijo mirándolo.
--Cuando te ruborizas, pareces una niña--le dijo.--como puedes ser, tan pura?
--No lo sé.
--Tienes frío. Mi chaqueta, está mejor en tus hombros, que en mis manos--dijo poniendosela.
--Muchas gracias. Cuando estamos así, pienso que es usted un buen hombre, pero, pienso en lo que usted...
--En los que yo...que he hecho?
--Por qué, ha despedido a Leyla?
--Yo no la he despedido, Sanem. Sólo...le requiere, el portátil.
--Sí, claro. Usted es un ángel. Cargado de buenas intenciones. Sólo piensa en hacer el bien de los demás--dijo, enojada.
--A que viene todo esto,  Sanem-- preguntó el--si tienes que decirlo, dilo.
--Lo que digo, es que es mi jefe. Y se, que pretende. Eso es lo que quiero decir, ya está.
--Entiendo. Lo siento--dijo el.--a partir de ahora, seré ahora, su jefe.-- ella de quedó, sin palabras.--Dime--contestó el, al móvil--Entiendo. Ya vamos. El coche, está listo.

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