-- Deja ya, de huir.
Así terminó la última parte del 3er, capítulo.
--Por favor, apartese-- le dijo ella.-- por favor.
-- Vale. Vale. Ya me aparto-- dijo él -- oye, porqué le has puesto fresas, en el zumo, mm? Sanem, sabías que es alérgica. Cómo has podido, hacerle eso?
-- Lo siento mucho. No sabía que tenía una reacción tan grande, pero nadie mía, como se ha puesto y eso que le puse muy poquitas fresas. Yo no quería que...
-- Tú no querías, que? Mira...al final, me vas ha volver loco. Vamos a ver, no te he preguntado, que cuantas fresas les has puesto, sino, porqué, lo has hecho?
-- Estaba muy pegada a usted. Se notaba, que estaba incómodo, con ella y encima no se quería salir de su casa, y yo, intenté protegerle.
-- Tú? Protegerme?
-- Claro.
-- De verdad soy alguien que necesite que lo protejan? No entiendo, nada.
-- Tiene razón. Os he estropeado, la noche mágica. Lo siento.
-- Tú, no estabas prometida? Y aún así, haces estas cosas. O aún buscas, a tu albatros? Sanem, te lo digo, de verdad. No lo entiendo.
-- No vida personal, no es de tu incumbencia, ni tampoco a la suya. Estoy prometida, y soy feliz con él. No hay más que entender, vale?
-- Vale.
-- Y qué sea la última vez que me hable así. Es mi jefe, y no tiene el derecho de preguntarme por mí vida.
-- Es verdad. Soy, tú jefe. De acuerdo. Te prometo que sólo hablaremos de trabajo.
-- Genial.
-- Genial.
-- Puedo irme, ya?-- Baste, deja de mirar el dinero-- le decía Mezquive, a Nihad.
-- Yo he dicho nada, Mezquive. Mira todo el dinero, que nos ha dado.
-- Como has podido vender una tienda que vale 100.000 liras, por 40.000-- preguntó Leyla. Papá, no tienes ni idea de finanzas.
-- Sí, tienes razón cariño, pero tengo una deuda que pagar y me he visto obligado ha venderla. Cuantas veces, lo tengo que repetir?
-- Ya lo sé, papá, pero también hubiéramos ido al banco a pedir un préstamo o un crédito. La verdad es que mamá y tú, estáis muy raros últimamente. Además, como pudo daros el dinero, en esta maleta vieja?
-- Hija. Lo importante es el dinero, la maleta, es lo de menos. El dinero, no se va a quedar aquí. Uuff.
-- Qué sí. Qué tienes, razón. Porque cada vez que lo veo en casa, me pongo más nervioso. Voy ha llamar a Halil, para decirle que venga ha buscarlo.
-- Eso...llámale, porque me pone nerviosa. Anda si, anda, y dile que venga ha buscarlo.
-- Ya voy.
-- Qué lástima, que hallais vendido, la tienda-- dijo Leyla-- me servía para hacer enfadar a Sanem, porque me queríais más a mí que ella, por haberle puesto mí nombre a la tienda, y ya no podré.
-- Jesús, hija mía. Nosotros aquí pasando apuros, y a ti parece que te da igual.
Oh, pero, madre mía. Madre mía, mira que vendiendo la tienda, al truan ése?-- dijo Mezquive, cerrando la maleta--. Será, imbécil?-- Cuanto tiempo!! Con el tiempo que pasáis, sin verme. -- dijo, Rehad.-- señor Can, tiene visita.
-- A sí?
-- Hola...-- saludó Akib.
-- Qué pasa tío, cuanto tiempo sin vernos.
-- Cómo no vas, hemos tenido que venir, para ver si seguía vivo.
-- Anda tío, no te quejes, que ya sabes que tengo mucho lío-- dijo él.
-- Can, estas bien? Pasa algo?
-- No...no, pasa nada-- dijo él.
-- Cómo te gusta, hacerte el interesante, verdad? A ti, te pasa algo.
-- Ya te he dicho, que no me pasa nada. No seas, pesado.
-- Akib, me ha preguntado, y me ha dicho que vengamos ha a hacerle una visita. Así que su matrimonio, no le vaya bien.
-- Por qué?
-- Problemas dice. Es una pesadilla. Ya no puedo, más.
-- Anda, me tienes que servir una copa.
-- Ya voy.
-- Estoy amargado. Esto harto, de ella. Ya no puedo más-- dijo Akib.-- dame.
-- Te la lleno?-- preguntó él.
-- No. Déjala así.
-- Servido!!
-- No. Ponme otra y déjame, beber tranquilo. Estoy en el trabajo, y me dice, que haces? Y digo, trabajar, trabajar en la oficina, y luego, llego a casa y me pregunta, que hecho, hoy? Trabajar, que es lo que he hecho?
Mientras sus invitados hablaban, sus pensamientos están en ella y en lo que dijo.
" Estoy prometida, y soy feliz con él. No hay más que entender, y que sea la última vez que me hable así. Usted es mí jefe, pero no tiene derecho a meterse en mí vida.
-- Te lo digo de verdad, ya no soporto, a esa mujer-- seguía Akib.
Por otro lado, a Sanem, le pasaba lo mismo y recordaba las palabras que el dijo.
" Tú, no estás prometida? Y sin embargo, haces eso. O aún buscas, a tu albatros? Sanem, te lo digo de verdad. No lo, entiendo.
--Eehh Sanem, espera.--dijo Ayham.
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Soñando Contigo
RandomRevive la historia de amor entre Can y Sanem, en "Soñando Contigo "