2o Parte

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Creyendo que Aderen, se había quedado en casa de Can, inventa averiguarlo, con el ardid del móvil y fingiendo que se le había olvidado dentro, y después de una fingida búsqueda, acaba encontrandolo. Después de salir de la casa, Geygey, la espera en la puerta y ella le reprocha el no haberle ayudado.
Mientras tanto, en la casa de Mezquive, Nihad y Leyla, están cenando.

-- Leyla, hija. Come algo, qué no has cenado nada y te estás quedando muy delgada.
-- No quiero comer nada, mamá. Tengo 225 gramos de sobrepeso y estoy intentando, perderlos.
-- Ten cuidado, hija mía. Ten cuidado. Sanem ha cogido 5 kilos, y no se le notan en absoluto. Pero á ti, en cuanto engordas un poco, se te nota mucho. No sé, porqué será.
-- Muchas gracias, mamá.
-- Mezquive. No le hables así a la niña. Ella es guapísima.   Es alta y delgada cómo su padre. Jajajaja. -- Ah. Ya has vuelto, hija mía? Qué le pasa a Ayham? Es grave? -- preguntó Nihad, a ella, que acaba de llegar.
-- No. Sólo hemos estado hablando, un rato.
-- Ha sido una excusa, para salir de casa-- dijo Mezquive.
-- Mamá, papá, hermana...
-- Qué.-- dijo Nihad.
-- Alguno os habéis encontrado unos documentos que tenía guardados en mí habitación? -- preguntó ella.
-- Nooo-- respondió Nihad.
-- Qué documentos? -- preguntó Mezquive.
-- Cosas de trabajo.
-- Del trabajo? Qué clase, de documentos son?-- preguntó Leyla, disimulando.
-- Nada importante-- respondió ella.-- Oh, Sanem. Dónde has podido meter ésos papeles? -- se preguntó, ella-- oh. Qué desastre. Ay, donde los habré puesto? Oojj. Qué idiota eres, de verdad. Tienen que estar, por aquí. Nooo, Uuff.

-- Hola. Qué hay, Sanem? -- preguntó Ayham, al sonar su móvil.-- qué ha dicho, cuando ha visto el contrato?
-- Ayham. Después de entrar en tú casa, volví, a la mía y metí el contrato, en una carpeta. Luego fui, a la casa de Can. Le di la carpeta, y cuando la abrió, estaba vacía. No estaba el contrato. No estaba.
-- Qué la carpeta, estaba vacía? Cómo que estaba, vacía? No lo habras perdido, en algún sitio?
-- Dónde se me ha podido caer? Me estoy volviendo loca.
-- Te lo llevaste a tú casa, y lo metiste en una carpeta, como ha podido, desaparecer? Puede que alguien, lo haya cogido de la carpeta. Pero, quien habrá podido coger si estaba en tú casa?
Mientras que Ayham, hablaba con ella, Osman, recordó el momento en que Leyla se montaba en el coche de Embre que la estaba esperando.
-- Escuchame, bien. Ve a tú casa, ahora mismo, porque es imposible, que haya salido volando.
-- Ooyy, estoy fatal. Hablamos, luego. -- Oohh, donde está? Dónde está? Volveré ha mirar, por aquí.

-- Oohh, vaya. Menuda pesadilla. Dónde está, el contrato? -- preguntó Ayham, a su hermano.
-- Sii. Es algo, muy extraño.

-- Sanem. Por lo visto, ésos documentos, eran importantes-- le dijo Leyla, a ella.
-- No...ahora estoy buscando, otra cosa-- dijo ella.
-- Sanem. Cuéntame, lo que pasa? Vamos, ha sentarnos. Sanem. Dónde has estado? No has estado, con Ayham, verdad? Puedes contarme, lo que sea.
-- Estaba, con Can.
-- Aahh. Se le ha pasado, el enfado? Porque lo que hizo, fui muy mal. El señor Embre, es su hermano. Y no se merece, que lo trate así.
-- Está arrepentido, y se siente mal. Pero no quiere, demostrarlo-- dijo ella.
-- Ojalá, nunca más. Aparezca, por la agencia.
-- Pero hermana. Porqué odias tanto, al señor Can? -- preguntó ella.
-- Porque cuando el señor Asis, dirigía la agencia, todos éramos muy felices. Embre también, lo era. Tú vivíste  ésos días en la oficina. Cuando llegó, el señor Can, todo se puso, patas arriba.
-- Estás siendo, injusta. Si lo conocieras, cómo yo. Baja esa tachada de un tipo duro, hay una persona sensible.
--Sanem, no hace falta que me lo digas. Yo sé, la verdad. Espero que algún día, entiéndas eso. Pero ahora, el amor te tiene cegada, verdad? Ojalá algún día, despiertes. Buenas noches --dijo Leyla, antes de salir de la habitación.
-- Buenas noches. Dónde diablos, está? -- se preguntó, mientras seguía buscando los documentos. Precisamente, cuando ella estaba buscando los documentos vio el libro que a ella le gustaba, el al abrir, el frigorífico, también encontró también el mismo libro.
"Sabes lo que noto, en tú voz?-- empezó él--palabras que no puedo decir. Pequeñas cosas, tal vez. Pero aún así, ahora mismo, parecen monumentos. Sabes lo que noto, en tú voz? Palabras, que no quiero decir.

 Soñando Contigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora