Cap 19

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Después del secuestro del chofer del señor Fabryk por Musafer, Can, Sanem y el señor Fabryk, buscan la dirección que le habían dado. Al llegar allí, Musafer se encuentra como si lo hubieran apaleado, y el chófer sentado en la silla todavía atado y amordazado.

--Amigo, que clase de persona, eres tú? Te secuestre, creyendo que eras un hombre de la mafia, y resulta, que eres un auténtico pirado. Me prometiste, que no me harías nada. Te desate, y me pegaste. De ahora, en adelante, no tendré piedad de ti.

-- Aquí. Éste es el sitio, dónde están-- dijo ella, cuando llegaron.-- paren aquí, entraré yo. Ustedes quédense, vuelvo en seguida.-- Misifuz.--le gritó, al entrar.
-- Gracias a Dios, que estás bien.
-- Desatalo, ahora mismo-- gritó ella.
-- Sabía que conseguirias escaparte. He luchado, contra la mafia italiana, por ti. Pero resulta que éste italiano, es un farsante.
-- Pero, que has hecho? Desatalo.
-- He luchado, contra la mafia, por ti. Has visto, lo que me ha hecho? Éste tío, me ha partido la cara.

-- La señorita Sanem, es imperceptible. Como una caja de sorpresas-- dijo Fabryk.
-- Sii. Así es ella. Toda emoción y adrenalina. Oh, Sanem. Ohh...Sanem. me tiene, harta.-- Porqué no la esperamos aquí, señor Fabryk? -- preguntó Aderen. -- el los traerá, a los dos. Es mejor, esperar fuera. No se preocupe. Seguro, que no hay, ningún problema.

-- Ahí está, Can-- dijo Musafer.
-- No ha pasado, nada. Está bien-- dijo ella.
-- Sal y pídele disculpas, al hombre qué está en el coche-- le dijo él.
-- Vale. Hermano, que Dios, te bendiga. Nos vemos.
-- Me lo vas, ha pagar. Desgraciado.-- dijo el chofer.
-- Vamos, venga. Le pedimos disculpas, por lo ocurrido.
-- Te voy, ha matar.

-- Sanem, Sanem. De qué perfume, habla él? -- preguntó él.
-- Eso no es, asunto tuyo.
-- Sanem.
-- Sueltame.
-- Sanem, Sanem. Sólo quiero saber, si le has dado, ése perfume? El que, llevas tú siempre.
-- Bueno, antes de que responderte, quiero decirte algo. Me escucharas?
-- No. Sólo quiero, que me respondas.
-- Entonces, no responderé, a tú pregunta.

-- Sólo esto, ha sido, un desafortunado malentendido. El me pisoteaba, la cara, con su zapato. Creía que eran de la mafia italiana. Por eso, lo secuestre.

-- Sanem.
-- Qué.
-- Dile que se calle. Llevatelo.
-- Es inofensivo. No te preocupes. Muy pronto, se callara.

-- No somos italianos. Se lo digo, en serio. De verdad. Nos encanta, todo lo italiano, en serio-- dijo Musafer.
-- Cállate-- le dijo, ella.
-- Sí. O qué se vaya. Se ha ido, sin despedirse, del señor Fabryk? Me vais ha matar, ha disgustos--dijo Aderen.
-- Señorita Aderen. Ése era, el señor Can? -- preguntó Fabryk.
-- Señor Fabryk. No hay tiempo, para una reunión urgente. No se lo hemos podido, decir.
-- Bien, entiendo. Ha sido un día, trepidante de aventuras.
Sí. La inteprida, Sanem. Todos los días, pasa algo.
-- Ah...le he dicho, que le voy ha demandar.
-- Demandale.
-- Por su, pasión.
-- Sí.
-- Y también, por su secuestro.
-- Agresión.
-- Y también, por agresión.
-- Ha sido, un malentendido. Les juro, que es un malentendido.
-- Robo.
-- Oh...robo, también?
-- Le costará, 30, o 40 años.
-- 30, o 40, años?
-- Sí. Ha dicho, 40 años. Lo he oído-- dijo Musafer.
-- Por supuesto, no voy ha denunciarle-- dijo Fabryk--solo quiero, adustarle.
-- Sí. A ver si aprende la lección, den una vez-- dijo Aderen.
-- Señor Fabryk. Le pido disculpas, por lo que ha ocurrido-- dijo ella.
-- Sí, bueno. Son cosas, que pasan.

-- Perdóname, amigo-- dijo Musafer, al chófer.

-- En fin, señorita Sanem. Nos vemos mañana, de acuerdo?
-- Sí.
-- Señorita Aderen. Vamos de camino, a casa. Sí quiere, la llevo en camino.
-- Estupendo, gracias.
-- Bien--adiós.
-- Encantado, de haberles conocido-- dijo Musafer, mientras Sanem, tiraba de él.
-- Vamos-- dijo ella.
-- Creía, que te habían secuestrado. Qué querías, que hiciera? Qué otra cosa, podría hacer?
-- Cuántos días en la cárcel, te darían? -- preguntó ella.

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