Cuando Claude abrió los ojos, estaba en lo que parecía un salón de baile, una niña pequeña, de largos cabellos entre blancos y rosas, simulaba bailar con un caballero de gran altura, soltaba risas dulces y movía torpemente sus pies.
No tuvo que mirarla dos veces para saber, que esa era la vida pasada de Elian.
La niña giro y cayó de bruces al piso al mismo tiempo que el caballero se giraba cuando le llamaron.
Iben, hizo un pucherito y sus ojos se aguaron, pero no lloro, se quedó en silencio y luego una luz dorada la ayudó a pararse.—Iben, fue coronada luego de aprender a leer, a sus siete años. —la voz, casi idéntica a la de él, habló a su lado, logrando que girará su rostro. — cuando era pequeña, no era bien tratada debido a su edad.
Frunció un poco el ceño y volvió a mirar a la niña, quien rápidamente cambió su imagen hasta convertirse en una agraciada adolescente, con un bello vestido.
Miro el lugar, sabiendo que ese lugar, era claramente Obelia.
—Este es el día de mi debut,La emperatriz, Iben de Beati fue la primera persona con la que baile en mi vida.
Se fijo en como un adolescente le hablaba a la chica, y como iniciaban a bailar, pudo reconocer el rostro del chico, y rápidamente busco por todo el salón. Allí estaba, El emperador más poderoso e Obelia Aerthenitas.
—¿usted entonces era el segundo príncipe? ¿El traidor de Aetherias?. —preguntó despacio, recibiendo un resoplido. —
—No soy un traidor, solo ame a mi mujer con toda mi alma y corazón, y eso era mucho más importante que ser el hijo bastardo del emperador. —contestó el castaño, con una mala mirada hacia el rubio. —Nisiquiera soportaba a mí hermano por lo que era imposible el poder vivir tranquilo en Obelia.
Claude, miró fijamente al aquel entonces primer príncipe, quien se mantenía serio y una pizca roja brillaba en sus ojos. Parecía estar aguantando se las ganas de gritar o golpear algo, con la vista fija en la pareja de jóvenes sonrientes en la pista.
—Esta época es aburrida. —contestó esta vez el pelinegro, abrazando por los hombros a ambos de ojos enjoyados. —Digo ¿solo bailan así y se cortejan con manzanas y que se yo? No saben nada si nunca bailaron juntitos en un antro.
Ambos miraron al de apariencia más joven, quien sonreía, de manera pequeña, no tenía mucho que decir en una época que no era la suya.
Los otros dos, parecían extrañados, los términos utilizados por el pelo negro eran extraños, incluso aveces vulgares, pero seguía siendo una parte de ellos y bueno... No lo odiaban, al menos no del todo.La imagen cambió, mostrando así como el príncipe Aerthenitas golpeaba con un bastón al que en ese entonces era su hermano menor. El castaño solamente había girado el rostro, con la mejilla roja y con un ligera tajo por la piedra golpearle la mejilla.
—Es la última vez que te lo digo, bastardo.— Dijo agarrando del cuello al chico, con la bruma negra rodeandole. —Yo seré quien una a Beati con Obelia, YO, seré quien se case con Iben, así que deja el jueguito del príncipe azul, o no será tu rostro solamente el que termina dañado... ¿Tu madre esta enferma, no?
La grave voz del individuo frente a él le hizo temblar, le recordaba a su propio hermano, quien con la misma voz, le había hablado cuando subió al trono, cuando había perdido a su madre.
—Iben no te aceptará, ella....ella sabe que tu tienes magia oscura. —contestó el castaño, alzando la mirada y escupiendo le al mayor. —ni en sus miles de vidas ella te amara.
—Ya veremos, bastardo. —Contestó el heredó antes de que levantara su mano,con magia en esta,y la imagen cambiará a lo que parecía una boda.‐
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Mírame, Claude. [Princesa encantadora]
FanfictionPara los ojos del resto, Elian no le llegaba a los pies a su hermana. El hermano menor, era un simple estorbo para los Yedith. Estaba solo, en un mundo donde la soledad era el peor monstruo. Claude sólo debió mirarlo una vez, para caer por la belle...