Elian se sentó a duras penas en la cama del emperador. Este se había ido hacia unos horas y hace poco, Athanasia junto a dos sirvientas acababan de entrar con el desayuno.
—No debía preocuparse, Athy. —le dijo, intentando sonreír, pero debido al dolor por los golpes este salió más como una mueca. — estoy bien...
La rubia miró el estado del chico. Deseaba golpear a Claude hasta darle a entender que el chico no era un objeto, que estaba vivo, y que Tenía sentimientos. Pero temía por su vida, y no podría proteger al pequeño ángel que tenía enfrente, muerta.
Se acercó, con la intensión de abrazar al chico.Pero este instintivamente se apartó, con la mirada gacha.
—¿Elian?. —le llamó, confundida, pero al ver como él chico temblaba a su lado, entendió que obviamente tenía secuelas de lo que el día anterior había pasado.
—Princesa yo.... Lo siento tanto... Solo soy un estorbo. — Aguanto el sollozo y solo se tapó la boca, para que de esta no saliera ningún sonido. —
Elian estaba destrozado. Tenía demasiadas cosas en su cabeza y solo quería irse de allí. Pero no podía,ahora aún más, estaba atrapado en aquel enorme palacio, porque el tirano emperador había puesto sus ojos en el.
Sentía como su sueño de ser libre se escapaba cada vez más de su alcance, sabía que pronto ya no sería nada más que el chico que dio a luz un bebé para el emperador. Un príncipe o princesa que nisiquiera tendría poder al no ser el heredero. Y eso seguramente causaría aún más la furia de su familia,y ya tenía suficiente con haber hecho enfurecer a Claude.Si, estaba asustado, el hombre lo había golpeado, e incluso fue capaz de dejarlo para que abusaran de él, nada justificaba las malas acciones que él ojiceruleo había hecho contra el. Pero también contrarresta sus buenas acciones, que nadie veía más que él.
Claude era bastante diferente en privado, podía quedarse horas a su lado, solamente dándole caricias o jugando con su cabello, le gustaba mucho leer, y siempre le leia, por las noches, cuando no tenían intimidad.
Claude podría ser un maldito cuando estaba enojado, o dolido. Pero cotidianamente no lo era, o al menos no con el. Normalmente pasaba gran parte del día con el, e incluso le había acompañado a cocinar en el Rubí, plantar su propio jardín e incluso se habían entretenido haciendo un pequeño desfile de moda, cosa que a las sirvientas las descolocó, y a él le hizo sentir como un chico normal.
Pero lo que más hacía que el chico no pudiera odiarlo, era la bella sonrisa, y risa que el emperador le dedicaba, cuando pasaban momentos juntos. Claude era más bueno que malo con el, le había levantado la mano una vez y si bien disfrutaba de la mala palabrería durante el sexo, normalmente apodos dulces como "Luna", "Bonito", "bebé" o incluso "amor" se hacían cotidiano en el día a día.
Por lo que no podía odiarlo, debería, esta vez se había pasado de la raya, pero no lo odiaba, porque Claude le había mostrado más facetas y momentos dulces que malos momentos, claro que desconfiaria, pero sólo hasta que el hombre demostrará que nunca volvería a hacerle algo así.
Pero a diferencia de él, quería odiar a los hombres que habían abusado de él, él día anterior, quería golpearlos y gritarles, mandarlos al infierno. Pero no podía, algo dentro de sí le decía que el odiar no era bueno, que se mantuviera tranquilo.
Era la misma sensación que la noche anterior, con una luz, había curado sus heridas internas.
Era un sentimiento de paz, y relajación, que le mantenía normalmente calmado y le hacía ver las cosas con claridad. Como una fuerza mucho más allá de la imaginable.Quería respuestas, pero no sabía a quién preguntarle, Athanasia estaba ocupada normalmente con todas sus clases, Kiel no tenía permitido entrar, Félix sólo le miraría con una carita de cachorro, con Claude aún no quería hablar, Lucas era su mejor opción pero estaba últimamente ocupado con los magos de la Torre,y por último estaba su hermana, a quien no se le quería acercar, aun más ahora que sabía que estaba esperando un bebé.
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Mírame, Claude. [Princesa encantadora]
FanfictionPara los ojos del resto, Elian no le llegaba a los pies a su hermana. El hermano menor, era un simple estorbo para los Yedith. Estaba solo, en un mundo donde la soledad era el peor monstruo. Claude sólo debió mirarlo una vez, para caer por la belle...