Claude miró con diversión al chico que vomitaba en el pequeño lavatorio a un lado de la cama.
Elian apenas había despertado, y se había dirigido a vomitar, por sus, ya comunes, náuseas matutinas.
Le sobo suavemente la espalda, agunatdo la risa que quería salir de sus labios. En momentos como ese, Elian parecía olvidarse de los títulos y lo maldecir en voz baja.
—No se burle, usted no es quien está sufriendo. —Lloriqueo el niño, con un puchero, antes de tomar el pañuelo a su lado y limpiarse la boca. —
—Aún te ves lindo. —sonrió de lado y se acomodo, para quedar sentado en la cama. —debo irme pronto... Athanasia me pidió algo
Elian apreto los labios y se volvió a recostar, asintiendo, no porque estuviera celoso, más bien por la inseguridad en su ser.
—¿Usted ama a la princesa?. —Vio como él mayor guardaba silencio, para solo mover su cabeza ligeramente, asintiendo. — Espero que también ame a nuestro bebé, majestad.
—No te preocupes por eso. —le beso la frente y se levantó. — vuelve a dormir aún es temprano
Elian aceptó y solo se volvió acomodo en su cama, despidiéndose de su mano del adulto, quien sólo Asintió y se fue de la habitación. Mientras que el volvía a cerrar los ojos para poder dormir nuevamente.
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Despertó horas después, al sentir sienta incomodidad al respirar. Abrió lentamente los ojos, pero por estos no vio nada, su habitación estaba llena de humo.
Tosio y se levantó apurado, tomó su anillo, y una pequeña cajita y dos libros presentes en la mesita de noche, para luego correr a la puerta para poder abrirla.
Fallo, estaba trancada, y aunque la golpeara no se abría.—¡Ayuda!. —Grito pero no recibió respuesta. —
Se giro, para ver su balcón, pero este estaba ardiendo en llamas, por lo que no podría pasar.
Siguió golpeando la puerta, intentando abrirla al hacer presión con su pequeño cuerpo, pero nada pasaba, esta nos e movía, y no parecía tampoco querer romperse.Tosio, debido a la falta de oxígeno, y volvió a golpear la puerta, gritando por ayuda.
Se agarro el vientre, para poder proteger a su pequeño. Sentía las piernas fallarle y simplemente se dejó caer en el piso, aferrándose a sus cosas de valor.
El no lo Noto, pero es de su pecho una luz dorada salió y un pequeño campo mágico empezó a protegerlo del fuego. Mientras el caía inconsciente.
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Claude Miro a la castaña frente a suyo, quien sin respeto le miraba directamente. Había venido a pedirle permiso para hacer una fiesta de té, pero quería negarse, claramente lo haría. Pero algo le impedía decir la palabra. Por ello se mantenía callado.
Félix derrepente entró, apurado, como si hubiera corrido una maraton, al mismo tiempo que el sentía una magia desconocida en el palacio.
—¡El Rubí está en llamas!
Esas cinco palabras bastaron para que saltará de su asiento y saliera, para ir a ver a su pequeño. Dejando a una furiosa castaña por detrás.
Zenith estaba molesta, pero a la vez feliz, pues sabía que el emperador no sería capaz de encontrar a Elian entre todo se fuego.
Cuando Claude llegó, el Rubí estaba completamente en llamas, y el cuerpo de algunas sirvientas, ensangrentados, se encontraban en el exterior.
Busco con la mirada el cuarto de su luna, pero este parecía ser donde se inició el fuego, era donde las llamas más ardía y más altas eran.
—¡Apaguen el fuego!. —le grito a los caballeros que empezaron a moverse. —
El por su parte quería entrar, e ir a buscar a su pequeño, pero Félix lo tenía agarrado, si bien podía soltarse, sabía que su escolta tenía una razón, el entrar sólo era poner su vida en riesgo.
Su luna, su Elian.... Podía estar muerto y el no habría podido hacer nada. ¿Volvería a perder a la persona que amaba?
Un ruido se escucho y el lugar completo explotó, lanzando escombros por todas partes.
Se dejó caer, al ver que no quedaba nada, que lo único que quedaban eran escombros, es decir que su pequeño había muerto...
—Majestad... Mire.... —la voz de Félix sonó asombrada, y sin ganas miró hacia dónde señalaba. —
En el aire, en lo que parecía una pequeña burbuja brillante, se encontraba su pequeño, inconsciente, con unos pocos objetos y hecho bolita.
—¡¿Que están esperando?! ¡Bajenlo y llamen a los magos!. —Grito, viendo con la burbuja se movía hacia ellos ñ. —¡Encuentren pistas de quien causó todo esto!
Cuando el niño llegó a su lado, y la burbuja desapareció por el pecho del niño, lo reviso por completo. Respiraba y su corazon palpitaba, lo único que parecía tener eran problemas para respirar, pues lo hacía en grandes bocanadas y pequeñas quemaduras en sus piernas.
Estaba feliz de que estuviera vivo, pero furioso con quien fuera que puso a su amado en peligro. Y no dudaría en encontrarlo.
Lo cargo en sus brazos, y lo llevó hasta su oficina, dejándolo recostado en uno de sus divanes.
Al rato llegó el pintor con un cuadro, empezó a explicarle algunas cosas sobre este, con tranquilidad. Lo miraba con tranquilidad, con la esperanza de que a su hija le gustara.
Pero antes de poder contestar algo una sirvienta entró al cuarto corriendo.—¡Majestad, es la princesa!. —Grito, haciéndole abrir los ojos. —
Ya casi perdió a uno ese día, no podía perder a la otra.
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Mírame, Claude. [Princesa encantadora]
FanfictionPara los ojos del resto, Elian no le llegaba a los pies a su hermana. El hermano menor, era un simple estorbo para los Yedith. Estaba solo, en un mundo donde la soledad era el peor monstruo. Claude sólo debió mirarlo una vez, para caer por la belle...