Voz del Angel

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Habían pasado las doce cuando el de ojos esmeralda salió de la habitación del emperador.

Apenas llevaba una bata blanca que cubría su desnudes, y le llegaba por encima de sus rodillas.

Estaba cansado, le dolía todo el cuerpo, pero aún así no podía dormir. La molesta voz masculina en su cabeza no le dejaba descansar.

Paso paso, camino por el largo pasillo hasta llegar al exterior, ignorando las miradas que los guardias de turno le daban. No le importaba que miradas le dieran, no le importaban si eran de burla o deseo, el nesecitaba irse lo más rápido.

Sin importarse si se dañaba los pies, siguió caminando por el jardín, intentando que la voz en su cabeza se callara mientras más lejos se iba.

-matalo.... Matalo por dejarte tan deplorable, se buen niño hijo mio

Agitó la cabeza y siguió su camino, escuchando aquella amada voz de su hada madrina, como todas las noches.

-¡Matalo, Elian, Matalo!.

-No lo mataré.... Creo...

Dijo despacio, con la voz temblorosa, y por prera vez, se permitió levantar la vista para mirar donde estaba.

Frente a él, había un lago, que en el centro de iluminaba por la luna.

Recordó aquel cuento de hadas que su nana le había contado de pequeño, donde un príncipe conocía a un pequeño espíritu, que bajaba cada noche con la luz de la luna reflejada en el agua,que se amaron y extrañaron eternamente, al ser un amor imposible.

Muchos años soñó con un amor así de puro, un amor donde pudiera dar todo de sí y que su amante hiciera lo mismo, pero ahora estaba atrapado en un relación Dueño-prostituto, que divertida vida le había tocado.

Se sentó en la orilla, ignorando completamente la voz en su cabeza. Metió sus pies al agua y miró el resplandor de esta.

-¿Seré feliz?. -le preguntó al Espíritu a su lado, quien con dulzura le acariciaba los cabellos. -Quizás sería mejor morir.

-Debes esperar, todo mejorará. El emperador no te hará sufrir, te lo aseguro.

-Pero... Lo está haciendo. -miró a la mujer, intentando no llorar. -Quiero ver a Kiel, y a mi hermana... Quiero volver... Quiero ver a mi nana...y poder hacer lo que quiera... Al menos en mi habitación

Su hada, suspiro, pero no dijo nada,solo desapareció en pétalos de flores.

Elian también suspiro, y volvió a mirar el reflejo del agua.

Recordó aquella melodia que le había dormir tan pacíficamente en las noches y a plena voz, pues estaba bastante lejos como para que alguien le escuchara,empezo a cantar.

Escondiendome en una noche, donde no llega el amanecer.
Las estrellas acurrucadas a mi alrededor
Me hacen desaparecer.
Una aria al amanecer hizo eco
Y junto a la lluvia imparable
Una melodia produjeron.
Ayer no tenía miedo
Mi destino estaba grabado en el futuro
Pero ahora este se perdió
En una oscuridad sin fin
esto apenas comenzaba.

Se levantó de su lugar y dio un paso hacia adelante, entrando al agua.
Luego de este, le siguió otro, aun cantando,y con la voz en su cabeza intentando pararlo.

No quería vivir, todo acabaría si se ahogaba, nadie lo encontraría ni extrañaría.
El ya estaba solo en ese mundo, sin padres, y sin familia, porque su hermana, no se había dignado a escribirle en un mes.
Elian no sería extrañado por nadie, sólo se dejaría llevar por los brazos de Tanatos.

Como regalo me diste la hoguera
Y un ataud en la Catedral.
Una nueva vida se alza para mi
Nacer otra vez
Y brillante como el sol
Lo que desaparecio
No cambió nada
El cielo brilla igual que ayer
Ayer el día que dije adios
Sonrie, sonríe ante todos
Demuéstrale que sonríes igual
Muéstrales tu belleza
Como la solitaria aria que eres

Solo su rostro estaba fuera del agua y emitió una última nota antes de dejarse ir a las profundidades, aun tarareando la letra en su mente. Aún en su interior, deseaba, que alguien le ayudara.
Pero estaba solo, nadie haría eso por el.

¿Cuanto tiempo debo estar sola?
¿Cuanto tiempo se tardarán en darse cuenta que están solos?
Somos impacientes, y soy la reina de ellos
No paro mi caminar
El pasillo iluminado me guía hacia
Un hermoso futuro.
Es mio, y acaba de empezar.

El aire se acabó y solo sonrió, por fin tendría su paz eterna.

No conocí la bondad
¿Era bondad lo que me diste?
Aquel ataud en la Catedral.
Donde mi cuerpo terminó
Terminó siendo la luz de un pueblo
Como una hoguera

Sintió un par de brazos rodear le, pero no veía nada, y tampoco quería saber, supuso que así se sentía morir, por fin.

Remo ahora, por mi, no por el
Ahora se dan cuenta
Ahora cuando no estoy
La hoguera ahora está de luto
Y mi voz a lo lejos hace presencia
Las melodías de un bebé, con nuevas esperanzas.
En el fondo de la Catedral.
Donde el se encontraba
Le lloro el mundo entero a su amada
Una amada que el no merecia
Descansa por fin la aria
Haciendo eco en la voz de un niño.




---

Cuando Elian abrió los ojos, se encontró con seis pares de ojos, mirándole expectantes.
Intentó sentarse, para saludar a ambos miembros de la realeza en el lugar. Pero sólo logró sacar un quejido al no sentir fuerza y un par de grandes brazos agarrarle, como si no hubiera mañana.

-¿Por qué hiciste eso Elian?

Se quedo mirando a la nada, no sabía que responder exactamente.

-Quiero tener un nuevo camino.

Claude miró perplejo al niño, que aún parecía confundido, en sus brazos.

Aquella noche había despertado al sentir la falta de calor a su lado, y a lo lejos oyó una bella voz, que sonaba tan hermosa como desgarradora, en cada nota.

Había seguido la voz del ángel, justo a tiempo para notar como su luna se hundía en el agua.

No lo pensó, y solo lo sacó,con rapidez, encontrándose con que el niño no respiraba.

Uso su magia, e incluso tiro su orgullo y pidió ayuda al mocoso que tenía su hija de amigo.
Logrando estabilizar al Magrita, e incluso quitarle una maldicion.

Estuvo un mes carcomiendo se la cabeza, pensando que volvería a perder a un amante, el niño no despertaba y sentía que no soportaría denuevo si volvía a perderle.

Por ello cuando el niño le dije de manera indirecta que quería morir,se dio cuenta que estaba haciendo algo mal.
Se dio cuenta que hasta ese instante, sólo pensó en sí mismo, y nunca en el chico que aceptaba todo sin rechistar ni llorar.

Se dio cuenta en un segundo que en sus brazos tenía a un adolescente roto.

Mírame, Claude. [Princesa encantadora] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora