Mírame, Claude. [Princesa encantadora]

Uno Y Medio

—¿¡Qué!?

La voz de Alysh resonó por todo el salón, haciendo temblar a los dos ancianos en el lugar.

—Se ha filtrado la noticia de que su santidad fue encontrada. —contestó otro más joven, quien pasaba. Con tranquilidad una manta por los hombros del adolescente en la sala. —

—¡Era su responsabilidad cuidar que nada saliera de este palacio! ¡¿Como se les pasó esto?!

La elfina estaba furiosa, se podía notar por el aura ardiente a su alrededor, que estaba chamuscando los pocos cabellos de los ancianos frente a ella.

—Alysh. —La apacible voz de Elian hizo presencia, mientras miraba a la mujer, mientras dejaba salir un aura tranquilizadora de su ser. — Deberías calmarte, esto pasa en todas partes y era cosa de tiempo

—Su santidad tiene razón, mi lady, ya han pasado casi cuatro meses desde que el regreso, no podíamos guardarlo por mucho tiempo más. —contestó esta vez Noah, quien tenía una de sus manos bajo su capa, en caso de que tuviera que sacar su espada o un inhibido de magia. —

—Es de nuestra majestad de quien hablamos, todos aquí saben lo riesgoso que es exponerlo y que el mundo sepa de su estado. —volvió a contestar la elfina, señalando el ya bastante grande vientre del chico. —

—Yo dije que era mejor presentarme cuando aún no se notaba, pero todos se negaron. —el niño bajo los hombros y se acarició la pancita de ya casi ocho meses. — Ahora nos veremos obligados a hacer alguna ceremonia con otros reinos...

El menor suspiro y solo se acomodo en su asiento, mirando con tranquilidad unos papeles.

—Hagamos esto... Manden un comunicado oficial, nombrando el que he aparecido como dijo el oráculo hace años. —Señaló un papel y luego miró hacia los nobles frente a él. — Me quedan dos meses, supongo que el pueblo podrá esperar si explican que aún estoy trabajando en la situación para ser un emperador digno, nombren mi edad si es nesesario

Noah sonrió al ver como el muchacho parecía tan decidido en sus situaciones, sin la nesecidad de mentir por completo, pues no era una mentira que el chico aún estaba asimilando eso de ser emperador.

—No dejen que se expanda el como es mi apariencia ni de donde vengo, intenten que mi nombre tampoco sea pronunciado. — El rubio de levantó, con lentitud, soltando un resoplido, mientras se acariciaba el vientre. — Noah, te dejo a cargo

Seguido de ello, camino hasta la puerta principal, donde recibió ayuda de una de las sirvientas que esperaban afuera.

Todos guardaron silencio, mirando por donde el niño se había ido.

—Aún me sorprende, que sólo tenga quince años. —contestó uno de los hombres, tomando luego la pluma a su lado. — El emperador de Obelia debe ser un idiota.

—Si no fuera porque es un idiota no tendríamos a su santidad con nosotros. —contestó Alysh, levantándose para poder recrear el holograma en la mesa. —será mejor que sigamos.

Todos a sintieron y volvieron a sus quehaceres, por muy aburridos que estuvieran, debían buscar la forma de que su santo estuviera a salvo.

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Elian Soltó un quejido cuando se acostó en la cama, se había quitado los zapatos y acariciaba, sin camisa, su vientre abultado.

Por alguna razón su bebé se había dado vuelta, y podía sentir las piernas del nene lhacer presión en sus cosillas, por lo que perdía el aire y sentía extremo dolor en su zona baja.