Traumas

4.9K 511 221
                                    


Elian siguió por todos los pasillos a Claude, quien le tiraba, con fuerza, incluso dañando le la muñeca.
Pero no podía quejarse, le hiria mucho peor si lo hacía.

Obviamente el rubio mayor estaba molesto, no, estaba ardiendo en ira.
Lo sabía, por su ceño fruncido, su mirada salvaje, y su fuerte agarre.
Incluso entia como el mana del mayor estaba moviéndose fuera de control.

Llegaron a una puerta, algo alejada, que bien sabía correspondía al cuarto de los caballeros aprendices. ¿Que hacían allí?

Por otro lado, Claude está furioso, thabia escuchado todo lo que la castaña había dicho anteriormente.

"—mi hermano solía verse mucho con algunos de los guardias o nobles que llegaban a casa.... Puedo asegurarles que el disfruta mucho de lo erotico"

¿Quería que el no fue el primero en tocar a su luna? ¿Que aquel bello cuerpo había sido tocado por otros que no eran el? No lo sabía, y estaba furioso por el simple hecho de imaginarse al pequeño chico gimiendo le a otro hombre, estaba tan lleno de ira, que nisiquiera pensó en la actual edad del chico, ni recordó la torpeza del niño cuando lo hicieron por primera vez.

En esos momentos sólo quería hacerle sufrir, y no por placer, porque quería darle una lección y saber si él chico disfrutaría tanto como su hermana había dicho, o se negaría.

—Supongo que algo debías sacar de la Perra de tu madre. —le agarro con brusquedad el mentón y miró cada uno de sus rasgos, buscando alguna similud con aquella mujer, que no fuera el olor de sus ojos. — Ambos disfrutan siendo unas putas baratas.

—¿M-majestad, que está diciendo?. —al escuchar su tono de voz, le abofeteo, más que nada por el tono tan dolido que el niño estaba usando, como si el no hubiera hecho nada. —

—Hoy sabre que tan sucio está ese culo tuyo. —dijo, abriendo la puerta, con brusquedad. —

Dentro de la habitación, habían varias literas, y dentro había un grupo de solo ocho muchachos, descansando, quienes se levantaron y saludaron al ver al emperador.

Claude no pensó, nisiquiera estaba razonando por las palabras de la castaña que rezonaban en su cabeza.

—Hagan lo que quieran con el, disfrútenlo. —tiro al chico dentro del cuerpo, haciendo que este cayera de rodilla, justo en el medio de todos los muchachos, de entre 16 y 21 años. — es una orden.

Cerro la puerta tras de sí, y se posicionó en una esquina, vuelto invisible, para que no lo notarán haciendo pensar que ya se había ido.

Uno de los caballeros, fue el primero que se Movió, agachandose para tomar el rostro del rubio.

—Tiene una cara bonita... Supongo que si no le miras abajo puede pasar como una chica. —dejó caer sus hombros y solo le tironeo la camisa de color violeta, rompiendo la al hacerlo. —

—¡E-esperen! ¿Q-que hacen?. —tembló en su lugar y se apartó hacia atrás, intentando cubrir su desnudes, pero chocó contra otro cuerpo quien descaradamente le mordió el cuello. —

—Seguimos órdenes dulzura. —contestó un tercero. —

Eso bastó para que Elian supiera lo que pasaría.

Empezó a patalear, intentando que le soltara, y le dejaran irse. No quería que lo tocarán, solamente quería que Claude lo tocará, solamente su Claude podía tocarle de esa manera.

Pero obviamente esos jóvenes eran más grandes y fuertes con el, por lo que pronto terminó desnudo Boca a bajo en el piso. Sentía algo frotarse en sus piernas, y otro pene en su boca, violandole esta.

Mírame, Claude. [Princesa encantadora] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora