*mundo donde Elian si se va, pero con el consentimiento de Claude
Luego del cumpleaños del emperador....
—Señorita... No puedo ir con ustedes.
La voz del chico salió despacio, mientras dejaba de caminar por aquel largo pasillo.
Sus manos reposaba sobre su pequeño vientre, y sus ondulados y cortos cabellos rubios, tapaban parte de sus ojos. Su nerviosismo se notaba en el aire, y los tres mayores frente al adolescente no sabían si sentir pena, impotencia o molestia por la situación o palabras del niño.
—Y-yo... Yo soy propiedad de su majestad. —murmuró el muchacho, alzando un poco la mirada, dejando ver un destello dorado, y que se viera su mirada asustada.— S-Si dicen y creen que soy algo así como un santo... Deben hablarlo con el... Yo no mando sobre mi.
Elian apreto los labios luego de hablar agachando la cabeza. Estaba muy asustado, no entendía que estaba sucediendo. Le daba miedo irse y no volver a ver al hombre que amaba, le daba miedo el no ser suficiente en otra parte más que sólo un amante, le daba miedo la reacción de Claude si se iba.
Acababa de ser desterrado, pero seguía siendo parte del Harem del emperador, e incluso llevaba al hijo de este en su vientre, tenía miedo, demasiado enrealidad.—Su santidad, usted no es propiedad de nadie, usted tiene el mismo poder que él emperador, porque usted es el elegido por nuestros dioses. —Alysh, se acercó rápidamente, causando que el menor, diera un paso hacia atrás. — Usted es el alma más pura, y sagrada de este universo, no debe darle explicaciones a un hombre nacido de un portador de magia oscura.
—Alysh, dejalo, nosotros no sabemos cómo a sido su vida aquí. —contestó la voz masculina a un lado, con los ojos rojos rugiendo, mientras miraban al adolescente. —Mañana hablaremos con su majestad y escoltaremos directamente a su santidad
Elian Asintió a lo dicho por el hombre, encontraba eso mucho más factible que el solo irse e desaparecer sin decirle a nadie.
—Al menos déjeme escoltar lo, su santidad. —dijo nuevamente la de cabellos blancos, quitándose la capa para ponérsela encima al adolescente quien, titubeante aceptó.—
—porfavor... Solo llame Elian, Señorita, no soy nada especial. —volvió a decir el rubio, dedicándole una bella sonrisa, que si bien seguía estando rota, seguía sorprendiendo a los presentes. —
La elfina siguió al muchacho por el pasillo, hasta llegar a una ala cercana a la habitación del emperador. El chico abrió la puerta y Agitó su manito, despidiéndose.
Apenas la puerta se cerró, el niño sollozo, haciéndose bolita en el piso. Mientras que la encomendada de Beati, suspiraba, e iniciaba su camino de vuelta.
A la mañana siguiente Elian, se preparo con ayuda de su nana. Una camisa celeste sola y un pantalón de tela negra, con detalles dorados, cubrían su delicada figura, además de las joyas doradas en su cabeza. Acomodo sus pendientes, y salió de la habitación cuando estuvo listo.
Allí, ya se encontraba la mujer del día anterior, esperandole, con una dulce sonrisa.
—Vamos, su santidad, nos están esperando. —dijo dulcemente, extendiendo su mano. —
El niño suspiro y solo tomó la mano que le daban, con cansancio.
Su noche había sido pésima, la voz en su cabeza había vuelto, y pareciera como si el mundo se pusiera en su contra por las incontables náuseas y vómitos que tuvo.Se agarro un segundo la cabeza, mientras caminaba. Intentando quitarse las malas ideas en su mente.
En el peor de los casos, moriría. Incluso estaba dudando si eso era lo suficientemente malo enrealidad.
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Mírame, Claude. [Princesa encantadora]
FanfictionPara los ojos del resto, Elian no le llegaba a los pies a su hermana. El hermano menor, era un simple estorbo para los Yedith. Estaba solo, en un mundo donde la soledad era el peor monstruo. Claude sólo debió mirarlo una vez, para caer por la belle...