Mon Amour (Bleur).

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- ¿Qué te ocugue, Gabrielle? Luces mal, ma petite...-preguntó la rubia melosamente, acercándose a donde su hermana la miraba con ojos tristes.

-Nada es solo...extraño casa, Fleur. Las cagtas tagdan semanas en llegag a casa desde aquí, y extraño a mamá...-la pequeña terminó por sollozar suavemente, a lo que Fleur se apresuró a abrazarla, murmurando palabras de arrullo. Sus compañeras de habitación se quedaron sorprendidas al ver aquella faceta tan afectuosa y sensible de Fleur, quien pese a ser su amiga querida de toda la vida, jamás se había caracterizado por ser muy explícita en su cariño hacia los otros. Pero claro, aquella era su única hermanita.

-...Pogmeto veg la fogma de solucionag eso, ¿está bien? Pego pog favog, no llogues, Gabry. Mamá y papá confían plenamente en Madame Maxine, ella nos cuida. ¡Estamos de viaje! Mañagna mismo, después de la puegba, escuche que quizás salgríamos del castillo al pueblo vecino, ¡Algo interesante habrá de habeg!

-...Además, hoy tienes la segunda prueba...- lloriqueó con más fuerzas, aferrándose a su hermana mayor-. ¡Y no me pidas que no me preocupe! ¡Había dragones en la primera! ¡Dragons! Pudieron matarte, Fleur. No hay modo que me hagas cambiar de opinión sobre eso.

-Quizás fue más guiesgoso de lo que creí que seguía, pero ¿acaso me ves con algún daño? Estaré bien, Gabry. Te lo pogmeto. Ahora, colócate el unifogme. Recuegden que tienen que asistig unifogmadas.

- ¿Tienen? - preguntó una de sus compañeras confundida.

-Me pidieron llevag bañadog- respondió mientras se adelantaba al baño, dejándolas aún más desconcertadas.

- ¿Vas a ir paseándote en bikini por toda la escuela? ¡Como si lo necesitarás para llamar la atención! - se empezaron a burlar de buen agrado todas de lo obvio: Fleur había arrasado con la población masculina del plantel entero. Relució el nombre de su "pretendiente" pelirrojo entre las risas, haciéndola reír con más fuerza.

- ¡Ay, ya, déjenlo! Me sentí mal después. En mi defensa, ya ega la quinta vez que un extraño me pedía salir- se justificó desde la habitación continua. Gabrielle se sonrojó completamente como siempre que tocaba la hora de cambiarse, aún poco acostumbrada a hacerlo frente a otras chicas extrañas, menos sin Fleur en el cuarto para recordarle que era lo común. De todos modos no querían llegar tarde. Fleur salió uniformada como de costumbre, a pesar de que se notaba el contorno del enterizo que llevaba debajo.

- ¡Luces preciosa, Fleur! - chuleo una compañera menor, haciéndola sonreír con suficiencia.

-Ya quisiera vegme algún día igual de bonita-comentó Gabrielle soñadora. Fleur ensanchó su sonrisa.

- ¡Ya quisiera yo vegme igual de bonita que tú! A tu edad yo ega un patito feo, no como tú que desde ya egues bonita. Aunque con esos pelos pareces un kneazle. Ven acá, poupée - la pequeña rubia rió mientras se acomodaba en la silla que ofrecía su hermana. Con destreza peinó sus suaves cabellos de plata en unas trenzas, habilidad que había dominado tras años de hacerlo. Gabrielle siempre había sido su muñequita preferida para arreglar desde bebita.

-Ya hay que irnos, muñequitas. En especial tú, sabrá Merlin que cosa te harán hacer, querrás prepararte...-ambas hermanas asintieron antes de dirigirse cada una a su rumbo. Claro, la pequeña no llegó a su destino, pues en cuanto se separó de su grupo fue retenida. Ninguna de las dos se esperaba realmente lo que ocurriría aquella tarde, o que Gabrielle fuese parte de aquello.

Fleur caminaba segura, platicando animosamente con su amiga Paulette cuando, entre parloteos y risitas, algo captó su atención en el público. ¡El pelirrojo! De verdad se había sentido mal por gritarle. quizás podría disculparse después de lo que le hiciesen hacer. O quizás no, que igual empeoraba, no entendía cómo funcionaban los púberes. Y entonces, debatiéndose mentalmente que debería o no hacer, lo vio.

One-shots de Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora