R.A.B

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Su mero nacimiento había sido a modo de reemplazo por si algo terrible ocurría con su hermano mayor, Sirius, y aquello era realmente...siniestro.

Tener un hijo como suplente...simplemente desalmado, y desde entonces, supo que lo habían condenado a una vida de insatisfacción.

Parecía como si el único modo de prosperar fuera a través de la desgracia de su hermano. Aunque bueno, Sirius era un ángel de hermano, siempre velando por él y sus intereses, cuidándolo de los maltratos. Jamás querría que algo malo le pasase. Regulus podía conformarse con la insatisfacción si con eso él vivía una vida plena...

-Amo Regulus, ya es tarde. Debería descansar- cualquier otro hubiese reprendido a la criatura por hablar de más, pero él no. Kreacher jamás había sido tan solo un empleado para él, no con el cuidado especial que desde muy chico le había propinado sin motivo aparente. Él estimaba a la criatura incluso más que a muchos parientes.

- ¿Seguro que la carta ya se envió, Kreacher? - preguntó, intranquilo. Sirius todavía no respondía. La criatura lo miro con pena.

-Sí, amo Regulus. El amo Sirius debe estar ocupado en la escuela, adaptándose. Seguro no tarda en responderle. ¿Le gustaría que le subiera algo de cenar, joven amo? - técnicamente, no podía, pues estaba castigado, pero bueno, Kreacher siempre encontraba el coraje para desobedecer las reglas de sus padres a su favor.

-No, gracias, Kreacher. Descansa, ¿sí? Lo ocupas más...- Kreacher asintió, y tras una leve reverencia, se esfumó.

La casa se sentía vacía sin su hermano. No era silenciosa, siempre había gritos de sus padres, ya fueran en una discusión o hacia los pobres elfos a su merced. Pero se sentía vacía...

- ¡HIJO DE PERRA! ¡WALBURGA, TENDRÁS QUE RESPONDER POR TU BASTARDO!

- ¡AHORA ES MI BASTARDO, ZÁNGANO INFELIZ! ¡ES TU ENGENDRO, IGUALITO A SU IMBÉCIL PADRE...!

- ¡HIJO MÍO NO PUEDE SER, ZORRA DESGRACIADA! ¡LEE ESTA MIERDA! - Regulus se quedó muy callado para enterarse de lo que hablaban.

No sonaba a sus peleas usuales. Y por los gritos de odio hacia Sirius que le siguieron después, supo que no había modo de que lo fueran. Algo grave había ocurrido.

- ¡UN GRYFFINDOR, WALBURGA, PARISTE A UN JODIDO GRYFFINDOR!

- ¡CALLATE! ¡NO LO CONCEBÍ SOLA, IMBÉCIL! ¡ME VA A ESCUCHAR, MOCOSO MALAGRADECIDO! ¡DESPUÉS DE TODO LO QUE LE HEMOS DADO, NOS PAGA CON ESTA MIERDA! ¡SABÍA QUE NADA BUENO PODÍA SALIR DE TI, BASTARDO!

- ¿DE MÍ? ¿QUIÉN SE OFRECIÓ A SU PROPIO PRIMO AÑOS ATRÁS, DEGENERADA! ¡TODO LO MALO ES POR TU CULPA...!

Regulus decidió dejar de escuchar, temblando de miedo. Si eran capaces de hablar así de su primogénito y heredero... ¿Qué sería de él, el reemplazo, si llegaba a quedar en una casa que no fuera Slytherin?

El niño no pudo dormir maquinando los peores escenarios. Su familia jamás lo hizo sentirse precisamente protegido, pero tampoco creyó llegar al punto de temer por su futuro de fallar en algo...



...



- ¡SLYTHERIN! - anunció el sombrero después de un minuto de deliberación, la casa aplaudiendo emocionada de recibir a un nuevo Black en las mazmorras.

One-shots de Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora