Noche de Horror

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¿Quién se parece a papá?

-Es Halloween, James, no Navidad. Parece Rodolfo, solo le falta la nariz.

- ¿Quién es Rodolfo? – el pequeño Harry rió de repente, como si entendiese lo que estaban diciendo, mientras que Lily buscaba una cámara para fotografiarlo. A pesar de su comentario, la pelirroja encontraba el disfraz de "ciervo" adorable. Podría ser de reno fácilmente, pero Lily sabía que su James habría querido disfrazarlo de su patronus.

-Un cuento muggle. Además, no es como que vayamos a salir- se lamentó antes de tomar la foto, mientras que James suspiraba.

-Eso no quiere decir que no podamos celebrar Halloween, ¿Verdad, Harry? – el pequeño volvió a reír, tratando de quitarle los anteojos a su padre, travieso como siempre.

-No podemos hacer mucho ruido de todos modos- James asintió, meciendo a Harry en sus brazos para adormecerlo mientras que su mujer revelaba la fotografía. El castaño notó la tristeza de Lily desde la mañana, y él no podía decir que se sentía más animado.

Si desde su boda ya habían decidido mantener un perfil bajo, a partir de que supieron que esperaban a Harry vivían prácticamente escondidos, apartados del mundo, apenas manteniendo contacto con Sirius, Remus, Peter y Dumbledore, y de ellos no sabían nada desde hacía días. Eran tiempos violentos: les faltaban dedos en las manos para contar a los muertos, muchos de ellos gente cercana a la que ni siquiera pudieron despedir formalmente. Vivían encerrados y asustados, sintiéndose impotentes de no poder hacer más que esconderse. Les avergonzaba tener que esconder a su mayor orgullo del mundo, a la vez que les llenaba de rabia que supiera de él justo quien le quería hacer daño.

-Iré a dejarlo en su cuna. Ya vuelvo- Lily solo asintió, sin encontrar su voz, mientras acariciaba a su gato en busca de algún consuelo. Fue en vano.

Sentía que algo terrible ocurriría, pero no sabía si era justificado o solamente una consecuencia más de vivir tanto tiempo en la huida permanente. Veía a los niños disfrazados volver a sus casas con sus motines de dulces y las casas apagar sus decoraciones, dejándole claro que ya era muy tarde hasta para estar despiertos. No sentía sueño, y el miedo no la dejaría dormir de todos modos.

-Cayo rendido. No me extraña: hasta yo me canse de tallar calabaza- escuchó a su esposo comentar, pero ni siquiera se giró a verlo. Al aburrirse de la ventana dirigió su mirada al fuego, mismo que James atizaba.

- ¿No lo haces con magia?

- ¿Me creerías si te digo que prefiero hacerlo a lo muggle?

- ¿Tú? ¿Hacer las cosas a lo muggle? ¿Qué le hiciste a mi Jamie?

-No sé quién sea ese, pero tu esposo James no encuentra su varita....

-Más bien le escondieron la varita- James se encogió de hombros mientras que Lily suspiraba-. No está bien que lo haga y lo sabes...

-... ¡Estamos en casa! Estaba jugando- Lily solo asintió, sin querer pelear. James se acercó a sentarse junto a ella, sonriendo levemente al sentirla acurrucarse en su costado-. ¿Qué ocurre, Lily?

- ¿Sirius te ha hablado? - James negó con la cabeza, claramente turbado-. ¿Remus?

-Remus no habla con nadie ahora, si acaso contigo...

-...No sé de él desde hace un mes...

-...Bueno, entonces no sabemos de él desde hace un mes. Quizás ya se fue...

- ¡James!

- ¡Es la verdad! No quiero que lo sea, pero, ¿Qué más puedo pensar? Prefiero eso a pensar lo peor...

-...Dumbledore ya no dice nada. Solo supo decirnos que nuestro hijo estaba maldito, pero no nos ayuda en nada...-sollozó antes de romper en llanto. James, a pesar de sentirse igual de desamparado que su pelirroja, trató de mantenerse calmada y consolarla, susurrándole palabras de aliento y acariciándole la espalda con cariño, deseando de corazón que pronto parase de llorar pues le desgarraba el alma verla tan vulnerable.

-Lily, yo no sé qué será de nosotros en el futuro, pero Harry estará bien, Él no le hará daño. Nuestra familia estará bien...-la sintió asentir contra su pecho y le dio un beso en la cabeza, tratando de arrullarla para que descansase un poco.

-Te amo, James. Te adoro tanto...-se aferró a él con fuerzas, como si así pudiera estar a salvo. La realidad era que nada ni nadie podía asegurarles el estar a salvo.

-Yo también te amo, Li- un ruido del patio y el corte en la luz los interrumpió, quedando tan sólo el fulgor de la chimenea para alumbrarlos. Estaba lloviendo con fuerza, sí...pero no tanto como para generar un corte eléctrico. Ambos sintieron el temor invadir su cuerpo-. Ve con Harry...

-...Pero James...

- ¡VE CON HARRY! - Lily solo se apuró a hacerlo, mientras que James buscaba con que defenderse en caso de que fuese lo que estaba sospechando. Sabía que de ser Voldemort cualquier cosa sería en vano, más aún estando desarmado. Él no estaba buscando ganar, solo esperaba poder hacer el suficiente tiempo como para darles la oportunidad de escapar. Su familia, sus amores: su último deseo, su única promesa, sería salvarlos...aunque le costase la vida aquello. 

One-shots de Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora