Desgraciados (Remus y Sirius).

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- ¡PERRO DESGRACIADO! - Sirius trató de no reírse de la ironía en las palabras de Marlene, pues sabía que estaba molesta. Rabiosa, de hecho. Casi lo asustó.

- ¿Qué hice esta vez, Marley?

- ¡Tú sabes lo que hiciste!

-Si supiera no te preguntaría. Si no te vas a explicar, debo estudiar...

-...Sé de la Casa de los Gritos, Black- Sirius palideció, la afirmación le cayó como balde de agua fría en el cuerpo. No había forma de que Marlene supiera aquello, ¿verdad? Remus jamás le perdonaría que por su culpa, intencional o no, alguien más supiera su secreto. Menos si ese alguien era Marlene. Gryffindor entero lo sabría en cuestión de días.

-No sé de qué hablas, rubia. Nadie pisa esa casa...

-...Tú y Remus sí, ¿O me lo vas a negar? - Sirius estaba al borde del pánico. No podía permitir que Marlene supiera de la licantropía de Remus. Simplemente no podía, fin de la discusión. Lo perdería para siempre si ocurriera. Cuando la vio, lucía al borde del llanto-. ¿Por qué no me dijeron?

-No pasó nada y aunque fuera el caso, no son tus asuntos...-ella lo miró indignada.

- ¿No son mis asuntos? ¿Enserio me vendrás con esa mierda de excusa? ¡Merlín, no lo hubiera juzgado!

-Baja la voz- la arrastró a un lugar mucho más apartado, no quería arriesgarse a que alguien escuchara. Ella se soltó de él de forma violenta.

-Puedo aceptar tener amigos...ya sabes qué, carajo, ¡pero estás saliendo conmigo, imbécil! ¡Los dos son una mierda! - "¿Qué carajo...?". Sirius tardó en razonar lo dicho por Marlene y tras entender lo que insinuaba, no pudo más que suspirar de alivio y reírse nervioso. ¡No sabía! Fue el la cachetada de la rubia lo que lo devolvió a la realidad de golpe, dejándolo más bien impactado por aquello. Y molesto. Muy molesto.

-Primero que nada: no vuelvas a decir eso en voz alta, que no son cosas tuyas para que se las digas a todo el mundo. Segundo... ¿Saliendo? No recuerdo haberte pedido ser mi novia y ni a ti pidiéndome ser tu novio. Rara vez hablamos, la verdad. Sabemos bien que había cosas más interesantes que hacer, ¿o no? - le detuvo la mano antes de que le pegase otra bofetada, bajándosela con delicadeza. A pesar de todo, jamás sería brusco con una mujer-. ¿Me equivoco, Marley?

-No, claro que no. Tu nunca te equivocas, Black. Enrédate con quien te plazca...- contestó claramente herida, y la verdad se sintió mal. Pero tendría luego oportunidades para disculparse con ella, ahora debía seguir en su plan y acabar con el tema. Mejor que creyera que se enredó con Lupin a que averigüe la verdad.

-...Igual- dijo tratando de sonar convincente. La verdad es que nunca pensó en la posibilidad de que Marlene tuviera otros amantes. No le agradaba, pero tampoco le molestaba. Y, francamente, era lo justo. Ante todo, creía en la reciprocidad. Se sintió peor al verla tratar de retener el llanto-. ¿Qué quieres de mí, McKinnon? - preguntó desesperado por calmarla. Trato de abrazarla, como hacía cada que ella se sentía mal desde que la conocía, pero ella se apartó de forma brusca.

- ¿Qué quiero? Quiero a "tipos malos" como tú fuera de mi vida...- dijo de la forma más desdeñosa y fría que jamás la había escuchado hablar, antes de apartarlo para seguir su camino.

Él deseó seguirla, alcanzarla, pedirle perdón. Pero no lo hizo. Los Black no servían para amar, y por más que pretendiera ser lo contrario, su realidad era que él no sabía amar. Los Black jamás amaban, o al menos, de forma sana. 

Estaba en la sangre que él repudia, pero que corría por sus venas. Y Marlene estaría mejor sabiéndolo.



(...)



-Él mundo se está yendo al carajo y nosotros bebiendo- dijo Remus con amargura. Sirius se encogió de hombros.

-Lo sé, pero bueno, dejamos la escuela y nuestras casas para unirnos a esta misión suicida. Creo que podemos permitirnos una noche de fiesta...No que una boda sea lo que tenía en mente como mi última borrachera, pero bueno, ¡Por Corni y Evans!

- ¡Por James y Lily, tu bien has dicho! - ambos bebieron tras acabado el "brindis", mirando con ternura la escena: James y Lily bailaban una lenta en medio del salón, tan abrazados el uno al otro que parecían uno solo. Si, sus amigos merecían su momento feliz.

-Mas les vale haberse mirado a los ojos mientras bebían- ambos miraron a Jess confundidos-. No hacerlo es de mala suerte. Atrae el mal sexo...- Remus se sonrojó mientras se ahogaba con su bebida, mientras que Sirius soltaba una carcajada.

-No creas todo lo que Marley dice, además, podría haberlo hecho con los ojos vendados y seguiría siendo un amante legendario, te lo aseguro...-la chica rió antes de seguir su camino a la pista, donde invitó a bailar a Peter tras sentir pena de verlo sentado en una esquina.

-Él pobre Peter, apenas y resiste no mirar el escote de Jess...- se burló Remus.

-... ¿Quién lo culparía? Ese escote es bello de ver...- ambos rieron esa vez, antes de quedarse en silencio, contemplando de nuevo a la pareja que se besaba. Señor Potter y señora.

-Esto es demasiado raro. Una boda en medio de una guerra. Casi parece inconsciente...

-...Una boda siempre es inconsciente, Lunático. Solo porque la pelirroja es genial, pero en cualquier otra circunstancia hubiese hecho a Corni entrar en razón...

-...Las bodas están bien, digo, jamás me casaría pero supongo que si salimos vivos de esta asistiremos a muchas otras. Mejor irle agarrando el gusto...

- ¿Tu? ¿Mi tradicional y conservador Remus? ¿No casarte?

- ¡No soy tradicional, menos conservador!

-Lo que digas, anciano...

-...Jamás condenaría a una mujer a vivir atada a alguien de mi condición...

- ¡Oh, vamos! Tienes un problema peludo, no es ni de lejos lo peor del mundo...

-...Ni intentes convencerme de lo contrario, Black, que eso lo sé desde que tengo memoria. No era queja, era un hecho...

-...Pues es un hecho muy estúpido. Hay imbéciles que NO merecen estar casados y se lo pasan por el arco del triunfo, y ahí los tienes, "señores padres de familia, cabezas de hogar". Bestias, de las reales, eso son...

-Pero ellos al menos no son catalogados como bestias ante la ley, ¿verdad?

-Lamentablemente, no. Rodolphus y próximamente Lucius son, curiosamente, clasificados como humanos...

-...Lo siento por tus primas...

- ¡No se dejan ayudar! Asumo que es el karma por Meda. Tú eres un hombre de bien, Remus. Si no deseas casarte por decisión propia, lo respeto, pero si tu único argumento es perder el control una noche por mes...Estarías cometiendo un grave error.

-Tú eres un buen hombre también, Sirius, y si algún día te unieses a alguien en matrimonio, sé que sería una mujer muy afortunada...- Sirius le sonrió, un tanto conmovido por sus palabras. Pero él sabía que no era merecedor de un final así.

-...No lo creo, atarme a alguien...escape de una cárcel años atrás, Remus, cuando abandoné a mi familia para bien. Atarme a alguien...las prisiones no son lo mío.

One-shots de Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora